
No es graduado de Harvard, ni de Yale, Stanford o la Sorbona, pero puede ser un ejemplo de apoyo popular —popular legítimo— sin que los medios masivos de difusión de derecha conquisten contra él las mentes de la mayoría de la población.
Evo Morales, el presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, no parece tener contrincantes en las elecciones generales programadas para el 12 de octubre próximo, y no es una especulación en el aire, sino algo que reconocen hasta sus enemigos más acérrimos.
Incluso, el Movimiento al Socialismo (MAS) considera que su victoria puede ser superior a los comicios anteriores.
El periódico chileno El Mercurio estima que son altas las posibilidades de Evo y el MAS de arrasar en las urnas y cita la encuesta de la empresa Ipsos con una preferencia nacional del 59 %, con 42 puntos de ventaja sobre su más cercano contrincante, Samuel Doria Medina, de la Unión Demócrata.
En 2005, la primera vez que el dirigente de las etnias originarias, los campesinos y obreros se presentó como candidato, ganó con 54 % de los votos, para subir en 2009 al 64 %. En la contienda actual puede superar ese índice.
Es muy difícil que una derecha fragmentada constituya una amenaza para Evo Morales y el MAS desde que el Presidente indígena comenzara con la nacionalización de los hidrocarburos, los recursos minerales y las políticas sociales para sacar de la pobreza a miles y miles de sus conciudadanos.
Los norteamericanos y europeos tal vez digan con desprecio: “un indígena”, mas es el único gobernante en décadas que ha logrado un crecimiento estable de la economía boliviana de aproximadamente el 5 % anual o más y posee
15 000 millones de dólares en las reservas internacionales, una cifra de fantasía para todos sus predecesores.
El politólogo Jorge Lazarte indica que "… La oposición aún no se pone de acuerdo en qué está en desacuerdo con el gobierno. No está en condiciones de vencer, porque no logra demostrar que es capaz de gobernar".
Bolivia vive uno de los procesos políticos, económicos, sociales y culturales más interesantes y profundos de América Latina y el mundo, a pesar de todos los intentos del gobierno de Estados Unidos por volver a la situación que existía hace nueve años con los gobiernos neoliberales.

El problema no es que falten a veces los conflictos con algún sector, pero el primer aymara en llegar a la más alta magistratura de la nación del altiplano andino, después de ser proclamado como Apu Mallku o "líder supremo" por varios pueblos originarios de Los Andes, tiene suficiente sabiduría y flexibilidad para sortearlos.
Fue la primera vez desde la coronación de Túpac Amaru II en el siglo XVIII en que se otorgó ese título a un dirigente que ha logrado de la Bolivia de hoy una diferencia absoluta.
Hace unas semanas, cuando presentó su informe anual al Congreso el día de su noveno aniversario como Presidente, Evo Morales subrayó que el producto interior bruto (PIB) era en el 2005 de 9 521 millones de dólares (él ganó las elecciones en diciembre de ese año), mientras en 2013 llegó a 30 789 millones, y la renta per cápita pasó de 1 000 a 2 800 dólares al año.
Las cifras macroeconómicas no siempre son comprendidas por los ciudadanos comunes, pero todos entienden los beneficios obtenidos en el gobierno de Evo Morales
A partir del Primero de Mayo de 2006, la nueva administración del MAS emitió el decreto Héroes del Chaco, en el cual se declaró el fin del saqueo de los recursos naturales de la nación del altiplano y dio inicio a un proceso de nacionalización (los hidrocarburos en primer lugar) que permitió al país recuperar la mayoría de las acciones que hasta ese momento detentaban empresas transnacionales.

Así pasó a manos del Estado la mayor parte de las acciones del estaño de Huanuni, Aguas del Illimani, el complejo metalúrgico Vinto, la mayor empresa de telecomunicaciones y yacimientos de estaño, plata, cromo, hierro y otros, mientras negociaba internacionalmente una empresa mixta para explotar los enormes depósitos de litio del salar de Uyuni, pero haciendo énfasis en su industrialización.
Fue curiosa la información de Evo sobre la situación de la economía, cuando afirmó que en anteriores gobiernos Bolivia no tenía capacidad de endeudarse ante organismos internacionales, pero hoy existen países que le piden dinero prestado, aunque no reveló de qué naciones se trata.
El reconocimiento de los éxitos del mandatario aymara, además de la economía exitosa, abarcó las esferas política, social, étnica y cultural cuando la Constitución proclamó que Bolivia era un Estado Plurinacional, con lo que tenía en cuenta los derechos totales de las distintas etnias, ignoradas durante siglos.

Se puede añadir la alfabetización generalizada, la ayuda económica a los niños de primaria para que no abandonen la escuela, el Bono Dignidad para los ancianos desprotegidos, construcción de viviendas, carreteras y leyes que benefician a las masas y golpean a la oligarquía, especialmente al latifundio.
Washington ha fracasado en los intentos de derrocar al presidente Evo, y ha organizado conspiraciones con la derecha oligárquica para tratar de derribar a un gobierno plurinacional que ha puesto rodilla en tierra a favor de la integración antineoliberal en América Latina y que se ha visto obligado a expulsar a embajadores y diplomáticos norteamericanos por inmiscuirse en los asuntos internos bolivianos, a la DEA y a la USAID.
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asbel dijo:
1
7 de octubre de 2014
13:21:36
Carlos Manuel dijo:
2
7 de octubre de 2014
15:12:49
pablo Albiol dijo:
3
7 de octubre de 2014
16:47:28
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