Personalidad, contundencia, fuerza, garra y concentración son los calificativos para describir la hazaña de México materializada este domingo en Moscú, al derrotar 1-0 a la vigente campeona del Mundo: Alemania.
Pocos pensaron que jugarían de tú a tú frente a los teutones, y eso hicieron los aztecas en el estadio Luzhniki. Juan Carlos Osorio, el técnico que dirige al «Tri», acertó en la diana alemana. Mandó a sus huestes a atacar con velocidad la zaga del elenco europeo. México vio dormido a su rival y, como buen depredador, no lo dejó con vida.
Le costó caro al cuatro veces titular del mundo las subidas por la banda derecha del lateral Joshua Kimmich, quien dejó desguarecida esa zona defensiva. De un fulgurante contragolpe llegó a los 35 minutos el delirio y también la sorpresa.
Irving Lozano, el más talentoso jugador mexicano del momento, recibió un pase de Javier «Chicharito» Hernández, recortó a su marcador y remató para el 1-0. La locura se apoderó del estadio moscovita, colmado en su mayoría por mexicanos.
Alemania quiso despertar, pero lo hizo a medias. Atacó y sacrificó posiciones defensivas para nivelar la partida. Los cambios aztecas surtieron efecto al mantener oxigenado su esquema táctico, en tanto los tetracampeones poblaron infructuosamente la zona de ataque. Era Alemania, pero no fue la clásica Alemania. Le faltó la sangre fría para definir sus remates y los nervios, esos de los que carecen al afrontar cada juego, hicieron acto de presencia en varios futbolistas de la «Mannschaft».
BRASIL HACE LA MAGIA... A MEDIAS
Tocó el turno a Brasil en su estreno contra Suiza. Quizá, sabedores del fracaso teutón, la canarinha estableció la pauta: 1-0 al minuto 20 de juego, obra de un potente balazo de Coutinho desde la frontal del área.
Brasil jugaba, gustaba y bailaba en la ciudad de Rostov, mientras Suiza buscaba preservar el orden en sus líneas. Avanzaron los minutos y los sudamericanos no concluyeron varias acciones de gol, a pesar de la conexión Neymar-Coutinho.
En el momento de mayor relajación brasileña, llegó el suizo Steven Zuber y de cabeza congeló la sonrisa verde amarela. Era el minuto 50 y, aunque se jugaron 45 más, Brasil no desarmó el reloj suizo. Asedió la meta de Yann Sommer, pero esta no fue la jornada para las grandes hazañas de los gigantes. El empate le supo amargo a Brasil y delicioso, como el chocolate, para Suiza.
SERBIA SOBRIA A SU ESTILO
Un cañonazo fue suficiente para que Serbia sometiera, a primera hora, a la experimentada Costa Rica. El estadio Samara Arena sintió estremecer sus cimientos un segundo después que el serbio Aleksandar Kolarov (minuto 56) soltara unos de sus acostumbrados fogonazos de pierna zurda, marca de la casa.
Esa acción encumbró a los balcánicos ante los centroamericanos. El guion pre-partido anunciaba pocos goles y así ocurrió. Hubo abundante disputa por la pelota en la zona media de la cancha. Serbia es de esos equipos que presumen de un físico potente y apuesta casi todo por las acciones a balón parado o a los pases largos.
Los ticos están muy lejos de aquel plantel que asombró en el mundial anterior, cuando se colaron entre los ocho mejores. No dejaron de pelear por el control de la esférica, pero cuando no hay ideas, y el rival pone la fuerza, es muy difícil ganar.
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Javi dijo:
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17 de junio de 2018
18:54:03
Dieudome dijo:
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18 de junio de 2018
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3
18 de junio de 2018
04:45:34
DASA Respondió:
21 de junio de 2018
14:21:47
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14:24:10
curbelod dijo:
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18 de junio de 2018
07:26:27
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18 de junio de 2018
14:58:46
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18 de junio de 2018
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18 de junio de 2018
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