ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Embajador de Islas Salomón en La Habana, Si­meón Bouro. Foto: Yaimí Ravelo

La colaboración médica cubana ha sido elogiada en múltiples ocasiones y desde todos los rincones del planeta. Se ha hablado de las buenas prácticas de nuestros profesionales en África, Asia, América Latina y el Caribe, donde les han devuelto las ganas de vivir a millones de personas.

Con frecuencia también se ha enaltecido la formación en Cuba de miles de jóvenes extran­jeros que en sus países no podrían pa­gar la carrera de medicina u otras especialidades.

Pero por naturales que nos puedan parecer algunas ideas, no debemos dejar de enorgullecernos cuando escuchamos —por ejemplo— que “Cuba está contribuyendo de una manera sustancial a la transformación de los sistemas de salud de Islas Salomón y de la región del Pacífico”, como manifestó hace pocas semanas el primer ministro de esa nación oceánica, Gordon Darcy Lilo.

Tras dejar inaugurada en La Habana la primera embajada de su país en toda Lati­noamérica, el dignatario también elogió la calidad del sistema educativo cubano y la formación “como médicos de bien” que han recibido aquí alrededor de cien estudiantes salomonenses.

“Están aprendiendo a ver la medicina no con carácter comercial sino con enfoque humanitario. Eso es esencial”, sostuvo entonces.

Sobre todos esos temas compartió Gran­ma con el nuevo embajador salomonense, Simeón Bouro, quien ofreció sus impresiones sobre el estado de las relaciones bilaterales establecidas desde el año 2002 y destacó los proyectos de cooperación en materia médica y educativa que han desarrollado ambos países.

“Tenemos grandes expectativas con los doctores que se forman en Cuba y con la colaboración bilateral de manera general”, comentó.

“Gracias a Cuba en pocos años contaremos con muchos más médicos de los que habíamos podido formar en 36 años de independencia”, afirmó, para luego añadir que la mayor de las Antillas “ofrece muy buenas oportunidades de estudio” para los jóvenes de su país y de otras naciones del Pacífico.

Asimismo, afirmó que “con la nueva embajada, aumentan las oportunidades para reforzar los vínculos y para aprender de las experiencias acumuladas por Cuba en este y otros sectores”.

En ese sentido, manifestó que en “Islas Salomón abundan enfermedades como la diabetes y Cuba ha desarrollado buenos métodos para tratarla. Junto al primer ministro visitamos Labiofam y el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, donde pudimos apreciar cuánto han avanzado al respecto”.

El territorio de Islas Salomón está conformado por un grupo de pequeñas islas repartidas entre dos archipiélagos al sureste de Papúa Nueva Guinea y al norte de Vanuatu, en el Pacífico. El país —con una superficie de tierra total de 28 mil 896 km²— tiene una población aproximada de 600 mil habitantes, la mayoría de los cuales depende de la pesca, la silvicultura y la agricultura para sobrevivir.

Al respecto, Bouro señaló que, al igual que Cuba, su pequeño estado insular está constantemente expuesto a los efectos del cambio climático y al paso de otros fenómenos como los tifones. “En el Pacífico muy pocos países pueden responder tan rápido como Cuba a los desastres naturales. Hemos visto cómo la defensa civil cubana se moviliza, lo cual garantiza que no haya casi víctimas y que los daños sean mínimos”, manifestó.

“Podemos aprender mucho de los cubanos. Nosotros debemos ser capaces de manejar los desastres con rapidez y eficiencia”, subrayó.

El embajador consideró que “Cuba es un país singular”. “Aún con el reto que significa el bloqueo impuesto por Estados Unidos, hemos visto cómo el pueblo cubano lucha para llevar adelante el país”.

“Los cubanos son muy alegres, amigables y sanos. Las calles son muy tranquilas. No hay armas ni atentados. Es un país en paz y diferente a como lo describen los grandes medios de prensa internacionales”, agregó.  

Bouro se refirió, además, a los principales retos de Islas Salomón en el ámbito socioeconómico. “El 60 % de nuestra población es joven, por lo cual requiere de gran atención por parte del Estado. Necesitamos proveerlos de salud, educación y darles empleo”.

Las Islas Salomón son ricas en materias primas minerales como plomo, zinc, níquel y oro. “Sin embargo, —dijo— tenemos dificultades para transformar esos recursos naturales en productos con mayor valor agregado. Expor­tamos las materias primas y luego tenemos que comprar los productos a otros. Eso lo debemos cambiar”.

Por otra parte, explicó que su país “necesita más personal calificado para impulsar los programas de desarrollo económico y satisfacer así las demandas de la población. Eso lleva tiempo e inversiones”.

Por ejemplo, dijo que “podría tomar entre 10 y 15 años tener suficientes doctores en las islas” y de ahí “la importancia que le concedemos a la colaboración con Cuba”.

Actualmente alrededor de 180 estudiantes de doce islas del Pacífico cursan sus carreras universitarias en nuestro país, incluidos los jóvenes salomonenses.

“La cooperación entre los pequeños estados insulares en desarrollo es esencial para enfrentar los desafíos del mundo actual. Cuba ha sido siempre un buen socio. Esperamos que en el futuro nuestros vínculos sean cada vez más fuertes”, concluyó.

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juan guerra dijo:

1

19 de agosto de 2014

23:25:15


Mientras EEUU manda armas para matar Cuba manda medicos para vivir

Inés dijo:

2

20 de agosto de 2014

04:33:48


Soy española, y me encantaría estar orgullosa de mi país como los cubanos tienen que estarlo del suyo, y de sí mismos como ciudadanos de Cuba.

Maria E dijo:

3

20 de agosto de 2014

11:10:17


Gracias por este tipo de artículo. Que viva Cuba y su papel progresista en el mundo!!!

Nébuc dijo:

4

20 de agosto de 2014

14:16:59


Cuando se hable de un país sub-desarrollado, con más de 50 años bloqueado por la 1ra potencia mundial, que comparte lo que tiene y no lo que le sobra, que ama la paz y no teme a quien la provoca: ESA ES CUBA, con sus necesidades, defectos y virtudes, pero siempre CUBA.