ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
En la época colonial el inmueble le perteneció a un marqués quien al final de su vida se vinculó con la causa independentista y le entregó avituallamiento al Libertador Simón Bolívar para la lucha.

BARINAS, Venezuela.—La segunda Casa del ALBA de América Latina y el Caribe se en­cuentra en el estado llanero de Barinas en Ve­nezuela. Como la primera, ubicada en Cuba, esta sede promociona el quehacer cultural y académico de la región a través de conferencias, con­ciertos, y el préstamo de libros. Ambas pertenecen al Proyecto Grannacional ALBA Cultu­ral aprobado en el 2008 para unir a los países miembros de la Alianza Bolivariana para los Pue­blos de Nuestra América a través de la cultura.

La directora en Barinas del Ministerio de Cultura, Ana María Oviedo, ofreció detalles a Granma sobre el funcionamiento de la sede venezolana, inaugurada el pasado 5 de febrero.

La Casa del ALBA acá impulsa la difusión de los valores y bienes en todas las manifestaciones de nuestros pueblos y de esa forma propicia un mejor conocimiento entre nosotros, comentó la escritora venezolana.

En la época colonial el inmueble le perteneció al marqués José Ignacio del Pumar quien al final de su vida se  vinculó con la causa independentista y le entregó avituallamiento al Liber­tador Simón Bolívar para la lucha. En etapas posteriores sirvió de asiento a los poderes públicos de Barinas, a la alcaldía y después a la gobernación, explicó la promotora cultural.

Hace ocho años se decidió hacer una restauración profunda para que un espacio que fue símbolo de la dominación se convirtiera en símbolo de la liberación. Ahora es la sede de este proyecto tan amado que impulsó el Coman­dante Chávez junto a ese otro gran hombre que es Fidel Castro, indicó Oviedo.

Según la especialista, la idea es que esto se convierta en una institución de primera línea no solo en lo referido a la programación cultural, que estén representados todos los países del ALBA, pero sobre todo volverlo un centro de referencia y documentación para que las personas se acerquen y conozcan un poco más de la historia.

La construcción situada en la capital del estado fue declarada patrimonio cultural y llevó el nombre Palacio del marqués del Pumar, y cuenta con una Librería del Sur, una tienda de la Red de Arte y oficinas del gabinete cultural de esta    entidad llanera.

La biblioteca recoge obras de la narrativa venezolana y latinoamericana y está vinculada al Instituto de Estudios del Pensamiento del líder bolivariano, Hugo Chávez.

La biblioteca recoge obras de la narrativa venezolana y latinoamericana y está vinculada al Instituto de Estudios del Pensamiento del líder bolivariano, Hugo Chávez. Foto: de la autora

SEDE LLANERA
La región de los llanos venezolanos abarca los estados Apure, Barinas, Portuguesa, Coje­des, Guárico, el sur de Anzoátegui y Mona­gas. Las sabanas interrumpidas por ríos le dan vida a un paisaje típico de Venezuela y su gente. Muchos de esos ríos desembocan en el conocido Orinoco, que bordea el sur.

Acorde con Oviedo, en la época precolombina esa zona estuvo habitada por diversas etnias que impregnaron su manera de convivir. Las comunidades indígenas de los guahibos, cuibas, yaruros, kariñas y waraos, son descendientes de esos primeros pobladores.

En la etapa colonial los llanos fueron la zona de tránsito comercial entre la entonces provincia de Venezuela y el virreinato de la Nueva Grana­da, desarrollándose especialmente la ganadería a campo abierto.

El comercio se intensificó durante la guerra de independencia (1810-1823) y la federal (1859-1863) y el cuero se convirtió en el principal producto de exportación. Para los inicios del siglo XX los balancines de petróleo inundaron la región llanera y se convirtieron junto a la agricultura y la ganadería en las principales actividades económicas.

Más allá de su rica historia política y económica, los llanos sobresalen por su herencia cultural expresada en el joropo, representativo también de la vecina Colombia.

El arpa —a veces sustituida por la bandola—, el cuatro y las maracas son los instrumentos básicos para desarrollarlo, a estos se les incorporó el bajo. El cantante debe tener una buena voz y también la capacidad para improvisar. El joropo constituye una fiesta llanera que incluye el baile en pareja, corridos y contrapunteo. Si es rápido se le dice joropo derecho, si es lento se le dice “pa­saje”.

Muy conocidos son en esta tierra los autores Eneas Perdomo y Cristóbal Jiménez, cu­yas coplas cantó en varias ocasiones Hugo Chávez, llanero auténtico.

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