¿Qué son los fondos buitres?
En el nombre está la clave. Son carroñeros de las finanzas. Su metodología consiste en buscar bonos de deuda soberanos de países con problemas para echar a andar la rueda de la especulación.
Cuando una nación enfrenta una aguda crisis económica no puede asumir los pagos de su deuda externa, como le sucedió a Argentina en el año 2001. Los bonos que han sido emitidos por ese país se desploman a una fracción de su valor original en el mercado, por la sencilla razón de que no existe la garantía de que puedan ser cobrados. Ahí es donde aparecen los buitres.
Esos fondos de capital, con poderosos mecanismo de cabildeo en los principales centros financieros del mundo, adquieren los bonos de deuda a precios muy favorables y se dedican a demandar al país emisor para cobrar el 100 % de su valor.
Un ejemplo concreto del caso argentino puede ayudar a comprender mejor cómo funciona el mecanismo. Paul Singer, dueño de varios fondos buitres, adquirió la deuda argentina en el año 2008 por valor de cerca de 48 millones de dólares. En la demanda que puso ante los tribunales de Nueva York, reclama que se le pague más de mil millones de dólares.
¿Por qué Nueva York decide por Argentina?
Sencillamente son las reglas del sistema financiero internacional impuesto tras la II Guerra Mundial. Es una más de las tantas garantías que reciben los inversores para dormir tranquilos sobre sus montañas de dinero.
Desde la época de la dictadura argentina (1976-1983) quedó establecido que los litigios sobre títulos de deuda emitidos en dólares se dirimen por la Ley vigente en Nueva York. Esa cláusula que limita la soberanía nacional se mantiene hasta nuestros días y el caso argentino no es una excepción. La gran mayoría de las naciones en desarrollo aceptan condiciones similares para la emisión de sus deudas.
¿Cuál fue el fallo y cuáles son sus implicaciones?
Cerca del 92 % de los bonistas que poseían títulos de deuda argentina en el 2001 aceptaron entrar en un proceso de reestructuración de la deuda en los años 2005 y 2010 con reducciones cercanas al 60 %. Sin embargo, una minoría compuesta fundamentalmente por fondos buitres exige el pago íntegro de sus bonos más indemnizaciones.
Una parte de ese 8 % impuso en el año 2012 una demanda ante el juez Thomas Griesa en Nueva York, quien falló a su favor. Un tribunal de apelación confirmó la sentencia y el pasado 16 de junio se agotó el último recurso, cuando la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos ratificó la sentencia original.
Pero las repercusiones van mucho más allá de los 1 500 millones de dólares que debería pagar argentina de acuerdo con la decisión del tribunal de Nueva York. En primer lugar está el resto de los fondos buitres que podrían sumar demandas por valor de 15 mil millones de dólares en el corto plazo. A ellos se podría sumar el total de tenedores de deuda que entraron a los canjes del 2005 y el 2010, pues existe una cláusula vigente hasta el primer día del 2015 que estipula que pueden exigir el mejor trato obtenido por cualquier bonista.
Por otra parte, el juez Griesa dispuso que cualquier pago efectuado por el gobierno argentino a los bonistas que aceptaron la reestructuración pueda ser embargado para pagar a los buitres, lo que constituye un dañino precedente para el mundo entero.
Si el país decide no acatar el fallo, corre el riesgo de entrar en default técnico. Es decir, cesación de pagos. Y eso tiene consecuencias directas en el acceso al mercado de capitales. Es una situación de perder-perder.















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cubano+ dijo:
1
1 de julio de 2014
08:30:31
Platano Fongo dijo:
2
1 de julio de 2014
16:35:56
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