EL CAIRO.— A pesar de los fuertes disturbios en la jornada del martes, los egipcios salieron decididos a votar este miércoles en el segundo y último día del referendo clave sobre la nueva Constitución.
La consulta popular decidirá la aprobación de una nueva Carta Magna redactada por el gobierno militar que tomó el poder tras el derrocamiento en julio pasado del presidente islamista Mohamed Morsi.
Esa Constitución suplantaría la que fue ratificada durante el mandato de Morsi hace un año con el 64 % de los votos, en una consulta en la que apenas participó el 33 % del electorado.
La votación actual ratificó las profundas divisiones entre los partidarios de la Hermandad Musulmana de Morsi y las fuerzas militares y de seguridad, mientras millones de ciudadanos buscan volver a la normalidad después de tres años de violencia y problemas económicos desde el levantamiento del 2011 que derrocó al Gobierno de Hosni Mubarak.
Horas después de que los centros de votación abrieron, la concurrencia era menor que el martes, pero el ambiente parecía menos tenso, cuando se registraron choques esporádicos entre islamistas y fuerzas de seguridad egipcias en esta capital.
En horas de la mañana, un fuerte dispositivo de seguridad fue desplegado en el distrito de Ossim, en la provincia sureña de Giza, donde la víspera murió un manifestante en choques con la Policía, después que desconocidos armados trataron de asaltar un colegio electoral, informa PL.
La víspera el Ministerio del Interior advirtió que las fuerzas de seguridad tienen órdenes de disparar con munición viva a cualquiera que ataque colegios electorales o trate de dañar las urnas para la votación.
Hoy se sabrán los resultados de la votación, pero una fuente del Ministerio para el Desarrollo Administrativo dijo ayer que un sondeo en 40 colegios arrojó una participación del 28 % de los casi 53 millones de electores habilitados durante el primer día de la consulta.
El nivel de asistencia es vital tanto para los islamistas, que demandan la reposición del derrocado presidente Mohamed Morsi, como para las actuales autoridades, que esperan una votación que les dé legitimidad interna y externa.
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