¡Mucho Mbappé!

Francia ya está en octavos de final, el vigente monarca mundial solventó con determinación su partido versus Dinamarca para convertirse en el primer conjunto que garantiza el pasaje a la siguiente ronda, tras protagonizar un duelo donde Kylian Mbappé lanzó su candidatura al Balón de Oro.

Kylian se sale del molde, el mundial comienza a caer a sus pies, seducido por la magia emanada de sus botines. Este sábado firmó las dos dianas (61´y 86´) del triunfo 2-1 ante los daneses. No hubo como pararle, su nivel sigue en ascenso y ya acumula tres goles en Catar —colíder con el ecuatoriano Antonio Valencia— y siete en dos fiestas mundialistas. La cancha es suya, digna de un fuera de serie.

Esta Francia comienza a parecerse a la que ganó el título en 2018. Cuando quiere acelerar se lleva por delante a su rival, cuando disminuye le da opciones, pero tiene los recursos para liquidar un partido en 30 minutos si se lo propone, Griezmann y Dembelé no se quedan por detrás y escoltan con fútbol de altura a Mbappé para que brille aún más. En la banca aguardan Thuram, Coman, Camavinga…

Si existieron dudas por la plaga de lesiones que azotó al conjunto galo antes de iniciar el evento, hoy la selección que dirige Didier Deschamps está lista para alcanzar su tercera corona. Vencerles no es imposible. Quien lo quiera lograr tendrá que silenciar a Mbappé y compañía con un partido perfecto, en el que el ataque francés debe ser silenciado, a puro fútbol.

Dinamarca se complicó la vida, al quedar con un punto, pero está en sus manos el pase a octavos. La fórmula es superar a Australia (tres unidades) con el mayor número de goles, para no especular con un improbable éxito de Túnez (1) contra Francia (miércoles 30).

La «Dinamita Roja» enseñó que tiene nivel para pelear ante los campeones. Su juego es compacto y el gol de Andreas Christensen (68´) mostró que pueden llegar lejos si se aplican a fondo, comenzando desde el próximo partido frente a los australianos.

Volvemos a Mbappé, los otros pesos pesados del mundial deben tomar nota. El parisino quiere a golpe de talento sentarse en la mesa de Pelé, Maradona, Zidane, y unos pocos más.