ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
El premier chino anunció en Brasil que su país armará un fondo especial dotado de 30 000 millones de dólares, con el objetivo de fomentar la cooperación entre la segunda mayor economía del mundo y América Latina. Foto: O Globo

La visita que inicia esta semana el primer ministro de China, Li Ke­qiang, a Brasil, Chile, Colombia y Pe­rú marca un nuevo hito en la pro­fun­di­zación de las relaciones eco­nómicas, políticas y de cooperación en­tre América Latina y el Caribe y Chi­na.

La visita del primer ministro Li y el discurso que dirigirá a la región desde la Cepal este 25 de mayo se en­mar­can en un esfuerzo sostenido por parte de China de impulsar un ca­mino conjunto, desde que en el 2008 este país reconoció el carácter es­tra­té­gico de las relaciones con nues­tra re­gión en su Libro Blanco (el do­cu­mento formal donde consigna su po­lítica oficial al respecto).

Muchos son los desafíos que en­frentan las relaciones económicas bi­laterales, pero hay una palabra cla­ve: diversificación. En los últimos 15 años, el vínculo ha registrado un gran dinamismo. El valor del comercio bilateral se multiplicó 22 veces entre el 2000 y el 2014, y China es ya el segundo socio comercial de la región.

Los flujos de inversión extranjera directa, y en general de capitales chinos hacia América Latina y el Ca­ri­be, también han crecido fuertemen­te. Este proceso tuvo lugar en un contexto donde la economía chi­na creció un 10 % anual entre el 2000 y el 2011, alimentando un “superciclo” de las materias primas del que se benefició buena parte de la región, en particular los países suda­mericanos.

Pero desde el 2012, en el marco de una desaceleración económica que también afecta a la región, China busca crecer a un ritmo compatible con su ambicioso plan de re­formas, procurando evitar que ello afecte ne­gativamente la generación de em­pleo. Se espera, por lo pronto, que su crecimiento se ubique entre un 6 % y 7 % durante el resto de la presente década, lo que sigue des­tacándolo como uno de los me­jores del mundo. En América Latina y el Caribe, en tanto, el crecimiento ha caído abruptamente, producto de factores internos, como el estancamiento de la inversión y el debilitamiento del consumo, y causas externas, entre ellas, el bajo crecimiento de la zona euro y la desaceleración de la propia China, con la consecuente caída de la demanda de productos básicos.

Desde la perspectiva la­ti­no­a­me­ri­­cana, la diversificación ex­por­ta­do­ra­ y el aumento en productividad son las principales asignaturas pen­dien­tes: tan solo cinco productos, to­dos primarios, representaron el 75 % del valor de los envíos regionales a Chi­na en el 2013. La inversión chi­na en la región refuerza este patrón, ya que entre el 2010 y el 2013 casi el 90% de ella se dirigió a actividades ex­trac­ti­vas, particularmente minería e hi­dro­carburos.

Para avanzar hacia sociedades más prósperas y menos desiguales, la región requiere superar su excesiva dependencia de la exportación de materias primas. Por ello, tan importante como expandir los flujos co­mer­ciales y de inversión con China es desarrollar acciones que apunten a modificar su estructura.

Si la inversión china aumenta y se diversifica en los próximos años, es posible promover no solo la di­ver­si­ficación exportadora hacia ese país, sino también la integración pro­ductiva en la propia región. Asi­mis­mo, si la cooperación con China ayuda a cerrar nuestras conocidas bre­chas de infraestructura, logística y conectividad, podemos estimular el comercio intrarregional y la gestación de cadenas regionales de valor.

La rica experiencia acumulada por nuestros países en materia de políticas sociales innovadoras, urbanización, protección medioambiental y otros ámbitos puede ser útil para China al abordar los grandes desa­fíos que enfrenta en su camino al desarrollo. El Plan de Coo­pe­ración de la Co­mu­nidad de Esta­dos Lati­noa­me­ri­ca­nos y Caribeños (Celac)-China 2015-2019, lanzado en enero pasado en Beijing, proporciona un marco institucional apropiado para avanzar en todas estas áreas. Co­rresponde ahora a ambas partes convenir acciones de mutuo beneficio para dar contenido concreto a esa cooperación.


*Alicia Bárcena es secretaria eje­cutiva de la Comisión Eco­nó­mi­ca para América Latina y el Caribe (Cepal).

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