WASHINGTON.— Más de un mes después del asesinato a tiros del joven negro Michael Brown en la localidad estadounidense de Ferguson (Missouri), el policía blanco que lo mató continúa hoy si ser sometido a la justicia.
Un grupo de manifestantes irrumpió en una reunión de las autoridades del condado de San Luis (adonde pertenece Ferguson), para exigir que el agente Darren Wilson sea arrestado.
Los participantes en la protesta, entre ellos los padres de Brown, pedían “justicia para todos” y expresaron que seguirán insistiendo hasta que Wilson sea procesado por el crimen por el cual, hasta ahora, solo la opinión pública lo acusa.
Según los activistas existen pruebas suficientes para que el fiscal del condado de San Luis, Bob McCulloch, ordene la detención del policía, sin la necesidad de aguardar por un fallo de un tribunal investigador, que podría demorar meses.
El pasado nueve de agosto a plena luz del día Wilson ultimó con varios balazos a Brown, de 18 años.
Testigos oculares dijeron que el muchacho, quien estaba desarmado, fue baleado pese a que no ofreció resistencia y tenía las manos en alto en posición de entrega.
El hecho generó una ola de manifestaciones y disturbios que fueron reprimidos violentamente por la policía y la Guardia Nacional. Las acciones se extendieron a decenas de ciudades de Estados Unidos, reabriendo aquí el debate racial.
La muerte de Brown sirvió de catalizador para que el secretario de Justicia, Eric Holder, asignara un equipo de investigadores para que estudie el prejuicio racial en la aplicación de la ley en cinco ciudades de la Unión.















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Carlos Manuel Ortiz dijo:
1
18 de septiembre de 2014
14:15:56
Prensa Latina {PL} dijo:
2
18 de septiembre de 2014
15:24:33
Rubén dijo:
3
18 de septiembre de 2014
17:39:13
El vigilante dijo:
4
18 de septiembre de 2014
20:12:47
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