ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

El empleo de la definición ‘kitsch’ –para realizar juicios críticos acerca de objetos, personas o eventos– enfrenta al hablante a numerosos problemas de orden ético; en especial, a la obligación de tener presente que el contenido de las normas de buen gusto, el equilibrio/mesura y los valores culturales elevados es asignado y evaluado por individuos que pertenecen a las élites culturales. De este modo, la carga negativa de lo ‘kitsch’ está unida a ubicaciones de clase y/o a la oportunidad de acceso al mundo de la «alta cultura» que haya tenido el hablante.

Según lo anterior, el juicio que nos lleva a identificar si una persona, objeto o evento merece el calificativo ‘kitsch’ expresa una oposición entre alta cultura–baja cultura, cultura de élite–cultura popular, letrado–iletrado, culto–inculto, etc. Así, en numerosos contextos, lo ‘kitsch’ (recargado, ridículo, grotesco, sobreabundante, excesivo, vulgar, chillón) forma parte de diseños o comportamientos no deseables, alrededor de los cuales son establecidas barreras sociales.

Según lo dicho hasta ahora, calificar algo o alguien como ‘kitsch’ supone la puesta en práctica de un «poder» y, por tanto, de un control social que demilita, parcela y excluye. El desafío para el juicio crítico radica en comprender que, de una parte, el sujeto popular introduce en su entorno de vida (asumiendo que efectúa un acto de «estetización») una cantidad enorme de objetos de fabricación industrial, idénticos entre sí y carentes de valor artístico; en paralelo a ello, ese mismo sujeto aporta creatividad y belleza cuando estetiza su mundo personal, familiar, ambiente de trabajo, etc. El otro gran desafío nace de la apropiación del ‘kistch’ por parte de escritores y artistas, procedimiento profusamente empleado en la contemporaneidad que da origen a creaciones autoparódicas, cargadas de ironía y profundamente críticas del desprecio hacia lo popular que suele caracterizar las actitudes elitarias.

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Rolf J. Niederstrasser dijo:

1

5 de octubre de 2020

08:18:38


"Kitsch" es una palabra alemana, y según el diccionario significa "arte de mal gusto y sentimental"

Curiosa dijo:

2

5 de octubre de 2020

08:34:11


Creo que un ejemplo interesante entre nosotros es el de las uñas postizas. ¿Cómo es posible que en un contexto de escaseces y con la urgencia de una higiene imprescindible se mantenga la moda de esos garfios costosos, molestos e hiperdecorados? Da pena ver cómo compañeras que trabajan con sus manos insisten en usarlas cuando se ve que son muy molestas. Lo kitsch es sin dudas altamente adictivo y contagioso.

Rolf J. Niederstrasser dijo:

3

5 de octubre de 2020

12:02:03


"Kitsch" es una palabra alemana, y según el diccionario significa "arte de mal gusto" y "sentimental"

Andrés Martínez Ravelo dijo:

4

31 de agosto de 2021

10:16:18


En los años 80 se publicaron obras, humoristicas como Kitsch Kitsch Bang Bang de Hector Zumbago y filosoficas como El kitsch en el socialismo, que permitieron al publico acercarse al termino y con ello ayudar a conformar un gusto estetico. Creo que hoy, en medio de la guerra cultural que se nos hace, se impone que se hable mas de este termino y se definan los limites, porque no me caben dudas que desde lo mas grotesco del kitscho, que ya es grotesco, es que han nacido los que hoy son abandaredos de la guerra mediatica que desde Miami se lleva a cabo.