La ola de ataques desatada por el ejército israelí contra la Franja de Gaza en los meses de julio y agosto causó la muerte a más 2 140 palestinos, en su mayoría mujeres y niños.
Estos bombardeos indiscriminados dejaron casi 11 mil heridos, que sufrirán una discapacidad permanente, no solo por la gravedad de las lesiones causadas, sino también por lo precario de la atención médica en territorio gazatí.
Los palestinos, que llevan dentro el dolor de la pérdida de los seres queridos, ahora tienen que levantar una región sepultada bajo los escombros dejados por las bombas israelíes.
El territorio ha sido destruido casi totalmente. La situación humanitaria en Gaza es deplorable; escuelas, hospitales, industrias y miles de viviendas fueron derrumbadas total o parcialmente durante los enfrentamientos.
Los hombres y mujeres de Palestina merecen una paz duradera, para lo cual deben comenzar por recuperar sus casas. Las imágenes que quedan luego de la aparente calma muestran una ciudad cubierta de escombros, que tardará varios años en levantarse.
Las principales afectaciones se encuentran en la infraestructura, 360 kilómetros cuadrados de la franja están destruidos: viviendas, edificios, propiedades privadas, redes hidráulicas, de transmisión eléctrica y los depósitos de la única central generadora existente.

Según un informe del Ministerio de Información palestino, cerca de 5 000 millones de dólares serán necesarios para la recuperación de la zona.
Datos colectados por la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) refieren que 38 000 viviendas están seriamente dañadas, de las cuales 17 200 fueron destruidas, dejando a casi 110 000 palestinos sin hogar.
Las bombas lanzadas por el ejército sionista hicieron blanco también en 216 escuelas y 58 hospitales y centros de salud.
Al Wafa, único centro para rehabilitación, se encuentra cerrado por derribo, mientras, aproximadamente 373 000 menores necesitan apoyo psicosocial urgente por los traumas de la guerra.
Servicios vitales como el suministro de agua escasean y casi el 40 % de la población debe acudir a los camiones cisterna esparcidos por la ciudad.
El temor y la desesperación de los gazatíes se contrapone a los beneficios que obtendrán las compañías productoras y exportadoras de cemento y metal, que se llenarán los bolsillos con la reconstrucción de la franja.
De vital importancia será la ayuda internacional que pueda llegar a Gaza, no sin antes contar con la anuencia de Israel o Egipto —países con los que comparte fronteras— para el acceso de todo el arsenal necesario para levantar la ciudad.
Entonces bajo qué circunstancia y en cuánto tiempo será posible la reconstrucción de Gaza, considerando el bloqueo impuesto a la franja por Israel desde el 2007.
Durante varios años las autoridades palestinas han condenado este bloqueo que afecta las relaciones comerciales de la región y causa enormes problemas a los convoyes de ayuda humanitaria para entrar en la franja.
El bloqueo israelí restringe el ingreso de materiales de construcción con el argumento de que Hamás los usa para erigir fortificaciones subterráneas y túneles.
Tras conversaciones con la Autoridad Nacional Palestina (ANP), el gobierno sionista ha pedido que agencias internacionales o la ONU sean las encargadas de controlar la entrada de estos insumos al territorio.
A finales de octubre se reanudarán los diálogos entre Palestina e Israel, con asiento en la capital egipcia, para tratar los elementos sin resolver del último encuentro, entre los que presumiblemente se ubica la recuperación de Gaza.
Precisamente, El Cairo será sede de una conferencia de donantes organizada conjuntamente por los gobiernos de Noruega y Egipto, en coordinación con la ANP para recaudar fondos para reconstruir la Franja.
Israel ha dicho que sea la ANP quien supervise las donaciones y los materiales de construcción que llegarán. Este puede ser un síntoma de verdadera tregua, pero algunos observadores internacionales consideran que se trata de una estrategia del gobierno de Netanyahu para sembrar la división entre Hamás y Al Fatah y hacer estallar un nuevo conflicto.
Mientras tanto, durante los diálogos efectuados en El Cairo ambas facciones palestinas (Al Fatah y Hamás) llegaron a un acuerdo para que un Gobierno de unidad asuma el control inmediato de la Franja de Gaza y dirija la comisión creada para la reconstrucción.
El acuerdo para que la ANP regrese a la Franja, donde Egipto actuó como mediador, permitirá la unificación de las instituciones civiles y de seguridad, además de que significa un “paso para que los donantes internacionales confíen en los esfuerzos de la ANP para reconstruir Gaza”, reconoció Musa Abu Marzuk, jefe de la delegación de Hamás.
Este consenso entre el grupo islamista Hamás, que controlaba Gaza desde el 2007, y el partido nacionalista Al Fatah trata de unir a los palestinos ante esta difícil situación. Si bien los acuerdos para la creación de este gobierno de reconciliación fueron en abril, su materialización en estos tiempos es fundamental de cara a la conferencia de donantes.
Para las naciones dispuestas a colaborar es de vital importancia no solo el logro de una tregua duradera que permita resucitar Gaza, sino también el entendimiento entre las partes palestinas.
Pero devolverle la vida a Gaza no dependerá solo de los esfuerzos, ni de las donaciones que se puedan obtener; habrá que esperar hasta finales de octubre para conocer si se mantiene el acuerdo de alto al fuego logrado el 26 de agosto, entre palestinos e israelíes. De no ser así, regresarán a Gaza la guerra, el dolor y por supuesto la destrucción.















COMENTAR
Alexander dijo:
1
7 de octubre de 2014
13:46:34
tayabito dijo:
2
7 de octubre de 2014
17:26:28
Responder comentario