ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

(Versiones Taquigráficas - Consejo de Estado)

Muchas gracias, Presidente:

Ante todo quiero saludar a los presidentes, presidentas presentes esta tarde en esta Cumbre de la CELAC; a los vicepresidentes, a los cancilleres, a los jefes de delegación, y muy en especial al presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, a quien felicito, a él, a su Canciller y a todo su equipo de trabajo, y al pueblo costarricense por ser anfitriones de esta importante Cumbre de la CELAC hoy aquí en San José, bajo el lema: Construyendo juntos.

Un 23 de febrero de 2010, en ese momento como vicepresidente y canciller de Panamá, en la ribera maya, fui testigo del nacimiento de la CELAC, luego de un arduo trabajo diplomático en la región, irisados por la canciller de México, Patricia Espinosa, a quien hoy reconozco el trabajo que hizo para hacer de esta fusión, de esta CELAC que tenemos hoy, esta unión de Latinoamérica y el Cribe, una realidad.

Ese nacimiento fue importante, hubo una diferencia de dos jefes de Estado, muy queridos ambos por sus pueblos, el presidente Hugo Chávez y el presidente Álvaro Uribe, y fue el presidente de Cuba hoy, aquí presente, Raúl Castro, a quién le tocó mediar esa diferencia, junto al presidente Lula, y el mensaje que se sellaba en ese momento es que las diferencias en nuestra región podemos resolverlas entre nosotros mismos, sin injerencia de ninguna potencia, sino como hermanos latinoamericanos y caribeños, buscando la paz y el diálogo de nuestros países. Fue un momento histórico y hoy —gracias al mandado recibido del pueblo panameño un 4 de mayo de 2014— regreso a esta Cumbre de la CELAC ya como Presidente de la República irisando un gobierno honesto, transparente, un gobierno comprometido con la paz, con el diálogo, con los consensos, un gobierno que respeta la vocación que nos da nuestra posición geográfica de ser un país de encuentros, de ser un país que tolera, que respeta y que busca siempre la unidad.

Los presidentes que estamos hoy aquí, ocupamos una silla que trae en una forma temporal muchos temas protocolares, pero lo más importante que trae esta silla es la gran responsabilidad de trabajar unidos por el bienestar de nuestros pueblos. Todos vamos a hacer obras en nuestro período de gobierno, construir carreteras, escuelas; pero para mí lo más importante, lo repito y no me canso de repetirlo, es luchar unidos para cambiar la política de un negocio a un servicio, humanizar la vida pública, para que sean las necesidades del pueblo donde las energías de todos nosotros se enfoquen, porque son muchos los problemas que enfrentamos cuando nos sentamos en estas sillas: inseguridad, desigualdad, pobreza, para buscar más problemas de los que la silla por sí trae, que son la responsabilidad de servir a nuestros pueblos. Dejar en nuestros países democracias funcionales, comprometidas con la lucha contra la corrupción, la desigualdad, la rendición de cuentas y, sobre todo, asegurar que el patrimonio de nuestros pueblos sea usado exclusivamente por nuestros gobiernos, para servir al pueblo al que nos debemos y el que nos eligió.

Hace poco regresé de Davos, del Foro Económico Mundial, y había un consenso en todo el sector empresarial del futuro promisorio de América Latina, el crecimiento económico, de los retos por delante, un continente en paz, un continente que consolida sus sistemas democráticos y sus sistemas políticos, que se respetan entre los países, y eso no lo podemos perder, aunque existan diferencias tenemos que buscar en el bienestar de nuestros pueblos la unidad.

Retos importantes en materia de educación, de salud, de transporte, de agua potable. Retos que en los períodos de gobierno que nos permiten nuestras constituciones y son los mandatos que hemos recibido del pueblo, para resolverlos se necesita planificación, ejecución, visión de Estado, dejar la política partidista e implementar una política de Estado, para poder avanzar en las metas.

