ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Johnny Araya (izquierda), del Partido Liberación Nacional se retiró de la contienda electoral debido, entre otros asuntos, a la ventaja que le lleva el aspirante Luis Guillermo Solís, del Partido Acción Ciudadana (derecha). Foto: La Nación

Las elecciones de este año en Costa Rica han resultado la gran sorpresa no solo en ese país, sino para toda Centroamérica, debido a la ruptura completa de la tradición lograda por la popularidad del Partido Acción Ciudadana y el alza en votos del Frente Amplio.

El colofón del asombro se produjo cuando el candidato Johnny Araya, del tradicional Partido Liberación Nacional (PLN), centro derecha y uno de los aliados de Estados Unidos, anunció que no continuaría la campaña electoral debido a la ventaja que le lleva el aspirante Luis Guillermo Solís, del Partido Acción Ciudadana (PAC) para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, señaladas para el domingo 6 de abril.

Araya dio a entender que no cuenta con los números suficientes que le permitan derrotar a su contrincante, pues un sondeo de la Universidad de Costa Rica indica a Solís con un 64,4 % de la intención de voto, mientras el candidato del PLN apenas supera el 20 %.

El representante del PLN no renuncia a la candidatura, debido a que la Constitución costarricense prohíbe a un pretendiente de la segunda ronda retirarse de la contienda, por lo cual su nombre continuará en la boleta.

Tras el anuncio de detener la campaña del PLN, el presidente del Tribunal Supremo de Elecciones, Luis Antonio Sobrado, indicó que la renuncia del candidato es “un hecho político, no jurídico”.

Así que las autoridades electorales de Costa Rica mantienen en firme las elecciones para la fecha señalada.

Un hecho como este se había producido décadas antes, cuando renunció el postulante Manuel Castro en lo que sería la segunda vuelta presidencial en 1932 y el Congreso Constitucional optó por nombrar a Ricardo Jiménez Oreamuno como Primer Designado a la Presidencia y lo llamó a ejercer la primera magistratura de la República durante el periodo 1932-1936.

Según el diario La Nación, el parón de Araya en la campaña escondería una estrategia, de acuerdo con expertos, ya que la duda se centra ahora en el abstencionismo, que podría incrementarse y perjudicar a Solís.

Politólogos consultados por el diario El Mundo valoran el trasfondo del anuncio del exalcalde de San José, y el presidente del Instituto Ciudadano de San José, Gustavo Adolfo Araya: “Creo que sí obedece a una estrategia que persigue desmovilizar el proceso electoral y deslegitimar a su adversario”.

Mientras, el sociólogo Manuel Rojas-Bolaños cree que el candidato oficialista podría regresar tarde o temprano a la carrera electoral: “Johnny Araya se encontró sin dinero, con escasos o insuficientes votantes, con un partido debilitado, junto a la impopularidad de la presidenta Laura Chinchilla en sus cuatro años de mandato como una de las causas de la derrota y el aspirante del PLN no quería exponerse a una derrota aplastante; así que prefirió hacer lo que hizo, aunque no pocas personas consideran que podría ser una treta y que pasados unos días podría regresar a la pelea”, aclara Rojas-Bolaños.

Claudio Alpízar, analista y profesor de Ciencias Políticas y Administración Pública en la Universidad de Costa Rica considera que “siempre resultaría vencedor el PAC, pero sí creo que ahora tiene una tarea mucho mayor y de más desgaste”, asegura el dirigente del Instituto Ciudadano, ya que la maquinaria del PLN podría ser empleada “con ataques a Solís para deslegitimar su liderazgo y apoyo popular e ingrese diezmado ante la opinión pública”.

“Las relaciones entre Gobierno y oposición en la Asamblea Legislativa serán muy tirantes y está claro que muchas de las políticas públicas vitales para resolver graves entuertos estructurales de nuestra sociedad, dependen de la política parlamentaria”, donde Solís no tiene mayoría.

Lo más característico de las elecciones es que no ganó ninguno de los tradicionales PLN ni alguno de los inestables nombres del Partido Calderonista, mientras el PAC se levanta como primera fuerza, seguido de los liberales y del Frente Amplio, de izquierda, que despuntó como tercera fuerza con más del 17 % de los 1 millón 602 mil votos y un crecimiento fuerte en el Parlamento.

Ahora es preciso esperar la jornada comicial del 6 de abril.

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