
Las ciudades del Estado español como Madrid, Barcelona, Valencia, Burgos, León, Sevilla o Lanzarote han hecho un haz de campaña global contra el fondo de inversión Blackstone, un especulador buitre, carroñero de viviendas, cuyos habitantes no pueden pagar por pobres, y son pobres porque no tienen trabajo. Todo es parte de la política neoliberal
A la política neoliberal impulsada por el Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) (Troika) se le llama “austeridad.
Se trata de un programa en pos de ganancias para ricos con el dinero de los contribuyentes europeos, como en Grecia, donde el partido de izquierda Syriza promete equilibrio presupuestario, pero rechaza los programas de austeridad (de depredación popular), que les fueron impuestos hace cinco años al partido Nueva Democracia), y sus resultados fueron tan devastadores para la población que en las siguientes elecciones ganó Syriza con su programa “anti austeridad” encabezado por joven político Alexis Tsipras.
La victoria de Syriza en las urnas fue indudable; más para lograr su programa de gobierno debía negociar con sus acreedores y la Comisión Europea el cambio en las condiciones pactadas. Con el tesoro en débito, el no desembolso del último tramo pendiente, de 1 800 millones de dólares, ponía al nuevo gobierno griego en una situación difícil y tuvieron que ceder para ganar tiempo (cuatro meses). Pero no era menos difícil la situación de los gobiernos europeos. Cerrar el financiamiento a Atenas y prácticamente sacarlos de la zona euro abriría una caja de pandora que nadie sabe en qué terminaría.
Los dos los grandes temas en disputa son las leyes laborales draconianas y las privatizaciones en beneficio de bancos y empresas.
La propuesta de las nuevas autoridades griegas es, entre otras cosas, aumentar el salario mínimo, elevar las pensiones, recuperar los convenios colectivos y crear empleos temporales para los desocupados de larga duración (inaceptable para las corporaciones porque los sindicatos tienen fuerza).
Sin embargo Grecia no consiguió que el eurogrupo aceptara su propuesta y tuvo que ceder, según el analista de Rebelión Camilo Ruiz, en no desprivatizar empresas y otros temas clave para su programa.
El pánico de Europa es que el programa del gobierno de Syriza, junto a los avances populares de Podemos y una posible unión de fuerzas de izquierda en España, prenda en el Viejo Continente la pólvora de una política distinta a la de “austeridad” para enfrentar la crisis de la deuda (reestructurarla o no pagarla) y, entre otras cosas, se deje de financiar bancos para dedicar recursos a los problemas sociales de los ciudadanos europeos.
El problema de la deuda en varios países de esa parte del mundo no tiene salida, no solo en Grecia, a la que habría que someter a una hambruna, no hay forma de pagarla. El sueño de los grandes acreedores de Europa y del Tercer Mundo es que paguen eternamente los intereses de esos préstamos para exprimir una fuente permanente de beneficios.
Syriza, dice Camilo Ruiz, ha dejado el tema fuera del debate, salvo la reducción de su superávit fiscal primario, o sea, del superávit de las cuentas públicas antes del pago de intereses.
El primer ministro Alexis Tsipras insistió en que el acuerdo logrado en la última semana de febrero no representa una prolongación del plan de ajuste, ni de un nuevo rescate de la economía griega, sino una ampliación de los plazos para la amortización de la deuda. El acuerdo permitió también el desembolso de 1 800 millones de euros que Atenas pudo recibir.
Pero todo se revisará dentro de cuatro meses.
Tratando de buscar una solución para su país, el Primer Ministro griego viajó por en el entorno del euro grupo y su última entrevista fue para la neoliberal alemana Angela Merkel, a la cual advirtió —según el sitio 20minutos.es— que Atenas no podrá cumplir con sus obligaciones de la deuda si la U.E no distribuye al país asistencia financiera a corto plazo. El diario ABC titula: “Merkel recibe a Tsipras en Berlín, mientras Grecia roza la bancarrota”, y añade que Alemania y Francia demandan a Atenas respeto a los compromisos. A su vez el sitio www.cronista.com indica la entrevista entre Merkel y Tsipras terminó sin acuerdo.
En Portugal, pese a las drásticas medidas de ajuste adoptadas por el gobierno, la CE puso el país bajo vigilancia especial la semana pasada. Le hizo lo mismo a Francia, Italia, Croacia y Bulgaria, debido a la persistencia de “desequilibrios” excesivos en la economía. Desbalances que se expresan tanto en el desempleo como en una deuda pública, que oscila alrededor del 130% del Producto Interno Bruto (PIB) y que no logran bajar, pese a que, teóricamente, ese era el objetivo del plan de “ajuste”. El caos europeo sigue sin arreglo.
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Maiko dijo:
1
9 de abril de 2015
19:30:06
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