ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

(Versiones Taquigráficas - Consejo de Estado)

 

Gracias, Presidente.

Compañeros Presidentes y Primeros Ministros:

Quiero expresar, en primer lugar, un saludo cordial del presidente Rafael Correa que por razones muy especiales no pudo en esta ocasión asistir, pero está totalmente comprometido con Venezuela, solidario con Venezuela en este momento y lo ha hecho a través de varias declaraciones y de intervenciones como Presidente Pro-Témpore de CELAC y también como Presidente del Ecuador.

Mientras el gobierno estadounidense habla de la existencia de un problema en Venezuela, los presidentes del ALBA se han reunido aquí para decir que el problema no es el pueblo ni el gobierno de Venezuela; el problema, la amenaza, el riesgo para la paz y la democracia en América Latina y el Caribe, lo constituye la política imperialista e injerencista del gobierno de Estados Unidos; el problema no es Venezuela, el problema es Estados Unidos.

Al emitir el decreto ejecutivo seguramente pensaron: Podemos cometer este atropello impunemente, podemos agredir y castigar sin contemplaciones y sin consecuencias. ¡Qué poco conoce el imperio a nuestros pueblos! ¡Qué poco conoce el imperio a nuestros pueblos! Con acciones como estas el gobierno de Estados Unidos sigue demostrando que es cautivo de su propia historia. Sigue enseñando su política intervencionista en un momento para nuestra región en que no existe otro camino que el de la soberanía, la dignidad y la libertad.

Ya conocemos adónde nos lleva ese camino de los decretos, como ha venido sucediendo en las últimas décadas en Cuba, en Brasil, en Bolivia, en Argentina, en Chile, en Granada, en Nicaragua, en El Salvador, en Panamá, en República Dominicana, pensando en América Latina, pero en Serbia, en Iraq, en Libia. Ese señalamiento por parte de Washington y la propaganda vertida por los medios de comunicación de la oligarquía son la antesala de la intervención, incluso de la invasión militar.

El ilegal decreto ejecutivo del 9 de enero, declarando a Venezuela como amenaza extraordinaria e inusual se produce justo antes de la celebración de una de las cumbres de las Américas más importantes de la historia, porque allí participará la hermana República de Cuba, la isla de la dignidad, victoriosa tras cinco décadas de resistencia frente al acoso y el bloqueo de Estados Unidos.

Una ola de esperanza recorrió el continente y el mundo cuando a principios de enero se conoció el inicio de las conversaciones entre Cuba y Estados Unidos, pero los últimos acontecimientos con respecto a Venezuela nos ratifican en la creencia manifestada por el compañero presidente Raúl Castro en la Cumbre de la CELAC, en San José, de que el gobierno de Estados Unidos no ha cambiado de objetivo, que es derrocar al gobierno de la Revolución Cubana, sino que ha cambiado solamente de táctica, y ese mismo objetivo es el que persiguen con sus acciones agresivas e injerencistas en Venezuela.

Queridos compañeros:

Los voceros de Estados Unidos del propio decreto ejecutivo, los traidores, agazapados tras los micrófonos y las computadoras, no se cansan de repetir el mismo mantra: el gobierno de Venezuela atenta contra los derechos humanos. Y esa es también una de las justificaciones para las sanciones famosas. ¿Pero qué nos puede enseñar Estados Unidos sobre derechos humanos?, el país desde el cual se cometen asesinatos extrajudiciales selectivos de forma sistemática, que son llamados víctimas, que son llamados daños colaterales de víctimas civiles; el país del bloqueo criminal de cinco décadas contra Cuba, el que aplica la pena de muerte, la cadena perpetua a niños y adolescentes, el que trasladó en vuelo secreto a prisioneros de guerra y los encerró, sin ningún tipo de respeto al debido proceso, en la base naval de Guantánamo, un territorio que pertenece a otro país; el que miente y mintió descaradamente para justificar sus intervenciones militares contra gobiernos y países adversarios, el que ha estado y está detrás de cada conspiración contra nuestros pueblos, el que ha promovido la represión y ha tenido aliados estratégicos e instalado dictaduras en nuestros países, el país que ha convertido la tortura en táctica ilegal y habitual de combate, como lo reconoce el propio Senado estadounidense en su informe de diciembre de 2014 en relación al infierno de la prisión de Abu Ghaib; el país que ha desarrollado, a través de sus agencias de espionaje el sistema más poderoso y oblicuo para la vigilancia masiva e indiscriminada de las comunicaciones; un sistema que atenta contra los derechos de miles de millones de ciudadanos y ciudadanas del mundo y constituye la mayor amenaza a la seguridad de Estados y gobiernos.

