ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Banner
Foto: Getty Images

En el clima amistoso creado en la Copa Catar-2022, un video se viralizó en las redes sociales. Un grupo de cataríes efectuaba una danza típica a la salida de un estadio en Doha, a la que se sumaron  brasileños a disfrutar del espectáculo, en inusitada comunión.

Podría catalogarse el hecho como de un momento de euforia de los visitantes tras el éxito de su equipo sobre Suiza pero realmente es mucho más, es la pasión que sienten los auriverdes por sus tradiciones, entre las cuales arropan al deporte y su atractiva música.

Se suele decir que el fútbol no se inventó en Brasil, pero vive allí. Posiblemente, en ningún otro país se goza más con esa entrega, porque lo entienden no solo como una mera disciplina deportiva para animar, sino que también se vive con un sentimiento profundo de patriotismo, una intensa emoción.

En suelo brasileño, los primeros partidos tuvieron lugar entre equipos de Río de Janeiro y Sao Paulo, en 1901. Un año después se celebró el primer campeonato paulista, hasta que, en 1906, el fútbol brasileño se mostró al mundo y la selección paulista jugó su primer desafío internacional.

Así se fue arraigando en el pueblo, que lo vive, ama y sufre. Y únicamente no lo han convertido en una joya propia, acrecentada con gran devoción, la han sabido compartir junto al resto de la humanidad, e hinchado sus pechos al son de resultados tan destacados de su escuadra pentacampeona del orbe. O llevados por los latidos de esa tradición, han escrito páginas como la de salvar la Copa de 1950, ofreciéndose como sede, después de suspenderse la lid, en 1942 y 1946, por la Segunda Guerra Mundial. 

Brasil propuso hacer el torneo ese año para garantizar el mayor número de competidores. Fueron 13 participantes en cuatro grupos. La edición tuvo un triste final para los anfitriones, conociendo

que a su equipo solo le bastaba un empate con Uruguay para coronarse, gracias a sus victorias sobre España y Suecia. Después de salir adelante, por 1-0, por gol de Albino Friaça, vinieron los dos de los «charrúas» , finalizando el partido con marcador de 2-1. Aquel hecho se conoce como el Maracanazo.

«Solo tres personas en la historia han conseguido hacer callar al estadio Maracaná: el Papa, Frank Sinatra y yo» , dijo el goleador uruguayo Alcides Ghiggia.

La amarga experiencia avivó ese amor patriótico. Los cinco mundiales (1958, 1962, 1970, 1994 y 2002) son muestra de su defensa de la tradición, que tiene en Catar-2022 una muestra indeleble de la batalla por el triunfo.

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.