Las visiones se acercan y no se limitan a un solo plano, sino que se proyectan hacia diversos aspectos del desarrollo social, económico y cultural.
Declaraciones de varios presidentes e invitados reunidos en la cita coinciden en destacar el diálogo fraterno que ha caracterizado los espacios de la Cumbre, desde la reunión de Coordinadores Nacionales hasta el encuentro de los Jefes de Estado, que culminará hoy.
El presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, declaró que los jefes de Estado y de Gobierno reunidos en La Habana debaten cómo la unidad regional puede conducir a la solución de problemas comunes en el continente.
El eje central, dijo, es hallar formas para enfrentar la pobreza, luchar contra el hambre, que es un esfuerzo no solo de cada uno los estados, sino en conjunto. Todos estamos de acuerdo con ello y dispuestos a realizar esa lucha, añadió.
Sobre la cita de la Comunidad, afirmó a este diario tener muy buenas expectativas: "Creo que los temas puestos sobre la mesa son los correctos para los países de Latinoamérica y el Caribe; además, no solo están las propuestas sino las resoluciones que han sido tomadas en consenso. Eso debe traducirse en acciones para que sea una realidad que esta es una región de paz, sin proliferación de armas nucleares, una región que propicia el desarrollo y el desenvolvimiento de nuestra economía".
Molina también sostuvo que en materia económica revisan cómo unir voluntades para que se reduzcan las desigualdades y la pobreza.
El mandatario refirió que en la agenda de la Cumbre figura el tema de las drogas. El enfoque principal, señaló, es ver qué acciones podemos realizar para "encontrar una reforma a la política global de drogas, que no siga —como hemos dicho— el prohibicionismo que nos ha llevado en los últimos 50 años a una guerra en el continente latinoamericano. A países como el nuestro, que son de paso y de tránsito, nos ha dejado una estela de destrucción y de muerte, incluso de corrupción en nuestras instituciones".
Sobre los lazos de amistad entre Cuba y Guatemala comentó: "Creo que ya existe una excelente comunicación y relaciones entre Guatemala y Cuba en temas de salud, cultura, educación; y ahora nos interesa más fortalecer el tema económico entre los dos países, y con Centroamérica".
Por su parte, el secretario general de la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA), Bernardo Álvarez, refirió a Granma que la CELAC es una organización capaz de agrupar a países diferentes debido a su objetivo: lograr un espacio de concertación y para el desarrollo.
El espíritu del ALBA entiende que existen varias "capas" en la integración, añadió. Eso explica Unasur, por ejemplo, y esta misma organización. Son distintos espacios, pero todos ayudamos a lo mismo. Creo que convivimos bien, porque somos integracionistas.
Y acotó: Los principios nuestros son la solidaridad, la complementariedad; realizar una lucha prioritaria por la inclusión social, la soberanía; y buscar una alternativa al neoliberalismo y a los desastres que produce.
El ALBA es una integración de los pueblos, por eso con mucho orgullo le hemos llamado ALBA-Tratado de Comercio de los Pueblos.

La relevancia de la CELAC como mecanismo de integración regional también fue referida por el periodista español Ignacio Ramonet. La celebración de esta II Cumbre en La Habana es una victoria diplomática para Cuba, y una revancha histórica, declaró a nuestro periódico.
Cuba sigue siendo un país bloqueado por Estados Unidos, incluido por el Departamento de Estado dentro de la lista de países patrocinadores del terrorismo, y evidentemente la realización de esta reunión aquí es una demostración de que nada de eso tiene sentido, acotó el prestigioso intelectual.
Ramonet es optimista con respecto al futuro del mecanismo integracionista. "Hasta el momento no veo ningún motivo para que la CELAC no siga su ritmo, no hay ningún tema que divida suficientemente como para crear una crisis".
"Por otra parte, es una organización bastante flexible; no hay rigidez para que se viva una crisis, y no la ha conocido hasta ahora", comentó.
"Creo que efectivamente esta organización está avanzando y las resoluciones que se adoptan aquí indican bien que los proyectos y las ambiciones de la CELAC son compartidos por la mayoría de los 33 Estados que las componen", subrayó el académico.
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