Syriza, la agrupación de izquierda en las que están fijos los ojos de Europa, semeja un tsunami en la conquista de los electores helenos, cansados de las restricciones a la vida diaria impuestas por la derecha financiera.
Guiados por Alexis Tsipras, los griegos van camino a cambiar las reglas del juego del neoliberalismo y de dejarse estrujar su economía por la famosa troika que componen la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.
Hasta un portal de noticias bastante inclinado hacia la derecha como Terra, está suficientemente convencido para decir: “Entre el fervor de sus partidarios y los sondeos unánimes que pronostican su victoria, nada parece impedir que Alexis Tsipras, líder del partido de izquierda radical Syriza, se convierta el próximo domingo en el primer jefe de un gobierno europeo abiertamente antiausteridad.
Pese a ello, Tsipras, de 40 años, advirtió a la multitud congregada el jueves por la noche en la plaza Omonia, en Atenas, que la tarea será “difícil” y que posiblemente se produzcan “grandes enfrentamientos”.
Los bancos y empresas financieras transnacionales, sobre todo las alemanas, han abierto los ojos de pánico debido a que Tsipras ha prometido reestructurar la deuda de la nación balcánica con una quita del 80 %, porque simplemente son impagables los préstamos de la troika.
Esos créditos van a Grecia, pero regresan a manos de los bancos que los aportaron con altísimos intereses que no pagan los bancos griegos, sino recaen, impuestos mediante, en la población del país endeudado.
Los datos obtenidos indican que el total de lo que deben pagar los helenos es de 300 000 millones de dólares, por lo que Tsipras calificó el adeudo cono “odioso e insostenible”.
La seguridad de la victoria de Syriza la basan las encuestadoras en que el jueves había una diferencia de dos puntos —según el Instituto Metrisi—, y el viernes dio un salto a 9 % en el sondeo de Palmos Análisis, con diferencia a favor de la agrupación de Tsipras, por lo que el primer ministro de Nueva Democracia, Antoni Samaras navega por peligrosísimas aguas procelosas.
Ya se había anunciado que una victoria de la izquierda griega podía desencadenar el movimiento popular en países que han sufrido en carne propia la crueldad de la troika y el aumento de la pobreza en la otrora estable Europa.
Ahora bien, Tsipras está consciente de que necesita una mayoría absoluta en el Parlamento si quiere que su movimiento tenga fuerza de negociación con la troika e impulsar leyes que beneficien a la mayoría helena.
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Marisa Freire dijo:
1
24 de enero de 2015
06:52:59
jaime svart dijo:
2
24 de enero de 2015
08:48:48
Otilio Gonzalez dijo:
3
25 de enero de 2015
08:05:08
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