ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Desde el hospital donde fue tratado en Siria responde a preguntas de su colega de Telesur. / Foto: Cortesía del artista

William Parra es un periodista colombiano de nacimiento y venezolano por profesión, que en su misión como enviado especial de TeleSur a Siria, resultó herido en una pierna por balas mercenarias lanzadas por francotiradores.

Ahora, mientras se rehabilita en Cuba, el comunicador accede a contar a Granma aquella historia llena de vicisitudes, cuando trataba de captar imágenes de un pueblo arrasado por la metralla, en las cercanías de Damasco y fue alcanzado por una bala de un terrorista francotirador.
—¿Cómo te involucras en esa cobertura informativa?
—Mi misión en Siria era reportar para América Latina y el mundo, una verdad que por lo general la gran prensa occidental refleja desde el lado de los que violando fronteras y usurpando soberanía, siembran el terror en una nación donde han muerto en los últimos tres años más de 100 000 de sus hijos.
"Ya en el año 2012 estuve en ese país como enviado de TeleSur durante un mes. Reportamos la guerra sobre todo en Alepo, la ciudad más caliente, donde más crudos eran los enfrentamientos".

Centro de salud Las Praderas,reavilitador Baldomero Gozalez / Foto: Ismael Batista

—¿Y luego, en el 2013?
—En el 2013 volví, pero esta vez fuimos hasta Malula, una localidad cristiana de 5 000 años de existencia. Allí los terroristas querían involucrar a todas las religiones en la guerra, e, incluso, hasta secuestraron a unas monjas.
"Los mercenarios usaban francotiradores desde los escondites en las montañas cercanas.
"Cuando llegamos a Malula, alcanzamos a hacer la primera transmisión en directo para TeleSur durante 20 minutos, sobre los combates que allí se producían.
"Tuvimos la oportunidad de que TeleSur transmitiera en directo desde donde estaba concentrada la guerra en ese momento".
—¿Había más periodistas junto a ti?
—De TeleSur éramos el camarógrafo y yo. También había periodistas de una cadena de Televisión libanesa y una siria, y un colega de Russia Today. De la prensa occidental ni hablar. Ellos han reportado la guerra en Siria de dos formas: los que entran al país junto a los grupos armados y dan la visión de estos, y los que hacen los reportes desde Turquía siguiendo la televisión de los canales controlados por los opositores al Gobierno.
"Son ‘periodistas por control remoto’.
"Es la historia triste del llamado periodismo de guerra que se hace por esos grandes medios occidentales".
—¿Cómo fue que te hirieron?
—Luego de estar en Malula, nos fuimos a Damasco, hicimos algunas filmaciones con historias sobre los palestinos en un campo de refugiados. Filmamos los rezos por el Día de la Oración —el viernes— en una mezquita y enviamos esos materiales para Caracas.
"Al otro día, un sábado, volvimos a Malula donde el ejército sirio había recuperado como un 90 % del territorio. A pura memoria cogimos por la carretera para entrar a esa ciudad. Cuando llegamos al último retén, como a un kilómetro de la urbe, no nos dejaron pasar y nos dijeron que había un gran operativo.
"Entonces emprendimos el regreso a Da-masco y luego de un control militar, to-mamos hacia la derecha, por la carretera que nos decían era más segura. De pronto vi un poblado totalmente destruido. Allí se habían concentrado los mayores enfrentamientos cuando el ejército sirio trató de sacar a los mercenarios que habían hecho una operación para rodear la capital con cerca de 100 000 hombres.
"Me bajé a grabar porque esas son las verdaderas imágenes de la guerra. Vi una gran pancarta, para mí muy importante, con fotos del presidente Bashar alAssad y junto a él Hasán Nasralá, el líder del movimiento Hezbolá, cuyos combatientes comenzaban a luchar unidos al ejército y el pueblo sirios.
"Muy cerca, otra población totalmente destruida. Dejamos el carro encendido en la autopista con el chofer y nos bajamos a hacer unas imágenes.