Sorprende ver tanto encono de Estados Unidos contra Venezuela, precisamente del imperio que en la historia más violentamente ha violado los derechos humanos. Ningún vocero del Pentágono, del Departamento de Defensa, del Departamento de Estado, ni siquiera el presidente Obama tienen absolutamente ninguna legitimidad para pedirle cuentas a nadie en materia de derechos humanos, menos a Venezuela; pero en la cerecita del pastel, en la actualidad Estados Unidos gasta 3 600 millones de dólares al año en apoyar militarmente a Israel.

En la Operación Margen Protector, última campaña militar contra Gaza desencadenada por el ejército de Israel, perecieron 2 200 personas, casi 11 000 más fueron heridos y la destrucción de Gaza fue casi total. Defensores de los derechos humanos.

La prensa europea y estadounidense evidencia un alto consenso en torno a la condena a Venezuela y a su gobierno. Es reflejo de la opinión mayoritaria de lo que ellos llaman la opinión pública, la opinión de los medios de comunicación. Ellos mienten porque es parte de su estrategia golpista, es perentorio que pongamos en marcha mecanismos comunes para disputar los sentidos para derrotar a los mentirosos, para mostrar la verdad y usarla como arma infalible contra el imperialismo.

Desde la presidencia Pro-Tempore de CELAC, Ecuador insta a la comunidad internacional a respetar a América Latina y el Caribe como zonas de paz, proclamadas así por todos los Estados miembros en la II Cumbre de nuestra Comunidad de Estados soberanos.

Si Venezuela les resulta una amenaza, cualesquiera de nuestros países puede serlo. ¿Qué tiene Venezuela de diferente de nuestros países para ser una amenaza? Por eso hoy tenemos que salir con un mensaje claro, un mensaje de repudio a la política injerencista de Estados Unidos, del imperialismo y de su agresión. Debemos exigir la inmediata derogatoria del Decreto Ejecutivo, no solo rechazarlo, como hizo el sábado la UNASUR, igual, llevan haciendo durante décadas la región y la Asamblea General de las Naciones Unidas pidiendo la derogatoria del bloqueo criminal contra Cuba y no debemos ceder nunca en este empeño.

Ahora hay respuestas tan importantes, tan prontas, tempranas, contundentes en favor de Venezuela, y eso sí nos alegra el alma, porque nos hace recordar también todos aquellos momentos en los últimos años en que ha sido tan importante la reacción y tan importantes los resultados de esa reacción de nuestros Estados, como cuando se impidió sobrevolar algunos Estados al presidente Evo Morales, una respuesta inmediata de nuestros Estados; como cuando dimos una reacción también respecto al tema de los bonos y de los fondos buitres a Argentina, como cuando en la propia OEA, contrario a lo que antes pasaba, el Ecuador fue respaldado por todos los Estados, con la excepción de Estados Unidos y Canadá, claro, con la amenaza de Inglaterra de ingresar a nuestras instalaciones en Londres para sacar al señor Assange. Ahora otra vez, volvemos a repetir esa solidaridad de nuestros pueblos.

Los poderes fácticos, los poderes imperiales tienen que saber que no conseguirán devolvernos a la noche de nuestra historia, que el ALBA llegó a nuestra región y llegó para quedarse, para olvidar la noche anterior.

Pues estas medidas, de hecho y no de derecho, como son el Decreto, la imposición de sanciones a terceros como forma de presión política y económica vulnera los principios de la no injerencia y de la igualdad de Estados consagrados en la Carta de Naciones Unidas y atenta también contra el derecho interamericano.

La administración del presidente Obama vive en el pasado, es hora de abandonar las políticas intervencionistas y plantear relaciones basadas en el respeto por nuestra soberanía y nuestro derecho a la autodeterminación. Nuestra región debe estar firme ante el desafío de Estados Unidos. Debemos estar pendientes de la respuesta del gobierno al llamado de Venezuela y de UNASUR, y ahora al llamado del ALBA, como ha dicho aquí, franco y respetuoso al diálogo, y por el bien de la región esperamos que esa respuesta de Estados Unidos sea positiva y constructiva.

