BANGKOK.— El Ejército de Tailandia tomó este jueves el poder en un golpe de Estado, tras fallar su mediación para acabar con la crisis política y las protestas antigubernamentales que han causado 28 muertos y cientos de heridos desde el pasado noviembre.
“En el interés de la ley y el orden, asumimos los poderes. Por favor, permanezcan en calma y continúen con sus quehaceres diarios”, dijo el jefe del Ejército tailandés, Prayuth Chan-Ocha, al anunciar el golpe de Estado en directo por la televisión, reporta EFE.
Prayuth, que antes había declarado la ley marcial en el país, decidió tomar el poder después de considerar fallida una reunión en la que participaban miembros del Ejecutivo interino y opositores, la segunda en dos días sin que se alcanzasen resultados.
Los militares, que han declarado el toque de queda nocturno y han suspendido las emisiones de radio y televisión nacionales e internacionales, se llevaron en furgones del Ejército a la mayoría de los participantes.
También ordenaron al primer ministro derrocado, Niwattumrong Boonsongpaisan, y a su gobierno “presentarse” ante el nuevo régimen, que ha tomado el nombre de Consejo Nacional para el Mantenimiento de la Paz y del Orden.
Prayuth, que apareció en la televisión con gesto adusto y rodeado de otros responsables militares, explicó que la decisión de asumir todos los poderes pretende impedir más muertes y una escalada del conflicto entre detractores y simpatizantes del Gobierno.
Poco después de anunciarse el golpe y declararse el toque de queda, los soldados empezaron a desalojar los campamentos de manifestantes en Bangkok y suspendieron temporalmente la Constitución.
Tailandia arrastra una grave crisis desde el golpe de Estado que derrocó en 2006 al ex primer ministro Thaksin Shinawatra y a quien sus detractores acusan de dirigir el gobierno desde el exilio. La hermana de Thaksin, Yingluck Shinawatra, quien se desempeñaba hasta hace pocos días como primera ministra, fue destituida por el Tribunal Constitucional por abuso de poder.
En el fondo de la disputa hay una profunda división entre la población urbana y rural en este país de cerca de 70 millones de habitantes. Los “camisas rojas”, como se conoce a los seguidores de Thaksin, acusan a la oposición de representar a las “élites urbanas”, añade BBC.
La oposición, a su vez, denuncia políticas populistas de Thaksin y le achaca el agravamiento en los últimos años de la situación fiscal de la segunda economía del sudeste asiático después de Indonesia.
Con la interrupción del orden democrático este jueves, el número de golpes de Estado perpetrados por militares en el país asciende a 12 desde que se abolió la monarquía en 1932.















COMENTAR
Responder comentario