En el deporte, el trabajo constante y serio, como en cualquier otra esfera de la vida, siempre rinde sus frutos. El conservadurismo y la especulación no pueden ser claves del éxito.
A puro nervio y extenuado terminó Brasil su compromiso frente a una rocosa Costa Rica. La selección cinco veces campeona del mundo tuvo que desenfundar todos sus recursos futbolísticos para doblegar a los centroamericanos por 2-0, en un juego donde casi todas las acciones se desarrollaron en el área de los costarricenses.
Ni Neymar, Coutinho o Gabriel Jesús lograron superar el muro erigido por los ticos frente a su arco durante 90 minutos. Hubo que esperar a los primeros 60 segundos del tiempo de descuento para perforar la portería que defendió magistralmente Keylor Navas.
El gol de Coutinho, tras la habilitación hecha por Gabriel Jesús, fue un merecido premio para el once del gigante sudamericano, luego de intentar por todas las zonas del campo la inauguración en la pizarra. Al ceder su defensa, los ticos intentaron tibiamente adelantar algo sus posiciones en el campo, pero fueron rematados por un gran contragolpe brasileño finiquitado por un Neymar al minuto 90+7.
El partido se le asemejó mucho a la «canarinha», si se compara con el que efectuaron días atrás frente a Suiza (1-1). Nuevamente el rival del pentacampeón mundial se encerró con casi todos sus hombres en zona defensiva, pero en el caso de Costa Rica apenas le interesó salir al contragolpe, al punto de que no lograron hacer un solo remate entre los tres palos custodiados por el meta Alisson.
Brasil buscó y buscó, a veces con orden otras desesperado, pero siempre con el arco de Costa Rica en su punto de mira. El técnico «Tite» acertó en sus dos cambios iniciales. Primero dio entrada a Douglas Costa por Willian, y la banda derecha del ataque brasileño ganó en profundidad, luego el estratega arriesgó mucho al sacar al volante Paulinho y meter al delantero Firmino, quien abrió espacios en la defensa adversaria y participó en la jugada del primer tanto.
NIGERIA OXIGENA A ARGENTINA
Más de 40 millones de argentinos hincharon este viernes a todo pulmón con Nigeria y gritaron los dos goles que el delantero africano Ahmed Musa (49' y 75') le endosó a la complicada Islandia en la ciudad rusa de Volgogrado, resultado que pone bien interesante el grupo D de la Copa del Mundo.
Tras la desastrosa imagen dejada por los argentinos un día antes frente a Croacia (0-3), era necesario para los gauchos que los islandeses no ganaran frente a las «Águilas Verdes», eso si querían seguir con vida. Y los nigerianos le hicieron el guiño a la albiceleste. Así anda Argentina, dependiendo de favores.
Nigeria e Islandia se enfrascaron en ofrecer un primer tiempo gris y aburrido al extremo. Pero el descanso, al parecer, hizo que los técnicos de ambos cuadros tiraran por las orejas a sus pupilos, pues la segunda mitad arrancó con ritmo. Las dos naciones comprendieron que un empate les complicaba aún más la vida mundialista. Cuando Islandia intentaba replegar a los nigerianos, sufrieron un relampagueante contragolpe de sus rivales.
El gol de Nigeria se celebró en su país y también en la Argentina. El segundo tanto de Musa desató una mayor algarabía en ambas naciones, las cuales se enfrentarán el 26 de junio a las 2:00 p.m. (hora de Cuba) en la urbe de San Petersburgo, pero sin descuidar lo que ocurra en el match que, a esa misma hora, protagonizarán los islandeses frente a la ya clasificada y líder de la llave D, Croacia.
SUIZA COMO UN RELOJ
Caliente puso Suiza el Grupo E, en Kaliningrado. La victoria de los helvéticos viniendo de atrás 1-2 ante Serbia deja para la tercera fase dos juegos de alto voltaje, pues estas dos escuadras, junto a Brasil, se jugarán la permanencia en el evento.
El choque entre europeos inició con gol de los balcánicos al minuto cinco. El delantero Aleksandar Mitrovic venció al arquero Yann Sommer, con un fuerte cabezazo tras una buena jugada de Dusan Tadic.
La apertura temprana en el marcador obligó a que se produjera un juego abierto, con varias oportunidades de gol por parte de ambos. Esa situación era más factible para los suizos, ya que poseen una selección más balanceada de media cancha hacia adelante.
No fue hasta el minuto 52 que los helvéticos encontraron recompensa. El volante Granit Xhaka soltó una bomba de zurda desde la frontal del área y puso la igualdad. A los serbios con el empate les bastaba e iban aguantando las embestidas de su rival. Pero en el 90 montaron un veloz contragolpe para matar a los suizos, acción que les costó la derrota.
En segundos, de un contragolpe se pasó a otro al rechazar la zaga suiza el centro de Branislav Ivanovic. El delantero Mario Gavranovic dio un pase largo a Xherdan Shaqiri para que este corriera solo casi 30 metros y rematara por bajo al portero Vladimir Stojkovic. Serbia no tuvo tiempo ni fuerzas para responder a la acción del adversario.
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23 de junio de 2018
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23 de junio de 2018
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23 de junio de 2018
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24 de junio de 2018
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25 de junio de 2018
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