Qué Bélgica derrotara 3-0 este lunes a Panamá como parte de las acciones en el grupo G no es sorpresa. Ese era el guión esperado entre dos naciones con pretensiones totalmente distintas en la Copa del Mundo de Fútbol Rusia 2018.
Panamá, una nación que vive y respira béisbol había conseguido en el 2017 por primera vez en su historia la clasificación hacia el máximo certamen futbolístico, dejando en el camino a escuadras mucho más poderosas como Estados Unidos y Honduras.
Bélgica, por su parte, vive tiempos de bonanza, con una generación de talentosos futbolistas que, sin embargo, no ha conseguido avanzar a instancias finales en torneos de fútbol (mundiales y eurocopas) durante los últimos cuatro años.
Tan pronto las dos selecciones saltaron al césped del estadio olímpico Fisht en la ciudad de Sochi, los europeos mostraron su exquisita técnica colectiva para manejar la pelota, mientras los centroamericanos sacaron a relucir la fuerza para contrarrestar la superioridad de sus adversarios.
El primer tiempo fue un monólogo de los «Diablos Rojos» quienes manejaron el ritmo del partido a su gusto, creando un buen número de ocasiones de gol, la mayoría de ellas salidas de los pies de Eden Hazard y Kevin De Bruyne. No obstante el vendaval, la tropa canalera aguantó con estoicidad su portería en los primeros 45 minutos del choque.
Ya en la segunda parte la intensidad de los belgas aumentó, mientras Panamá empezó a dejar espacios en su nutrida zaga. El esfuerzo de los europeos fue coronado con los goles de Dries Mertens 47' y el doblete alcanzado por el «tanque» Romelu Lukaku 69' y 75'. El fútbol premió como ganador del duelo al equipo que más trabajó por salir con los tres de la cancha.
A Panamá le quedó el aliento incondicional en todo momento de sus aficionados, quienes hicieron de las gradas un espacio sui géneris donde montar la fiesta por estar presentes en tan importante certamen.
COMENTAR
Responder comentario