
1. Por la irreductible defensa de los griegos, que se encerraron en un su área con un hombre menos por casi una hora.
2. Por los reflejos y la seguridad bajo los tres palos de Karnezis, quien detuvo las pocas ocasiones claras con las que contó Japón.
3. Por las manos salvadoras del portero Kawhasima, quien repelió dos ocasiones muy claras de los helénicos.
4. Por la descomunal falta de gol de los nipones, quienes controlaron el balón durante todo el partido pero crearon muy pocas oportunidades claras en el marco rival.
5. Por el tremendo desgaste físico de los dos equipos, uno que corrió el doble al jugar con un hombre menos y otro que buscó por todos los ángulos abrir la lata.









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