ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
La crisis inmobiliaria diezma los barrios pobres de Chicago. En la gráfica una protesta contra los desalojos. Foto: www.laraza.com

En 2008 se desató la tormenta financiera en Estados Unidos ha alcanzado a casi todo el mundo.

Las autoridades de Washington se han mostrado optimistas sobre los efectos de la política económica desarrollada durante estos años, aunque no hay confianza en esa alegría tal vez falsa, y es que la Reserva Federal (Fed, banco central emisor norteamericano) no ha querido subir las tasas de interés interbancario, a pesar de todo el júbilo sobre una supuesta recuperación de la economía norteamericana de cara al público.

Eso significa que mantiene el dólar en un valor muy bajo para darle ventaja ante otras monedas en el comercio internacional y atraer inversiones foráneas.

El otro problema que está mostrando la debilidad norteamericana es la duda internacional sobre si en el banco de la Reserva Federal queda el oro depositado allí por muchos países o si Washington lo está empleando para sus propios rejuegos financieros.

Un artículo de Russia Today (RT), firmado por Lilia Jusáinova, indica que “parece que EE.UU. goza cada vez de menos confianza y credibilidad. En los últimos años una serie de países expresaron el deseo de repatriar el oro que guardan en almacenes estadounidenses y les ha sido difícil. ¿Se ha quedado sin oro la primera economía mundial?”
Es más, se ha conocido que naciones como los Países Bajos y Alemania han retirado ya unas 200 toneladas del codiciado metal de la Fed y que Berlín ha deseado ir más rápido, pero no lo ha conseguido, y ese es el problema de tener reservas en un banco de un Estado tan truculento y poderoso como Estados Unidos.
Jusáinova al respecto indica: “Hace dos años Berlín trató de recuperar las 674 toneladas de oro que tiene almacenadas en el país norteamericano y en Francia, pero logró recuperar solo cinco.
“Parece que la decisión de Alemania de repatriar sus reservas de oro se debió a sus temores de que la Reserva Federal de Estados Unidos pudiera utilizarlas en sus operaciones bancarias.
“Los expertos destacan que la renuncia de Alemania solo confirma que en realidad en EE.UU. no queda oro que se pueda repatriar. E incluso en el caso de que el metal amarillo alemán aún esté almacenado en EE.UU., es probable que Alemania no reciba sus activos.”
A partir de la información no confirmada existente se puede suponer que es poco probable que la Fed devuelva el oro al gobierno alemán voluntariamente y recurra a negociaciones prolongadas, así como a una larga lista de pretextos de que el mejor lugar para el oro son las bóvedas de EE.UU.

Esta situación trae a la memoria cuando los Estados Unidos retiraron la garantía de oro del dólar en 1971, con lo cual Washington asestó un golpe demoledor al mundo y su moneda continuó circulando como símbolo del comercio internacional, pero con perjuicio a otras naciones.
Las triquiñuelas norteamericanos no son nuevas y RT recuerda que, en 2011, el entonces presidente venezolano Hugo Chávez ya había previsto el peligro de tener ese oro en Estados Unidos y decidió repatriar todas las reservas internacionales en oro de Venezuela de Estados Unidos y Europa para ponerlas a salvo en el propio Banco Central de Venezuela y en las de economías sólidas como China, Rusia y Brasil.

Cierta baja en el poder financiero estadounidense quedó reflejado igualmente en el último cuarto de 2014, cuando Estados Unidos volvió a tener un revés en las finanzas internacionales.

En esta ocasión, el infortunio provino de sus propios aliados europeos, que desoyeron los argumentos de Washington y se unieron al Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (BAII), una iniciativa de China.

Se trata de un nuevo ente financiero regional fundado por iniciativa de Beijing, en octubre de 2014, vinculado al Consejo de Cooperación de Shanghái (CCSh), organización político-económica-militar conformada por China, Rusia, Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán, al que se unieron como observadores India, Irán, Pakistán, Mongolia y Afganistán.

La adhesión de las principales potencias occidentales al BAII es una bofetada al Fondo Monetario Internacional (FMI) y a Washington, y que pone en entredicho a las instituciones financieras de Bretton Woods.

También ese paso está relacionado con los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que actualmente ya formaron su propio Banco y un Fondo de Reserva y discuten crear una moneda común respaldada en oro: el BRICS-Oro.

Según diversas fuentes no confirmadas, los funcionarios estadounidenses intentaron presionar al Reino Unido, Alemania, Francia y otros países para que no se unieran al BAII. Pero los "aliados" han decidido que sus propios intereses, en este caso, son más importantes que las buenas relaciones con Estados Unidos.

Añadamos en América Latina, el Banco del Sur y el Banco del Alba y tendremos un cuadro de cómo se van delineando los cambios de la estructura financiera mundial sin intervención de Estados Unidos.

No es un secreto. La burbuja o especulación financiera sirve solamente para alimentar al capitalismo en su fase actual. Al inflarse en exceso la llamada economía de casino se deja sentir muy negativamente sobre la economía real, sobre la producción y los servicios. Es conveniente recordar El Capital, en el cual Marx refleja su descubrimiento de la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancias y por eso los capitalistas prefieren la especulación a la producción.

En marzo pasado quedaron claras las incertidumbres sobre la economía global. La agencia Reuters —por la vía del trabajo de Manoj Kumar y Douglas Busvine— publicó el 16 de marzo: “La recuperación de la economía mundial es demasiado lenta, demasiado frágil y demasiado asimétrica", dijo en India la Directora Gerente del FMI.

Christine Lagarde expresó en un discurso en Nueva Delhi que la política monetaria en las principales economías mundiales está desfasada e, incluso si es bien administrada, podría provocar "volatilidad excesiva" en los mercados financieros internacionales.

La volatilidad, recordemos, fue la mecha del estallido de la “burbuja inmobiliaria” por la inestabilidad de los precios del mercado, atada al creciente desempleo, que aún está dejando sin techo a miles y miles de personas en Estados Unidos y Europa.

Como sola ilustración señalemos lo que publica el periódico norteamericano La Raza: “Nueva sacudida de crisis de vivienda en Chicago. Siguen a la orden del día las ejecuciones hipotecarias (desalojos) y los desplazamientos en barrios del Norte y del Sur de Chicago. Organizaciones trabajan para educar a la gente y ofrecen programas y recursos para hacerle frente a esta crisis que aún no cesa.”

Este es el capitalismo. En el pantano desde 2008, del que aun no puede salir.

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