Presidente Morales, vi su memoria, lo felicito por su nuevo mandato, es en esa memoria donde están las mediciones concretas de cuánto ha aumentado la escolaridad, cuánto ha aumentado la cobertura de agua potable, cuánto ha aumentado la cobertura de sanidad básica, cuánto ha bajado la inseguridad, cuánto ha bajado la pobreza, es donde está, al final, el resultado de si fuimos exitosos o no en la misión asignada por nuestros pueblos.

Como Presidente de la República de Panamá, hemos iniciado proyectos muy importantes, para llevar cobertura de sanidad básica al ciento por ciento de nuestra población; cobertura de agua potable al ciento por ciento de nuestra población; educación secundaria obligatoria, construyendo más de 10 000 nuevas aulas y eliminando la jornada vespertina que crea desigualdad, para que todos los estudiantes vayan a una jornada única y así buscar equidad en el sistema educativo; construyendo un sistema de transporte moderno, en nuestra capital, para mejorar la calidad de vida de nuestros ciudadanos; construyendo viviendas dignas, a través de un proyecto que hemos denominado Techo de esperanza, para nuestros ciudadanos; avanzando en un diálogo, para la unificación de nuestros sistema de salud pública, para implementar un sistema de salud preventiva, de primer mundo, donde vamos a llevar adelante un censo de salud a los mayores de 40 años, para así identificar los problemas que afectan a nuestros ciudadanos y a través de la salud preventiva evitar muchas enfermedades que, al final, son costosas para nuestro pueblo y para nuestro Estado.

Pero en estos retos he identificado algo importante, que es la responsabilidad de planificar, y siento que los diferentes organismos multilaterales presentes, financieros, como CAF, el BID, CEPAL, pueden desempeñar un papel de primera línea en buscar la cooperación no reembolsable, con respaldo de la banca extranjera, con respaldo de muchas organizaciones en Naciones Unidas, para identificar los proyectos de infraestructura necesarios en nuestros países, para cumplir todas estas metas que nos hemos trazado.

Hay palabras sencillas, pero que contienen mensajes profundos: educación secundaria para todos, a un ciento por ciento de Latinoamérica. Cuánta inversión en infraestructura, cuántos maestros tienen que ser capacitados, es el reto de identificar esas tareas lo más importante que nosotros vemos en estos esfuerzos multilaterales en los que participamos en el día de hoy; cuántos sistemas de alcantarillado, cuántas nuevas potabilizadoras tienen que construirse para darles a nuestros ciudadanos el ciento por ciento de cobertura de agua potable.

Los períodos de gobierno son cortos para los problemas que enfrenta la población, por ende, en la planificación en el diseño de políticas de Estado que pase las fronteras, donde la cooperación entre todos los países implementando las mejores prácticas encuentre esas soluciones, con precios que pasen las fronteras de países establecidos: cuánto cuesta un aula-escuela, cuánto cuesta una potabilizadora en base a su capacidad, para así, con transparencia aprovechar este momento de crecimiento económico para que nuestros países puedan hacer las inversiones necesarias para cumplir con la necesidad de nuestros pueblos. En esto tenemos que estar unidos.

En nuestro país hemos implementado sistemas de protección social, pensiones a los que no tienen derecho, para que toda la población tenga acceso a una pensión digna, a una atención médica.

Becas universales para asegurar que los estudiantes se mantengan en las escuelas, luchar contra la deserción escolar y, sobre todo, que cumplan esa meta de graduarse de secundaria. Una nueva oferta educativa técnica postsecundaria, para preparar a nuestros jóvenes para los retos que presenta nuestra economía de servicio y los empleos que esta está creando. En esto tenemos que planificar, ponernos metas al 2025, ponernos metas a 10 años, como hacen muchos países, donde las fuerzas políticas consensuan planes de infraestructura y los llevan al Congreso y ese norte se mantiene, para evitar la improvisación y no perder el esfuerzo en el que se han invertido muchos recursos.

