Pese a las investigaciones, la polémica muerte del fiscal argentino Alberto Nisman parece originar más preguntas que respuestas, y es que la presidenta argentina, Cristina Fernández, luego de denunciar el suicidio en su cuenta en Facebook, ahora lo descarta como causa de muerte y lo considera parte de un complot contra su gobierno.
Resulta que Nisman investigaba la causa del atentado en 1994 contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), pero cambió el curso de la pesquisa al lanzar la semana pasada la denuncia de que el poder Ejecutivo intentaba encubrir la presunta implicación de Irán en aquel ataque a cambio de petróleo.
Este lunes el fiscal debía explicar su denuncia en una comisión del Congreso, pero apareció muerto en su apartamento de un disparo en la cabeza el pasado domingo.
Las observaciones en un primer momento indicaron que se trataba de un suicidio, pues en la autopsia, al no encontrarse evidencias de defensa en el cadáver de Nisman -y por el hecho de que el fiscal había pedido prestada el arma de la que salió el disparo tres días antes del deceso-, se determinó que no hubo intervención de terceras personas.
Sin embargo, esta hipótesis se complementó con teorías como la del “suicidio inducido” e, incluso, de asesinato.
La del asesinato se sustenta en que el cerrajero que abrió la puerta del apartamento del fallecido declaró que esta estaba abierta, lo que da al traste con la versión oficial, que asegura que la puerta estaba cerrada.
A su vez, se detectó una nueva ruta de acceso al apartamento a través de una sala que lo une a otra de las viviendas, donde se encontraron una pisada y una huella reciente, y, para complicar aún más las cosas, en las manos de Nisman no se encontraron restos de pólvora, confirmó el diario chileno La Tercera.
La otra teoría, más compleja de demostrar, fue propuesta por la fiscal a cargo del caso, Viviana Fein, y se debe a que Nisman volvió sorpresivamente de un viaje familiar por Europa.
Cristina Fernández avaló al principio la tesis inicial. Así lo destacó en su cuenta en Facebook: “El suicidio provoca, además, en todos los casos, primero: estupor, y después: interrogantes. ¿Qué fue lo que llevó a una persona a tomar la terrible decisión de quitarse la vida?”
Más adelante señalaba que detrás del caso de Nisman hay “una historia demasiado larga, demasiado pesada, demasiado dura, y por sobre todas las cosas, muy sórdida”, que intenta “desviar, mentir, tapar, confundir”.
Sin embargo, no demoraría en deducir –otra vez en Facebook-: "El suicidio (que estoy convencida) no fue suicidio. Lo usaron vivo y después lo necesitaban muerto. Así de triste y terrible".
Asimismo, la Fernández consideró este jueves la polémica muerte de Nisman como parte de un complot contra su gobierno; "la operación era la muerte del fiscal después de acusar a la Presidenta, a su canciller", aseguró en su cuenta.
Por otra parte, llama la atención que no solo la mandataria refuta la tesis de suicidio. Sara Garfunkel, madre del fiscal y su ex esposa, la jueza Sandra Arroyo Salgado, también reniegan esta hipótesis; al tiempo que la fiscal encargada del caso, Viviana Fein, lo cataloga de “muerte dudosa”.
A casi una semana de la muerte de Alberto Nisman persisten los cuestionamientos. Más allá de la disputa en torno a la manera real de muerte, se ha establecido por estos días la polémica alrededor de la veracidad de las pruebas reunidas por él en su causa.
Es tiempo, entonces, de escuchar a Cristina Fernández cuando dice: “Hoy más que nunca, no se debe permitir que una vez más se intente hacer con el juicio de encubrimiento lo que ya se hizo con la causa principal”, solo así, luego del paso de las preguntas, prevalecerán las respuestas.
COMENTAR
Carlos de New York City dijo:
1
23 de enero de 2015
17:05:40
Pedro dijo:
2
23 de enero de 2015
18:54:22
Pedro Ortiz dijo:
3
23 de enero de 2015
21:00:31
Fernando dijo:
4
24 de enero de 2015
04:05:41
Responder comentario