
Comunicación instantánea, redes clandestinas y la posibilidad de llegar a cientos de millones de personas, son algunos de los atractivos de Internet para los grupos terroristas.
Organizaciones como el autodenominado Estado Islámico (EI), Al Qaeda, Al Nusra o Boko Haram utilizan espacios online para engañar y atraer hacia sus filas a jóvenes del mundo entero.
También a través de Internet se realizan operaciones de transferencia y blanqueo del dinero que sirven para financiar actividades ilegales.
El ciberterrorismo no solo vive de reclutar personas y recaudar fondos, se propone además instaurar una campaña de intimidación a nivel mundial con la certeza de que no existe aún un modo eficaz de combatir estas expresiones extremistas en la red.
De acuerdo con Alberto Hernández, director de operaciones del Instituto Nacional de Ciberseguridad de Madrid, las organizaciones criminales suelen utilizar el ciberespacio para buscar mayor notoriedad.
“Una de las prácticas más comunes en la actualidad se basa en maniobras de suplantación de identidad o alteración del aspecto visual de un sitio web importante”, expresa Hernández.
Internet es una poderosa herramienta y los terroristas se han dado cuenta de ello. El Estado Islámico y Al Qaeda, por ejemplo, dedican enormes esfuerzos a grabar y luego poner online sus atrocidades.
Difundir materiales audiovisuales donde se exaltan la historia e ideología de estos radicales, muy alejados de la más genuina fe islámica, se ha convertido en una práctica habitual para los yihadistas. Los videos grabados desde el mismo lugar donde se desarrolla la acción terrorista, constantemente reivindican su accionar y atacan a todos aquellos que no comparten su fe religiosa, catalogándolos de infieles.
Al Qaeda, por ejemplo, cuenta con su propia productora: As Sahab (La nube en español) y Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) tiene la suya: Al Andalus.
Internet es también un canal de comunicación cercano y activo con los jóvenes, que se han convertido en el principal blanco para el reclutamiento de terroristas.
Redes sociales populares como Facebook, Twitter, Youtube e Instagram (que suman entre ellas cerca de mil millones de usuarios) son idóneas para situar contenidos y llegar a públicos específicos.
Las posibilidades de comunicación en red, más impersonales y anónimas, han atraído a individuos socialmente inadaptados desde sus inicios. Y son precisamente estos sectores vulnerables los que explotan los grupos extremistas, que con cierto éxito han logrado captar a miles de personas en países occidentales.

Un reciente estudio publicado por Gabriel Weimann, profesor de comunicación de la Universidad de Haifa y autor de un informe sobre ciberterrorismo, explica que Internet proporciona a estos grupos medios baratos de interconexión con otros usuarios, además de la libre exposición de sus materiales gracias a la amplia gama de formatos que ofrece la web (audio, video, foto, texto, etc.)
Hacer propaganda terrorista nunca fue tan fácil. El contacto en línea con posibles adeptos o financiadores es cada día más frecuente en el espacio infinito que ocupa Internet, utilizando códigos compartidos por una comunidad online no necesariamente ligada a estos actos.
El otro gran reto es la actuación de las autoridades en Internet, pues los marcos legales y las jurisdicciones no son claros.
Los servicios más conocidos como Twitter, Facebook y Youtube vigilan constantemente que no se utilicen sus plataformas para cometer delitos, no solo vinculados al terrorismo, sino también otros como la pedofilia o la trata de personas.
Sin embargo, un solo minuto online es suficiente para que miles de usuarios accedan a la información y luego la difundan a través de otras redes de Internet que son más difíciles de controlar que la web.
La llamada Internet Profunda es un verdadero dolor de cabeza para las autoridades. Si bien Youtube puede bloquear un video yihadista, a través de las redes P2P (De persona a persona. Es decir, que la información no se aloja en un servidor central sino que se reparte entre las computadoras de los propios usuarios interconectadas), esas mismas imágenes se descargan a lo largo del mundo sin que exista un método efectivo para frenarlo.
La vigilancia a las redes se vuelve también un tema polémico cuando está en juego el derecho a la información, así como la privacidad de millones de personas que cada día utilizan Internet para trabajo u ocio.
Además, los especialistas coinciden en que para resolver este problema no basta con la mera supresión de sus herramientas en Internet, sino que resulta necesario adoptar un enfoque global que tome en consideración todos los aspectos, dentro y fuera de la web, que contribuyen al nacimiento y auge de las posiciones extremistas.
Limitar el desarrollo y la expansión de las nuevas tecnologías, que han permitido un intercambio de ideas a nivel global, sería perder la batalla ante el terror y un paso atrás en el desarrollo de la humanidad.















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Rubert Dominguez dijo:
1
7 de mayo de 2015
22:52:23
Tamara dijo:
2
8 de mayo de 2015
08:08:19
Uno más dijo:
3
8 de mayo de 2015
09:26:54
henequén dijo:
4
8 de mayo de 2015
10:12:11
Roberto Castro dijo:
5
8 de mayo de 2015
11:40:51
Lil Cuba dijo:
6
9 de mayo de 2015
11:21:22
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