Panamá en este momento es un país con un crecimiento económico del 6% al 7%, una inflación del 2%, una tasa de desempleo de un 4%, una inversión extranjera de más de 4 000 millones de dólares al año, ampliando nuestros puertos, nuestro aeropuerto, nuestro canal, con el turismo creciendo; pero esto todo se debe a la consolidación de un sistema democrático que respeta la libertad de expresión, los derechos humanos y que corrige, a través de la votación popular, cualquiera que se quiera desviar del modelo que queremos los panameños: democracia participativa, para trabajar unidos por el bienestar de nuestro pueblo, de la región y el mundo.

Quiero felicitar al Presidente de Costa Rica por organizar esta Cumbre, que nos permite a los hermanos latinoamericanos encontrar un espacio de diálogo político para avanzar unidos a trabajar por nuestros ciudadanos.

Es a través del diálogo, del respeto, de la sinceridad que podemos consolidar la integración de nuestra región y que esta integración vaya más allá en luchar contra el crimen organizado, el terrorismo; prepararse para cualquier recurso natural que afecte a nuestros pueblos, para eso hay que mejorar los niveles de cooperación entre los países. No podemos permitir que debido a la tecnología, a la conectividad aérea, que es muy positiva para nuestro país, delincuentes viajen de un país al otro llevando luto y dolor a través del crimen organizado y el narcotráfico, para eso hay que acercar a nuestros estamentos de seguridad, compartir información e inteligencia, para que en esa integración los buenos puedan caminar por todo el continente, y los malos no puedan viajar. Es la única forma de poder seguir avanzando; pero para eso tenemos que consolidar esta integración a una integración eficiente, que nos rinda a todos el tiempo que se le dedica de recursos humanos y energía, para que esto se convierta en medidas específicas de cooperación entre los países, buscando que esta cooperación nos ayude en todas las luchas que tenemos en los temas que he mencionado anteriormente.

La región tiene noticias positivas, sin duda alguna el diálogo entre Estados Unidos y Cuba es algo de lo que todos estamos contentos. A escasos días de haber ganado la presidencia de la República de Panamá, como país soberano y como país anfitrión, tomamos la decisión de invitar de inmediato a nuestro hermano país, el gobierno de Cuba, a la Cumbre, y de esa forma dimos un granito de arena a un diálogo que para nosotros es muy positivo, y hoy ratificamos nuestro compromiso de acompañar este proceso y toda la CELAC que ha manifestado ese respaldo, hasta que se levante el embargo y hasta que se restablezcan las relaciones diplomáticas y podamos ya consolidar nuestro continente y las relaciones entre todos los países de otros continentes.

En este sentido reconozco el trabajo que ha hecho el presidente Raúl Castro, el presidente Obama, el canciller Kerry, el canciller Bruno Rodríguez, es el camino correcto. Siento que las diferencias hay que resolverlas en el diálogo, hay que resolverlas buscando esas soluciones, porque el tiempo que estamos en estas sillas es un tiempo limitado, no estaremos siempre en ella, es tiempo que nos da Dios para servir a nuestros países, a la región, y tenemos que usarlo de una forma constructiva y productiva a favor del continente.

También reconozco el avance positivo del diálogo de paz en nuestro vecino y hermano país de Colombia, y nos sentimos optimistas de que ese proceso va a concluir y va a ayudar a que muchos recursos que tanto a Colombia, e incluso, a Panamá le toca invertir en temas de seguridad, por las situaciones que se dan en nuestras fronteras, puedan ser enfocados a atender los problemas sociales que afectan a nuestros países.

Hay situaciones políticas en otros hermanos países, pero cuando sube el nivel de tensión política, lo que nos toca a los dirigentes de los otros países es colaborar para bajar ese nivel de tensión. Es muy fácil tirarle más leña al fuego, lo difícil es apagar el incendio y, sobre todo, asegurar que el incendio no afecte o tenga daños colaterales en quienes no tienen nada que ver o que nunca hicieron nada para provocarlo.