Queridos hermanos:

En estos momentos difíciles para nuestra hermana República de Venezuela no solo debemos unirnos, también debemos estar juntos a Venezuela, defender a Venezuela, proteger a Venezuela, a la nueva Venezuela, cuya construcción lideró Hugo Chávez Frías. Hugo Chávez fue para Ecuador y para todos nosotros un hermano, un compañero, un verdadero amigo, y por eso tenemos ahora que traer su memoria, su legado a nosotros. Con su proyecto político, profundamente democrático, Hugo Chávez construyó para su pueblo una patria con manera de campesino, audacia de militar, visión de estadista y alegría de guerrillero; convirtió una patria pequeña y rota, estrecha y desguasada en un crisol viviente, en un volcán en erupción, cuya magma desbordó sus confines e inundó nuestra región.

Venezuela sigue siendo un faro, un referente de dignidad, de soberanía, de voluntad, de transformación, de amor desbordante de pueblo. Venezuela proyecta la luz de Chávez. El legado de Chávez lo asumimos como historia viva de una Venezuela de la América Latina y el Caribe que después de Hugo Chávez ya nunca más volverán al pasado.

Como dice el mural que desde hace décadas se levanta orgulloso frente a la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana: “Señores imperialistas, no les tenemos absolutamente ningún miedo.” Nuestros pueblos están dispuestos a defender cada centímetro arrebatado a la injusticia, a la desigualdad, a la violencia de siglos del imperialismo, y nosotros también debemos estarlo. No torcerán el brazo a nuestros pueblos, porque somos hijos de la libertad y estamos resueltos a ser libres.

Venezuela no está sola, Presidente, junto a ella estamos todos los países y todos los pueblos de Latinoamérica. Ecuador expresa su más absoluta y militante solidaridad con el pueblo y gobierno de Venezuela y le acompaña en el proceso de construcción de su Revolución Bolivariana que se asienta en la memoria del Comandante Hugo Chávez y seguiremos caminando por la senda de la emancipación, construyendo día a día, paso a paso, una patria grande, libre, digna, soberana y justa.

Muchas gracias (Aplausos).

Ricardo Patiño (Ecuador).- Gracias, Presidente.

Compañeros Presidentes y Primeros Ministros:

Quiero expresar, en primer lugar, un saludo cordial del presidente Rafael Correa que por razones muy especiales no pudo en esta ocasión asistir, pero está totalmente comprometido con Venezuela, solidario con Venezuela en este momento y lo ha hecho a través de varias declaraciones y de intervenciones como Presidente Pro-Témpore de CELAC y también como Presidente del Ecuador.

Mientras el gobierno estadounidense habla de la existencia de un problema en Venezuela, los presidentes del ALBA se han reunido aquí para decir que el problema no es el pueblo ni el gobierno de Venezuela; el problema, la amenaza, el riesgo para la paz y la democracia en América Latina y el Caribe, lo constituye la política imperialista e injerencista del gobierno de Estados Unidos; el problema no es Venezuela, el problema es Estados Unidos.

Al emitir el decreto ejecutivo seguramente pensaron: Podemos cometer este atropello impunemente, podemos agredir y castigar sin contemplaciones y sin consecuencias. ¡Qué poco conoce el imperio a nuestros pueblos! ¡Qué poco conoce el imperio a nuestros pueblos! Con acciones como estas el gobierno de Estados Unidos sigue demostrando que es cautivo de su propia historia. Sigue enseñando su política intervencionista en un momento para nuestra región en que no existe otro camino que el de la soberanía, la dignidad y la libertad.

Ya conocemos adónde nos lleva ese camino de los decretos, como ha venido sucediendo en las últimas décadas en Cuba, en Brasil, en Bolivia, en Argentina, en Chile, en Granada, en Nicaragua, en El Salvador, en Panamá, en República Dominicana, pensando en América Latina, pero en Serbia, en Iraq, en Libia. Ese señalamiento por parte de Washington y la propaganda vertida por los medios de comunicación de la oligarquía son la antesala de la intervención, incluso de la invasión militar.

El ilegal decreto ejecutivo del 9 de enero, declarando a Venezuela como amenaza extraordinaria e inusual se produce justo antes de la celebración de una de las cumbres de las Américas más importantes de la historia, porque allí participará la hermana República de Cuba, la isla de la dignidad, victoriosa tras cinco décadas de resistencia frente al acoso y el bloqueo de Estados Unidos.

