Mientras los sirios votan…

Este 3 de junio, Siria, un país en guerra, infestado por decenas de miles de mercenarios bien pagados y armados por Occidente, emprenderá la difícil y casi mágica tarea de llevar adelante unas elecciones presidenciales donde, más que todo, será el pueblo quien decida una vez más los destinos y la estabilidad de su país.

Unos días antes, en varios países, miles de sirios ejercieron su voto, derecho que no se les permitió a los ciudadanos de esa nación árabe que viven en Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania, Bélgica y Australia, así como en algunos estados del Golfo Pérsico.

Se trata de una medida totalmente antidemocrática aplicada por gobiernos que quieren hacer creer al mundo que son ejemplo de democracia y respeto de los derechos ciudadanos.

Véase una vez más a Francia, junto a Estados Unidos, encabezando los gobiernos que han optado por fomentar guerras, desestabilizar países y derribar gobiernos democráticamente electos, y que no aceptan sufragios por muy democráticos que estos sean, si no favorecen a los intereses de esas potencias.

De acuerdo con analistas árabes, los argumentos occidentales contra los comicios sirios, coinciden totalmente con los de la organización terrorista Al Qaeda, grupo que está representado por el llamado Estado Islámico de Iraq y Siria, que se pronunció porque ningún sirio acuda a las urnas.

Y, mientras los ciudadanos de Siria ejercen su verdadero derecho a decidir por quién votar, de forma democrática y libre, el presidente norteamericano, Barack Obama, quien de seguro conoce que ya en aquel país árabe han muerto unas 160 000 personas producto de la guerra que se le ha impuesto desde el exterior, decidió esta misma semana aumentar el suministro de armas y proporcionar más entrenamiento militar a los mercenarios del llamado Ejército Sirio Libre.

El gobernante estadounidense ha autorizado al Pentágono a entrenar a los militantes sirios considerados como “moderados” por la Casa Blanca, dijo el martes el Wall Street Journal. Sin embargo, esto no es apenas una novedad, puesto que diversos artículos y reportajes de los medios han señalado que la CIA entrena a estos terroristas en Turquía, Jordania y Qatar desde hace tiempo.

En estas últimas semanas, la prensa norteamericana se ha hecho eco de la entrega de misiles antitanques TOW a grupos rebeldes. Uno de estos grupos mercenarios ha reconocido haber recibido 50 de esos misiles, los cuales fueron filmados y colocado el video en Internet. Un oficial del Ejército Sirio Libre confirmó a AFP que el Movimiento Hazam había recibido los misiles de una fuente occidental.

Las entregas de armas a grupos insurgentes y el entrenamiento de sus miembros son actividades prohibidas por el Derecho Internacional, lo cual es violado flagrantemente.

Por otro lado, se ha sabido que la CIA está adiestrando a grupos mercenarios en Qatar, a los que se les prepara para tender emboscadas a tropas y vehículos del Ejército sirio y a “asesinar a los soldados sirios heridos que aún continúan con vida después de una emboscada”, señaló un documental de Frontline basado en entrevistas con estos mercenarios.

Mientras tanto, el secretario de Estado norteamericano John  Kerry calificó de “farsa, insulto y fraude” las elecciones  previstas para este tres de junio; por su parte, el gobierno británico anunció que concederá rango diplomático a la oficina de la oposición siria en Londres.

En este panorama adverso se enmarca también la importancia de las actuales elecciones, por cuanto constituyen la continuidad al proceso de reformas que el Estado sirio ha puesto en marcha desde el año 2011 y que contempla la adopción de una nueva Constitución; legalización de nuevas fuerzas políticas y el establecimiento de comicios donde se pueden presentar varios candidatos y agrupaciones partidistas.

En la actual contienda se postulan tres candidatos, el actual mandatario Bashar al Assad; el diputado Maher Abdel Hafez Hayar, miembro de la oposición y el exministro Hasan Abdalá al Nuri, según dio a conocer el Alto Tribunal Constitucional.