
Tras quedar detenido y pasar 18 horas de interrogatorio en la Oficina Central de Lucha Contra la Corrupción y las Infracciones Financieras y Fiscales, el expresidente francés Nicolás Sarkozy quedó imputado por los cargos de “corrupción activa”, “tráfico de influencias” y “violación de secreto profesional”, por lo que podría ser condenado hasta 10 años de prisión.
También fueron procesados el abogado de Sarkozy, Thierry Herzog, y los magistrados de la Corte de Casación Gilbert Azibert y Patrick Sassoust, estos últimos acusados de haber advertido al exmandatario cuando la Justicia había intervenido su teléfono móvil.
Para el delito de “tráfico de influencias” están previstas penas que pueden llegar hasta los 10 años de prisión y la suma de 500 mil euros de multa según las circunstancias, mientras que el Código Penal contempla penas suplementarias, como la prohibición de ejercer cargos públicos.
El expresidente francés, jefe del partido Unión por un Movimiento Popular (UMP), fue detenido el lunes en el marco de la investigación preliminar para determinar si contaba con “una red de informantes” en el seno de la policía y la justicia.
Sarkozy, después de una época de silencio tras su presidencia neoliberal, en las últimas semanas había renovado sus actividades políticas con vistas a las presidenciales del 2017, pero la detención le aplicó los frenos bruscamente.
El periódico El Mundo recuerda que nunca en la historia de la llamada Quinta República francesa un expresidente había sido puesto bajo arresto. Para los simpatizantes del antiguo jefe de Estado galo, se trata de un ensañamiento de la Justicia, pero no caben dudas que el dirigente de la UMP ha recibido un golpe fuerte en sus aspiraciones.
Los otros tres implicados en la investigación se hallaban arrestados desde el lunes en las mismas dependencias y fueron vistos por las juezas Patricia Simon y Claire Thepaut horas antes que el expresidente.
Imputado por tres delitos y a la espera de que se fijen las fechas del juicio, Sarkozy se juega casi su vida política según los resultados de su sanción judicial, aunque los magnates normalmente no son tratados con mano dura.
El escenario político que nos muestra Francia está dominado por un cuarteto de figuras, dos en la hoy denominada izquierda, François Hollande y Manuel Valls; y dos a la derecha, Nicolás Sarkozy y Alain Juppé. Marine Le Pen está aún más allá.
Todo en medio de una Europa con fisuras, que se debate en los sufrimientos de los millones de desempleados (en Francia crecen), las tendencias independentistas de autonomías españolas, el rechazo de Londres a la Unión Europea y un grupo más de líos que dificultan desenredar la madeja. Nadie sabe qué va a pasar.
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José Rafael Yaniz dijo:
1
4 de julio de 2014
07:23:19
Juaquin Riveri Tur dijo:
2
4 de julio de 2014
14:57:32
Heriberto Martínez dijo:
3
4 de julio de 2014
17:43:09
Armando Cardona dijo:
4
4 de julio de 2014
18:06:55
alberto delgado dijo:
5
4 de julio de 2014
19:48:23
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