Una ola de esperanza recorrió el continente y el mundo cuando a principios de enero se conoció el inicio de las conversaciones entre Cuba y Estados Unidos, pero los últimos acontecimientos con respecto a Venezuela nos ratifican en la creencia manifestada por el compañero presidente Raúl Castro en la Cumbre de la CELAC, en San José, de que el gobierno de Estados Unidos no ha cambiado de objetivo, que es derrocar al gobierno de la Revolución Cubana, sino que ha cambiado solamente de táctica, y ese mismo objetivo es el que persiguen con sus acciones agresivas e injerencistas en Venezuela.

Queridos compañeros:

Los voceros de Estados Unidos del propio decreto ejecutivo, los traidores, agazapados tras los micrófonos y las computadoras, no se cansan de repetir el mismo mantra: el gobierno de Venezuela atenta contra los derechos humanos. Y esa es también una de las justificaciones para las sanciones famosas. ¿Pero qué nos puede enseñar Estados Unidos sobre derechos humanos?, el país desde el cual se cometen asesinatos extrajudiciales selectivos de forma sistemática, que son llamados víctimas, que son llamados daños colaterales de víctimas civiles; el país del bloqueo criminal de cinco décadas contra Cuba, el que aplica la pena de muerte, la cadena perpetua a niños y adolescentes, el que trasladó en vuelo secreto a prisioneros de guerra y los encerró, sin ningún tipo de respeto al debido proceso, en la base naval de Guantánamo, un territorio que pertenece a otro país; el que miente y mintió descaradamente para justificar sus intervenciones militares contra gobiernos y países adversarios, el que ha estado y está detrás de cada conspiración contra nuestros pueblos, el que ha promovido la represión y ha tenido aliados estratégicos e instalado dictaduras en nuestros países, el país que ha convertido la tortura en táctica ilegal y habitual de combate, como lo reconoce el propio Senado estadounidense en su informe de diciembre de 2014 en relación al infierno de la prisión de Abu Ghaib; el país que ha desarrollado, a través de sus agencias de espionaje el sistema más poderoso y oblicuo para la vigilancia masiva e indiscriminada de las comunicaciones; un sistema que atenta contra los derechos de miles de millones de ciudadanos y ciudadanas del mundo y constituye la mayor amenaza a la seguridad de Estados y gobiernos.

Sorprende ver tanto encono de Estados Unidos contra Venezuela, precisamente del imperio que en la historia más violentamente ha violado los derechos humanos. Ningún vocero del Pentágono, del Departamento de Defensa, del Departamento de Estado, ni siquiera el presidente Obama tienen absolutamente ninguna legitimidad para pedirle cuentas a nadie en materia de derechos humanos, menos a Venezuela; pero en la cerecita del pastel, en la actualidad Estados Unidos gasta 3 600 millones de dólares al año en apoyar militarmente a Israel.

En la Operación Margen Protector, última campaña militar contra Gaza desencadenada por el ejército de Israel, perecieron 2 200 personas, casi 11 000 más fueron heridos y la destrucción de Gaza fue casi total. Defensores de los derechos humanos.

La prensa europea y estadounidense evidencia un alto consenso en torno a la condena a Venezuela y a su gobierno. Es reflejo de la opinión mayoritaria de lo que ellos llaman la opinión pública, la opinión de los medios de comunicación. Ellos mienten porque es parte de su estrategia golpista, es perentorio que pongamos en marcha mecanismos comunes para disputar los sentidos, para derrotar a los mentirosos, para mostrar la verdad y usarla como arma infalible contra el imperialismo.

Desde la presidencia Pro-Tempore de CELAC, Ecuador insta a la comunidad internacional a respetar a América Latina y el Caribe como zona de pa, proclamadas así por todos los Estados miembros en la II Cumbre de nuestra Comunidad de Estados soberanos.

Si Venezuela les resulta una amenaza, cualesquiera de nuestros países puede serlo. ¿Qué tiene Venezuela de diferente de nuestros países para ser una amenaza? Por eso hoy tenemos que salir con un mensaje claro, un mensaje de repudio a la política injerencista de Estados Unidos, del imperialismo y de su agresión. Debemos exigir la inmediata derogatoria del decreto ejecutivo, no solo rechazarlo, como hizo el sábado la UNASUR, igual, llevan haciendo durante décadas la región y la Asamblea General de las Naciones Unidas pidiendo la derogatoria del bloqueo criminal contra Cuba y no debemos ceder nunca en este empeño.

