
Expresamos el compromiso de adelantar la reunión 2+2 para avanzar en el cumplimiento del fallo, indicó Humala, refiriéndose al encuentro entre los ministros de Defensa y de Relaciones Exteriores de ambos países para delinear cómo será el proceso de implementación del mismo.
Piñera, por su parte, señaló que como países respetuosos del derecho internacional, Lima y Santiago de Chile estaban comprometidos a cumplir el fallo manteniendo su posición en un marco de buena intención.
El encuentro 2+2, denominado oficialmente como reunión del Comité Permanente de Consulta y Coordinación Política, se efectuó finalmente el 6 de febrero pasado en la capital chilena con el mismo espíritu de hallar el diálogo en un marco de cooperación.
Los titulares de Defensa y Relaciones Exteriores de ambos países anunciaron que una nueva cita se desarrollará entre el 25 y 27 de marzo en Lima, con el objetivo de determinar las coordenadas definitivas.
EN RETROSPECTIVA
Antes de acudir a La Haya, Perú trató de iniciar negociaciones con Chile para suscribir un acuerdo de delimitación marítima pero siempre obtuvo de Santiago un no como respuesta.
La cuestión era que para ese último país no existía un diferendo limítrofe con su vecino andino, ya que los mismos habían sido definidos en 1952 y 1954 cuando ambos suscribieron Convenios de pesca donde se especificaban claramente las fronteras marítimas que comenzaban en la costa y continuaban a lo largo del paralelo geográfico que pasa por el Hito 1.
Para Perú, en cambio, el límite marítimo no es-taba definido ya que nunca se había firmado un Tratado que lo estableciera. De hecho, Lima consideraba que esos pactos no reunían los criterios mínimos para ser considerado un tratado, y que los mismos habían sido gestados como instrumentos políticos para que Ecuador (país firmante también), Chile y Perú defendieran sus recursos de las flotas pesqueras de otros países dentro de las 200 millas.
Basado en hallar una solución al diferendo en el marco del derecho internacional, Perú presentó en enero del 2008 una demanda ante la CIJ, que culminó seis años más tarde con el veredicto final.
FALLO SALOMÓNICO
La Haya delineó las nuevas fronteras marítimas en el océano Pacífico entre Chile y Perú, una zona rica en recursos pesqueros. Su veredicto, inapelable y de obligatorio cumplimiento, confirmó las fronteras reclamadas por Chile hasta las 80 millas y más allá de ese punto, dio la razón a Perú hasta las 200 millas. De esta forma, otorgó alrededor de 50 mil kilómetros cuadrados a Perú, de los cuales más de 20 mil pertenecían antes a la zona económica exclusiva de Chile.
La CIJ aceptó la idea de concebir los tratados de 1952 y 1954 como una frontera, y también asumió la línea paralela al Ecuador como delimitador a partir del punto conocido como Hito 1.
Varios analistas concuerdan en que la CIJ delimitó las fronteras teniendo en cuenta que la norma de las 200 millas de zona económica exclusiva proviene de la Convención del Mar de Naciones Unidas de 1982.
Ese documento sostiene también que la delimitación marítima de los estados que tengan costas adyacentes o situadas frente a frente se efectuará por acuerdo entre ellos sobre la base del derecho internacional. Esa fue, precisamente la causa que abrazó Perú.
En contraparte, la declaración también señala que esta delimitación puede estar sujeta a las consideraciones de los acuerdos que, previamente, los dos países hayan suscrito. Chile ratificó su posición de que los acuerdos pesqueros de los años cincuenta eran tratados limítrofes.
Emitido el fallo, ambos países se encuentran en un nuevo momento de sus relaciones, que ha iniciado con el compromiso de los presidentes actuales de esas naciones a acatar lo dictado por el tribunal internacional.
A pesar de haber alcanzado un acuerdo en el tema del diferendo limítrofe, todavía quedan asuntos pendientes entre Lima y Santiago como el del triángulo terrestre que sigue dando de qué hablar entre esos países.















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