ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
El presidente venezolano se dirigió al pueblo en cadena nacional durante un Consejo de Ministros en el Palacio de Miraflores. Foto: Prensa Presidencial

La revolución bolivariana y chavista ha sido atacada desde sus inicios, y no ha tenido un minuto de tregua desde la muerte de Hugo Chávez, de la cual se cumplen dos años. Estados Unidos y la oligarquía consideraron que la ausencia del carismático líder histórico crearía el clima ideal para destruirla frente a un chavismo que, pensaban, se dividiría y no sería capaz de sobrevivir a su creador y comandante. Se equivocaron. Venezuela aguanta.

De Chávez dijo Fidel Castro que Cuba había perdido a su mejor amigo y que ni siquiera él mismo sospechaba cuán grande era. En el segundo aniversario de su muerte el pueblo cubano y el venezolano, así como los de otras geografías le rinden honores, con la presencia en Caracas del primer vicepresidente de los consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel y con el sentimiento profundo de solidaridad hacia el pueblo venezolano ante los ataques incesantes de la derecha y del Gobierno de Estados Unidos.

Los dos años que Nicolás Maduro se ha mantenido en la presidencia demuestran el error de los enemigos de la Revolución Bolivariana por no valorar exactamente la conciencia de lucha sembrada por Chávez en el pueblo venezolano, ya demostrada una vez al derrotar el intento golpe de Estado y el sabotaje petrolero que organizaron en 2002.

Los últimos ensayos de la derecha de crear una crisis económica de desabastecimiento de alimentos y la llamada “guarimba” (protestas violentas), fracasada por la decisión del gobierno bolivariano y sus bases populares, deberían enseñar al imperialismo y a la oposición antidemocrática que las ideas chavistas han penetrado con suficiente profundidad como para detener nuevos golpes.

Las masas chavistas han tomado plazas y calles de Venezuela para respaldar al presidente Nicolás Maduro, continuador de la obra del Comandante Eterno Hugo Chávez Frías. Foto: Prensa Presidencial

Hace poco, el presidente Maduro calificó las acciones subversivas imperiales y fascistas como un golpe de Estado permanente y su demostración estuvo en el naufragio derechista del pasado 12 de febrero, cuando el enemigo planeaba un golpe militar con ayuda de oficiales de aviación para bombardear lugares estratégicos de Caracas, pero fue descubierto por la inteligencia y la acción leal de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, que volvió a demostrar su unión con el pueblo.

A veces se ha empleado el término de “golpe suave” para diferenciarlo de las dictaduras gorilas que organizaban la CIA y la Casa Blanca en décadas pasadas, pero en Estados Unidos y en la llamada Mesa de Unidad Democrática (MUD, completamente golpista) no han cesado de emplear un torbellino de propaganda mediática sobre falsas acusaciones de violaciones de los derechos humanos y mal manejo de la economía con el fin de tratar de dividir a las fuerzas bolivarianas.

Las multitudes que han recorrido las calles de Venezuela para rendir honor al fundador de la V República demuestran la resolución de lucha y resistencia de un pueblo.

El diario mexicano La Jornada analiza que “Washington y la contrarrevolución no renuncian a destruir la Revolución Bolivariana y con ello lograr el desmantelamiento de la arquitectura de unidad e integración latino- caribeña, comenzando por el ALBA”.

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