Justo en los días en que las negociaciones nucleares entre Irán y el Grupo 5+1 (EE.UU., Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania) parecen avanzar en la búsqueda de un acuerdo final, Israel se desespera e intenta sabotear cualquier consenso que pueda existir entre los gobiernos de Teherán y Washington, máximos representantes de la mesa de diálogo.
En el momento en que algunos observadores norteamericanos creen que un posible compromiso podría ser alcanzado en una fecha tan temprana como la próxima Conferencia sobre Seguridad de Munich, a celebrarse el próximo viernes 13, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu prometió hacer todo lo que esté en su mano para tratar de sabotear el acuerdo.
En vísperas de las elecciones legislativas de marzo en la entidad sionista, Netanyahu pretende demostrar fortaleza política, por lo que ha convertido el tema de las negociaciones Irán-G5+1 en el asunto principal de su campaña electoral.
Las potencias internacionales e Irán están corriendo hacia un acuerdo que permitirá a este último conseguir armas nucleares, algo que amenazará la existencia del Estado de Israel, comentó el premier israelí recientemente en una reunión con su gabinete en el Jerusalén ocupado.
“Continuaremos actuando y liderando los esfuerzos internacionales contra el logro de armas nucleares por parte de Irán y actuaremos de todas las formas posibles para dislocar este acuerdo que arroja una nube negra sobre el futuro de Israel”, afirmó.
Irán, incluso a través de su Líder Supremo Ayatolah Ali Jamenei, manifestó en numerosas ocasiones que sus actividades de enriquecimiento de uranio no están dirigidas a lograr el arma nuclear, sino a incrementar su programa de producción de energía.
El acuerdo permitiría a Irán mantener su programa nuclear con fines pacíficos y eliminar las sanciones impuestas a la nación persa por EE.UU. y las potencias occidentales.
Además, el máximo guía de la Revolución Islámica cree pertinente llegar a un convenio siempre y cuando este no vaya en contra de los intereses nacionales.
En este punto de las negociaciones en que ambos lados parecen ahora más dispuestos a hacer concesiones con vistas a lograr un acuerdo, Netanyahu lo presenta como una amenaza para Israel y no oculta el hecho de que utilizará al lobby sionista, y en especial a su principal organización, el Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos-Israel (AIPAC, por sus siglas en inglés), para presionar a congresistas estadounidenses a que aprueben sanciones que puedan dislocar las pláticas.
Sin embargo, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, durante una entrevista con la cadena televisiva estadounidense CNN, declaró que vetará todos los intentos provenientes del congreso por boicotear el convenio Irán-G5+1.
Obama comentó que incluso el servicio de inteligencia israelí (Mossad) reconoció el compromiso de Irán con el cumplimiento de su acuerdo nuclear preliminar con el G5+1, alcanzado en noviembre del 2013 en Ginebra.
En marzo de este año, Netanyahu dijo que hablará al Congreso de EE.UU. sobre lo que él llama la “amenaza nuclear de Irán”, pero el propio Obama, el vicepresidente norteamericano, Joe Biden y el Secretario de Estado, John Kerry, han afirmado que no estarán presentes en la alocución del mandatario israelí y que no se reunirán con él durante su visita.
La administración Obama advirtió a Netanyahu sobre cualquier intento de presionar al Congreso para sabotear el acuerdo nuclear que el gobierno de EE.UU. está buscando.
Mientras en Israel, no todos están de acuerdo con la posición del primer ministro, quien no solo quiere descarrilar las negociaciones, sino que amenaza con crear tensiones nunca antes vistas entre EE.UU. e Israel.
Medios de prensa y analistas israelíes creen que Netanyahu está conduciendo al estado hacia un aislamiento internacional. También consideran que el extremismo de su primer ministro, podría dañar las relaciones con EE.UU., su principal aliado.
Lo cierto es que a finales de la pasada semana, Kerry y el ministro iraní de Exteriores Mohammad Yavad Zarif anunciaron su intención de completar, al menos, un borrador final del acuerdo para finales de marzo, pues los últimos detalles quedarían pospuestos para una fecha previa a la finalización del plazo límite el primero de julio del 2015.
En la búsqueda de un convenio duradero y creíble, los negociadores de cada bando discuten sobre el aspecto más espinoso de los últimos tiempos: el número de centrifugadoras para enriquecimiento del uranio que Irán podría mantener.
Resulta contradictorio entonces que el gobierno de Israel, que siempre se ha negado a firmar el Tratado de No Proliferación, continúe tildando a la nación persa de “amenaza nuclear”, mientras que su régimen conserva almacenadas entre 200 y 400 ojivas nucleares y es el único país de la región que no ha dado acceso a los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) para supervisar sus instalaciones nucleares.
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JASSIL56 dijo:
1
10 de febrero de 2015
00:34:18
Naximo Bejerano Diaz dijo:
2
10 de febrero de 2015
15:16:20
Irwin Peralta Fornier dijo:
3
10 de febrero de 2015
17:28:41
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