Ahora hay respuestas tan importantes, tan prontas, tempranas, contundentes en favor de Venezuela, y eso sí nos alegra el alma, porque nos hace recordar también todos aquellos momentos en los últimos años en que ha sido tan importante la reacción y tan importantes los resultados de esa reacción de nuestros Estados, como cuando se impidió sobrevolar algunos Estados al presidente Evo Morales, una respuesta inmediata de nuestros Estados; como cuando dimos una reacción también respecto al tema de los bonos y de los fondos buitres a Argentina, como cuando en la propia OEA, contrario a lo que antes pasaba, el Ecuador fue respaldado por todos los Estados, con la excepción de Estados Unidos y Canadá, por la amenaza de Inglaterra de ingresar a nuestras instalaciones en Londres para sacar al señor Assange. Ahora otra vez, volvemos a repetir esa solidaridad de nuestros pueblos.

Los poderes fácticos, los poderes imperiales tienen que saber que no conseguirán devolvernos a la noche de nuestra historia, que el ALBA llegó a nuestra región y llegó para quedarse, para olvidar la noche anterior.

Pues estas medidas, de hecho y no de derecho, como son el decreto, la imposición de sanciones a terceros como forma de presión política y económica vulnera los principios de la no injerencia y de la igualdad de Estados consagrados en la Carta de Naciones Unidas y atenta también contra el derecho interamericano.

La administración del presidente Obama vive en el pasado, es hora de abandonar las políticas intervencionistas y plantear relaciones basadas en el respeto por nuestra soberanía y nuestro derecho a la autodeterminación. Nuestra región debe estar firme ante el desafío de Estados Unidos. Debemos estar pendientes de la respuesta del gobierno al llamado de Venezuela y de UNASUR, y ahora al llamado del ALBA, como ha dicho aquí, franco y respetuoso al diálogo, y por el bien de la región esperamos que esa respuesta de Estados Unidos sea positiva y constructiva.

Queridos hermanos:

En estos momentos difíciles para nuestra hermana República de Venezuela no solo debemos unirnos, también debemos estar juntos a Venezuela, defender a Venezuela, proteger a Venezuela, a la nueva Venezuela, cuya construcción lideró Hugo Chávez Frías. Hugo Chávez, quien fue para Ecuador y para todos nosotros un hermano, un compañero, un verdadero amigo, y por eso tenemos ahora que traer su memoria, su legado a nosotros. Con su proyecto político, profundamente democrático, Hugo Chávez construyó para su pueblo una patria con manera de campesino, audacia de militar, visión de estadista y alegría de guerrillero; convirtió una patria pequeña y rota, estrecha y desguasada en un crisol viviente, en un volcán en erupción, cuya magma desbordó sus confines e inundó nuestra región.

Venezuela sigue siendo un faro, un referente de dignidad, de soberanía, de voluntad, de transformación, de amor desbordante de pueblo. Venezuela proyecta la luz de Chávez. El legado de Chávez lo asumimos como historia viva de una Venezuela de la América Latina y el Caribe que después de Hugo Chávez ya nunca más volverán al pasado.

Como dice el mural que desde hace décadas se levanta orgulloso frente a la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana: “Señores imperialistas, no les tenemos absolutamente ningún miedo.” Nuestros pueblos están dispuestos a defender cada centímetro arrebatado a la injusticia, a la desigualdad, a la violencia de siglos de imperialismo, y nosotros también debemos estarlo. No torcerán el brazo a nuestros pueblos, porque somos hijos de la libertad y estamos resueltos a ser libres.

Venezuela no está sola, Presidente, junto a ella estamos todos los países y todos los pueblos de Latinoamérica. Ecuador expresa su más absoluta y militante solidaridad con el pueblo y el gobierno de Venezuela y le acompaña en el proceso de construcción de su Revolución Bolivariana que se asienta en la memoria del Comandante Hugo Chávez y seguiremos caminando por la senda de la emancipación, construyendo día a día, paso a paso, una patria grande, libre, digna, soberana y justa.

Muchas gracias (Aplausos).

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