ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: 5daysforthecuban5.com

Islandia se revuelve en las intenciones de unirse a una Unión Europea (UE) de economía tambaleante y con unos índices de desempleo para erizar a un erizo, mientras los países más meridionales continúan viviendo la agonía de una situación peliaguda que ninguna medida ha logrado resolver.


Las organizaciones políticas del Partido de la Independencia y el Partido Progresista islandeses, en el poder desde abril del 2013, votaron a favor de detener las negociaciones para unirse al gran grupo del Viejo Mundo y preparan al respecto una resolución en el Parlamento, donde tienen una cómoda mayoría. La población decidirá en un referendo.


Tienen toda la razón para que un mar de incertidumbres asome a los ojos de los habitantes de esa isla situada en el Atlántico, casi en el Polo Norte, llena de pastos, géiseres y pesca. La economía de la Unión Europea es insegura desde que estallara la crisis en el 2008, y van seis años.


La República Helénica (11 millones de habitantes), la nación denominada cuna de la civilización occidental, está hundida en la miseria más espantosa y no hay señales de una mejoría del nivel de vida.


El Istat —organismo estadístico oficial de Atenas— acaba de horrorizar a tirios y troyanos al revelar que en los últimos cinco años se duplicó la cantidad de pobres que hay en el país y hoy son casi cinco millones.


Si en el 2007 unas 2,4 millones de personas vivían en pobreza absoluta, cita WikiLeaks, en el 2012 se duplicaron a 4,8 millones y un millón son menores de edad, una cifra para avergonzar a Estados Unidos, Alemania, Francia, los nórdicos y todos los desarrollados.


La situación va mucho más lejos en los sufrimientos de millones de europeos, porque Antonio Golini, director del Istat, no se limitó a los helenos, al apuntar su dedo a que los descendientes del imperio romano tenían casi cinco millones de pobres en Italia, país de 60 millones de habitantes y miembro del G-8, el grupo de países más industrializados del mundo.


¿Qué van a hacer los griegos si en el 2013 la tasa promedio anual de la península conquistó el desconsolado aumento del 27,5 % de despidos y ya ni se sabe a ciencia cierta cuál es el desempleo en la histórica Hélade, y las negociaciones con la famosa y trágica troika para un rescate oneroso con posibilidades de saldar una deuda impagable con tendencia a reproducirse llevan seis meses sin que haya efectos palpables?


La troika (UE, FMI y el Banco Central Europeo) demanda a Atenas la eliminación de 12 mil 500 empleados estatales para finales de marzo y la suspensión de varios miles más a lo largo del 2014, que pasarían al desempleo abierto el año siguiente.


Los desahucios aumentan y las familias van a la calle, y, sin embargo, las recomendaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) buscan facilitar la entrada de empresas multinacionales en el mercado de productos de primera necesidad como las medicinas o la leche fresca, que suelen conllevar más despidos, desempleo y pobreza en una nación que disminuyó su PIB en un 3,7 % el año pasado. Veintidós meses consecutivos bajando. ¿Cómo van a aumentar la producción si hay menos consumo?


No es esta la mayor estupefacción europea. Los datos sobre la miseria en Grecia son ampliamente superados por los países llamados de Europa del Este, donde Bulgaria muestra un fantástico 49,3 %, Rumanía un 41,7 % y Letonia 36,6 %.
“Cada día es un boletín de guerra. Es el fruto de políticas antipopulares hechas por los gobiernos de Silvio Berlusconi, Mario Monti y ahora Enrico Letta, cuyo Gobierno todavía no hizo un plan de emergencia para relanzar el empleo, es una vergüenza”, clamó Paolo Ferrero, líder de Refundación Comunista.


La página digital Vozpopuli.com vuelve a martillar sobre el problema del desempleo, esta vez en España, y señala que la publicación de la Encuesta de Población Activa (EPA) del 4to trimestre del 2013 ha puesto de manifiesto que, lejos de mejorar, las señales del mercado laboral español apuntan a que estamos ante la cronificación del desempleo de larga duración y la instauración de un mercado de trabajo que no permite salir de la pobreza.


Dice Vozpopuli que “la estructura productiva del país, basada en servicios de bajo valor añadido, y sin capacidad de incentivar otros sectores, nos hace ser muy vulnerables a las grandes crisis. No hay que olvidar que una buena parte de los parados de la EPA, más de 50 %, no tienen una formación suficiente para poder ser empleados en otro tipo de actividad”.


Particularmente grave es el proceso de desindustrialización que en el 2013 ha vuelto a añadir más destrucción de empleo, por encima de cien mil personas que han perdido su trabajo, a lo que hay que añadir otros tantos en el sector de la construcción.

Otra fuente, libered.net, se refiere a la sublevación ocurrida en la Federación Bosnia, absolutamente incontrolable por las fuerzas del Gobierno y causante de la renuncia de tres ministros y del comisionado de la policía por carecer de activos para controlar la sublevación.


Bajo los gritos de “Ladrones fuera”, “Queremos leyes” o “Renuncia” del gobierno, los manifestantes están hastiados de la crisis económica, la corrupción y el nepotismo, lo cual ha obligado a algunos altos personajes a salir del país, creado artificialmente por la Unión Europea mediante una guerra, y llevó al representante de Bosnia ante la comunidad internacional, Valentin Insko, a anunciar el domingo último que la Unión Europea estudia enviar tropas a la nación balcánica para utilizar la violencia contra la revuelta, en un ejemplo de “respeto” de los derechos humanos y la no injerencia en otros países.


Los “guías” de la Unión Europea olvidan que el paro galopante de un 44 % y el declive industrial desde la guerra de los Balcanes convierten a Bosnia en uno de los más pobres de Europa gracias a la privatización y cierre de fábricas.
¿Solo los más pobres? No, la segunda economía europea, Francia, amaneció en el 2014 con una nueva marca de desempleo al sumar en el 2013 a 3,3 millones de personas en paro, para un alza del 5,7 %.


Pero con una tasa de desocupación en torno al 10 % y un fuerte aumento de los empleos a tiempo parcial, el panorama social de Francia (y de la Unión Europea) sigue siendo sombrío y sin luces que alumbren el futuro.

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