ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
El canciller de El Líbano calificó de exitosa su visita a Cuba y a otros países de la región. Foto: René Pérez Massola

BEIRUT.—El canciller de El Líbano, Ge­bran Bassil, se pronunció esta semana por explotar al máximo las grandes potencialidades de intercambio cultural y comercial con Latinoamérica para elevarlo al buen nivel de las relaciones políticas y diplomáticas.

Bassil explicó que esas fueron sus prioridades en la reciente gira por cinco naciones de América Latina, aunque reconoció que “no se puede construir una relación al nivel que uno desea” con un solo viaje, el primero de carácter oficial que una persona de su investidura hizo a aquella región en 45 años.

En entrevista exclusiva con Prensa Latina en la sede del Ministerio de Relaciones Ex­te­riores en Beirut, el funcionario valoró de muy exitosas las visitas que realizó en la se­gunda mitad de febrero y comienzos de mar­zo a Cuba, México, Ecuador, Colombia y Ve­ne­zuela.

Según Bassil, las relaciones políticas se de­ben mantener porque ya existen fuertes lazos, y defendió hacer más consultas, tener constante revisión de la situación, más cooperación sistemática, pero “la base está ahí, solo te­nemos que mantenerla y cooperar de mejor manera”.

Indicó que El Líbano y el llamado Nuevo Mundo sostienen un entendimiento en asuntos como la causa árabe, en particular la palestina, o lo que describió como defensa del modelo libanés, y tal clima cordial lo constató en las reuniones con autoridades y con la diáspora de su país.

Nos reunimos con muchos libaneses (hay unos 12 millones emigrados y descendientes) y eso para El Líbano equivale a tres veces la población del país, así que es algo grande estar en contacto con ellos y tratar de intercambiar con esos países sobre política, cultura y más economía, agregó.

En la plática con Prensa Latina, el canciller destacó la cálida hospitalidad tributada a él y a su delegación en Cuba.
Puntualizó que la apertura que desea ver en la mayor isla del Caribe debe hacerse “siempre que preserve su propia política do­méstica, su toma de decisiones, la libertad para mantener su sistema económico y posiciones po­líticas”.
“Cuba no es solo puros o ron, en música podemos tener fantásticos programas de intercambio, me gustaría ver aquí orquestas cubanas, enviar grupos libaneses allá, hacer conciertos, conectar a los pueblos. Ese espíritu cubano es muy cercano a nosotros, entonces porqué no explotarlo más”, inquirió.

Preguntado sobre Venezuela, encomió que en el aspecto político existe “muy, muy buena relación”, pero estimó “difícil y frustrante” ver cuán grandes son las potencialidades económicas y comerciales, y lo poco explotadas que están, y lamentó incluso la inexistencia de una conexión aérea directa.

Por lo mismo, para Bassil la cuestión política no es la mayor preocupación. “Lo que realmente necesitamos trabajar es el intercambio económico y cultural. Tenemos gran comunidad en América Latina, y El Líbano puede ser de real contribución para ayudarla a penetrar mercados de África y Medio Oriente”, señaló.

De hecho, explicó que durante el periplo se firmaron 12 acuerdos, incluidos algunos políticos y tratados de libre comercio, encaminados a mejorar el intercambio de mercancías en ambos sentidos y “reconectar nuevamente a los libaneses con su país, reconectar las dos economías”.

“Latinoamérica debe beneficiarse del trato con países como El Líbano. Tenemos una relación más fuerte con el mundo árabe y África, poseemos redes de embajadas y personas, redes de influencia en política y en economía, y podemos propiciar acceso de compañías, inversionistas y organizaciones”, indicó.

Al mismo tiempo, esta nación árabe debe sacar provecho de la presencia de una gran diáspora en América Latina y del afecto que suscita en aquella región de parte de Estados, gobiernos, políticos y pueblos.

“Es algo que se siente, pero que no se aprovecha. El sentimiento de simpatía está ahí, los lazos están ahí, pero no es solo un tema sentimental, no nos estamos beneficiando y necesitamos tener un marco para una mejor relación de trabajo en muchas esferas”, reclamó el canciller.

Lamentó que el comercio bilateral sea tan endeble y citó que las exportaciones libanesas a Latinoamérica son del orden de los 38 millones de dólares anuales, dato realmente bajo —di­jo— cuando hay 12 millones de libaneses y descendientes, y otros 617 millones de latinoamericanos.

Incluso, prosiguió, las exportaciones de América Latina a esta nación son prácticamente imperceptibles, en tanto equivalen al uno por ciento de todas las importaciones nacionales.

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