
Escocia no será un país independiente porque así lo quiso la mayoría. Sin embargo, el Reino Unido deberá modificar algunas de las bases de su relación con los escoceses tras la agitación política que provocó el referéndum, aseguran analistas.
El “No” ganó en Escocia. Tras 307 años de unión y luego de manejarse cifras que daban por vencedora la opción de la soberanía escocesa, finalmente el 55,3 % de los electores decidió continuar junto a Reino Unido.
Con una ventaja del 10 %, los partidarios de la unión vencieron con un 55,3 % contra el 44 % a favor de la independencia. Un millón 914 000 asistentes a los colegios electorales optó por el “No”, mientras un millón 539 000 respaldó el “Sí”.
Aunque el ejecutivo británico celebra su victoria, Edimburgo espera las concesiones prometidas si ganaba el “No”.
Si bien, en el año 2012, el pedido de más prerrogativas fiscales del Partido Nacional Escocés (SNP) fue negado por el gobierno central, ahora deberá tenerse en cuenta en un proceso listo para iniciarse en estos momentos, según un juramento firmado por los tres principales partidos.
Conservadores, liberal-demócratas y la oposición laborista prometieron a Escocia mayores poderes, recursos y mayor autonomía que repercutirá no solo en otras partes del territorio británico, sino en toda Europa.
El primer ministro británico, David Cameron, en respuesta a los resultados del referéndum prometió que Escocia obtendrá más derechos como parte de las promesas que hiciera su gobierno en vísperas de la consulta.
Cameron aseguró que en los próximos meses se avanzará en su implementación, en las áreas de impuestos, gastos y bienestar social.
Asimismo, se comprometió a impulsar reformas para el resto del Reino Unido y puntualizó que ya había dado instrucciones a William Hague, exministro de Asuntos Exteriores del país, para que elaborara planes de descentralización. Las transformaciones estarán reflejadas en proyectos de ley que deben estar listos para enero del 2015.
El primer ministro británico se refirió también a Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte y explicó que la población de estos territorios debe contar con más poder de decisión en sus asuntos internos.
Si las autoridades locales reciben más poderes, los escoceses tendrán más autonomía en la recaudación de impuestos, gastos presupuestarios y servicios sociales.
Del mismo modo, durante las campañas realizadas en vísperas del referendo, Cameron prometió para Escocia mantener la llamada fórmula de distribución Barnett, un sistema de distribución de gasto público diseñado por el exministro de Economía Joel Barnett, en los años 70.
Por lo tanto, los escoceses continuarán bajo esta fórmula que, aun con una población menor, asegura que reciba suficientes recursos para el funcionamiento de sus servicios públicos, a la vez que concede fondos per cápita 19 % superiores a Inglaterra.
Otro tema polémico tratado fue el Servicio Nacional de Salud británico o NHS.
Los independentistas aseguraban que solo la separación puede proteger al servicio de salud de los recortes impuestos por Londres. Mientras, los líderes de los partidos conservadores, liberal-demócratas y la oposición laborista incluyeron una promesa categórica de que la última palabra sobre el dinero que se gaste en el Servicio de Salud en Escocia será del Parlamento escocés.
Por otra parte, al conservar la unión, Londres mantiene sus beneficios en cuanto al petróleo y gas natural de las reservas del mar del Norte y otros recursos naturales del territorio escocés.
Igualmente, el gobierno británico seguirá contando con los impuestos provenientes de la producción de whisky, lana y seda y de la pesca en las ricas aguas escocesas. Además, las bases militares británicas permanecerán en Escocia.
Otro detalle es que el Royal Bank of Scotland, al igual que otras instituciones financieras que habían anunciado sus planes de trasladar sus sedes a Inglaterra en caso de una victoria independentista, aseguró que no realizará ningún cambio en su estructura.
En este contexto, y luego de conocerse los resultados, la cotización de la libra subió en el mercado de divisas.
En el terreno político, el ministro escocés, Alexander Salmond, el principal abanderado de la opción independentista, anunció su dimisión luego de la derrota en el referendo.















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William B. Rodríguez dijo:
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2 de octubre de 2014
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William B.Rodríguez dijo:
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3 de octubre de 2014
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José Antonio dijo:
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4 de octubre de 2014
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