Por eso, nuestro país se prepara para la Cumbre de las Américas, una cumbre histórica, una cumbre que va a encontrar un continente unido, un continente buscándose a sí mismo, como lo estamos haciendo en la CELAC: la consolidación de la paz. Cuando vemos las situaciones que afectan a otros continentes: el ébola en África, el terrorismo en el Medio Oriente, los conflictos en Rusia y sus países vecinos, debemos darles gracias a Dios por la paz que estamos disfrutando; pero tenemos que tener cuidado, porque esos problemas pueden llegar a nuestro continente, afectarnos, y por eso tenemos que estar unidos y a través de la cooperación blindar a nuestro continente de las situaciones lastimosas que viven nuestros hermanos en otros continentes del mundo.

La Cumbre de las Américas, a la cual quiero aprovechar para ratificar esta invitación a los Jefes de Estado, y agradecer a todos aquellos que ya nos han ratificado su participación, será una cumbre histórica. Prosperidad con equidad: El desafío de la cooperación en las Américas, es el tema que hemos escogido. Y, sin duda alguna, sentimos que en los trabajos que se están haciendo, identificar las áreas de cooperación y poder darles un mandato a los diferentes organismos multilaterales, a los organismos financieros de que se enfoque todo el esfuerzo y la energía en la búsqueda de poder hacer las inversiones necesarias en nuestros países para mejorar la cobertura, los diferentes sistemas de salud, de educación, mejorar la seguridad, fomentar el turismo, mejorar la calidad de vida de nuestros ciudadanos, es el gran reto que se nos presenta, aparte de los encuentros históricos, diálogos políticos que se darán, que van a ayudar mucho a poder avanzar en nuestra región.

Aparte de la cumbre de presidentes, habrá una cumbre empresarial, de jóvenes, de sociedad civil y también de rectores de diferentes universidades de las Américas, para poder unir al sector privado, al sector educativo y a los dirigentes políticos en caminos comunes en la búsqueda de esa prosperidad con equidad que queremos todos para nuestra región.

Los esperamos con los brazos abiertos en Panamá, van a disfrutar de unos días, donde van a convivir con un pueblo pacífico, un pueblo noble, un pueblo amante de la paz, un pueblo respetuoso de todas las religiones, culturas, credos; un pueblo que cuando alguien toca a nuestro aeropuerto, lo hace sentir en casa apenas llegó.

Esta es una cumbre que va a sentar las bases de una nueva relación en las Américas, una relación de cooperación, de integración, de respeto, donde tenemos que debatir temas importantes como los flujos migratorios, para poder flexibilizarlos y, así, que no tengamos que tener las situaciones lamentables a las cuales muchos hermanos de Centroamérica y otros países del Caribe se ven pasar.

También consolidar la lucha contra la desigualdad y el compromiso con una política de Estado, una política de las soluciones a los problemas que afectan a la población, que es la razón de ser de los hombres y mujeres que nos dedicamos a la vida pública.

Con la presencia de ustedes en nuestro país en la Cumbre de las Américas vamos a cumplir uno de los sueños del Libertador Simón Bolívar, quien el 6 de septiembre de 1815, hace 200 años, en la conocida Carta de Jamaica, decía: “¡Qué bello sería que el Istmo de Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos! Ojalá que algún día tengamos la fortuna de instalar allí un augusto congreso de los representantes de las repúblicas, reinos e imperios a tratar de discutir sobre los altos intereses de la paz y de la guerra con las naciones de las otras partes del mundo.”

Que en la Cumbre de las Américas, en la CELAC y en los foros en que participamos, a través del diálogo político encontremos no solo la paz, y consolidemos no solo la paz en nuestro continente, sino la paz social en nuestros países.

Muchas gracias (Aplausos).

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