WASHINGTON.— Las fuerzas armadas estadounidenses reforzarán su presencia naval en Asia Pacífico este año con el envío de buques de combate de reciente adquisición y unidades anfibias expedicionarias, informó el diario Stars and Stripes.
La Marina de Guerra norteamericana desplegará en la zona el destructor USS Zumwalt construido con la llamada tecnología Stealth, poco detectable por los radares adversarios, e integrado en un programa de tres barcos similares que costarán más de 3 300 millones de dólares en su conjunto.
Según la publicación, la Armada enviará además cuatro de los nuevos buques de combate en el litoral (LCS, por sus siglas en inglés) a Singapur, lo que ampliará las capacidades de acceso a cualquier área del Pacífico.
Los LCS han enfrentado fuertes críticas debido a las repetidas dificultades en su funcionamiento y altos costos de producción, lo que provocó que la Marina estadounidense solo contratará la adquisición de 32 LCS, 20 buques de este tipo menos que los previstos inicialmente.
El mando militar norteamericano también prevé incrementar en más de un millar sus especialistas en guerra cibernética en Asia Pacífico en los próximos años, como parte del fortalecimiento de sus capacidades ofensivas en esa área.
En noviembre de 2011 el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pronunció un discurso ante el Parlamento de Australia en el que anunció la llamada política de pivote hacia la región (Asia pivot), que cuenta con aspectos económicos, políticos y militares.
Sin embargo, los conflictos en Siria, Ucrania y Gaza incrementaron las tensiones en el Medio Oriente, lo que provocó serios cuestionamientos a esta doctrina y sobre la mejor manera de emplear los recursos bélicos disponibles en medio de los actuales recortes presupuestarios, destaca el Stars and Stripes.
Documentos oficiales del Pentágono señalan que para 2020 Estados Unidos tendrá en el Océano Pacífico el 60 % de sus fuerzas navales, 10 % más que las unidades mantenidas ahora en el área.
Las autoridades norcoreanas y de China rechazan esta estrategia y la califican como un intento de Washington por imponer su hegemonía en la zona.
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