"De pronto, explota un primer mortero a nuestro lado. Incluso, alcanzamos a grabar el hongo de aquella explosión.
"Al momento empiezan los tiros en ráfaga. Nos dimos cuenta que era contra nosotros porque allí no había más nadie. Nos arrastramos para tratar de llegar al vehículo y salir de aquella balacera, pero cuando llegamos al lugar el carro no estaba, el chofer se había ido".
—¿Qué hacen entonces?
—Quedamos en medio de la nada, sin saber dónde estábamos y sin el automóvil. En ese momento dispararon desde atrás de nosotros y ahí fue donde me hirieron en la pierna derecha.
"Empezamos a gritar a los autos que pasaban, pero había muchos disparos y tuvimos que volvernos al suelo. En ese momento llamé a Hisham Wannous, mi otro compañero en Damasco y le conté que estaba herido y en medio del fuego. Me preguntaba que dónde estábamos pero yo no sabía con exactitud el lugar.
"Pasaron varias horas, yo sangraba y logré ponerme un torniquete con la correa de mi pantalón. Pensábamos que al chofer nuestro lo habían secuestrado los terroristas y yo tenía el remordimiento de culpabilidad por habernos detenido en aquel lugar.
"A las dos horas, me dijo Hisham que el chofer había aparecido, que estaba con el ejército sirio. Sentí un alivio. Aquel hombre que tanto me hablaba de sus dos hijos pequeños, al menos estaba a salvo.
"También Hisham me explicó lo que decía el ejército en cuanto a mi rescate: Dicen que es muy difícil sacarlos de ahí. El sitio donde ustedes están es el nido de los combates.
"Así estuvimos durante cinco horas, tirados en el suelo. Yo casi sin poderme mover por la herida y oyendo los disparos a nuestro alrededor.
"El ejército hizo un operativo muy grande para rescatarnos. Llegaron, en carros civiles, hasta la autopista. Empecé a oír que llamaban William, William. También mi camarógrafo se llama así.
"No sabía si contestarles porque hasta pensé que era una maniobra de los mercenarios. Nos quedamos callados hasta que luego escuchamos decir Hisham y el nombre del jefe de prensa del Gobierno. Entonces pensé que eran quienes nos querían rescatar.
"Me tiré al piso y nos arrastramos, pero a mitad de camino ya no pude más, había perdido mucha sangre. Mi compañero llegó hasta donde estaban los soldados. Final-mente, no sé de dónde saqué fuerzas y me paré en un solo pie y me tiré por el barranco para tratar de alcanzarlos.
"Entre un soldado y mi colega William me arrastraron. Al poco rato el militar le dio el fusil a mi compañero y me cargó en su hombro y empezó a correr para protegernos de la balacera. Como a los cien metros yo estaba casi desmayado y empecé a pegarle para que parara. Así lo hizo y me puso en el piso nuevamente. Al rato me volvió a cargar en su hombro y siguió corriendo conmigo a cuestas hasta que llegamos a un sitio donde nos metieron en carros civiles y me llevaron para el hospital.
"Me curaron, me pusieron un yeso y me dijeron, listo, puedes ir para la casa. No obstante permanecimos hasta el otro día".
—¿Aún hay grandes espacios ocupados por los terroristas en Siria?
—Debo decirte que hubo momentos muy difíciles para el gobierno de Al-Assad, porque los mercenarios llegaron a reunir cerca de 100 000 hombres armados que rodeaban Damasco con la intención de tomar la capital y tumbar al Presidente.
"La Inteligencia descubrió cuál era el plan y Bashar trajo ejército de todas partes para concentrar fuerzas en la defensa de la capital. Cuando el ejército llegó empezó a combatir y los mercenarios en su huida dispararon las armas químicas el 21 de agosto del 2013.
"En este momento el ejército sirio ha recobrado gran parte del país.
"El ejército sirio está muy consolidado, muy fuerte, y es absolutamente leal al presidente Bashar al-Assad, quien está muy fortalecido y tiene entre un 60 y 70 % de aprobación de la población".

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