Dos partidos, dos blanqueadas. Variados matices en los seis sets, con un común denominador: un par de horas de juego oficial no compensan la ausencia de esta práctica durante meses, en los que los voleibolistas cubanos entrenaron en la Escuela Nacional antes de entrar a la Liga Mundial.
Concentración de la atención. Importante tema para aspirar a la victoria. Mantenerse enfocado de principio a fin de un desafío depende de ejecutar la técnica correcta en el recibo, ataque, el boqueo y defensa del campo, de ubicarse bien en la cancha, de la voluntad para el esfuerzo tras el balón, de la armonía entre las partes, en fin, de que cada hombre aporte al todo: el equipo.
Sin embargo, solo si existe seguridad y efectividad en las acciones es posible mantener esa concentración tantas veces ausente en los seleccionados femenino y masculino de casa, en el caso de los varones, déficit expresado en sus 31 y 24 errores en los dos choques de Calgary. Pero esa seguridad la aportan el constante roce con el alto nivel, donde maduran las virtudes del jugador.
Lo vimos en el Campeonato Mundial de Polonia 2014 y, a juzgar por las actuales actuaciones, repasamos la misma historia. El cuadro cubano carece de un banco capaz de mantener un juego cercano al que quisiéramos que alcancen los hoy regulares, si suman lo antes posible al auxiliar Javier Jiménez.
El elenco mostró sus líneas disparejas. Si el primer día el auxiliar Osmany Uriarte (11 puntos) sobresalió en lugar del opuesto Rolando Cepeda (9), en el segundo fue este último quien más aportó (14 tantos), además de que el otro auxiliar, Inovel Romero —sustituto del lesionado Lázaro Fundora— posee facultades para el recibo, pero no se expresa consistente en el ataque. Él, como tampoco Dariel Albo (ha sido bloqueador, opuesto y auxiliar en las dos últimas campañas), no cuentan para llenar el vacío de Jiménez.
Algo parecido acontece con los centrales. Auguramos que Félix Chapman posee dinamita para romper la malla, lo demostró en el segundo partido con sus 11 puntos, pero su par Liván Osoria debe aprovechar más su fuerza para cuajar en esa posición.
Si el opuesto no sobrepasa los 20 puntos por choque, si cada auxiliar no rebasa los diez y si los principales no se acercan a esa última cifra, amén de reducir los errores, imposible ganar. Es válido crear sobre la cancha, variar, efectuar el ataque zaguero o no, pero existe una máxima inviolable: anotar los puntos que cada hombre debe tributar, así no solo es factible aspirar al éxito, sino también al respeto de los rivales por ese desempeño.
El mentor Rodolfo Sánchez enfrenta una situación muy difícil. Detrás de los voleibolistas mencionados (además de verse obligado a darle gran responsabilidad al novel pasador Ricardo Calvo), apenas tiene opciones de cambio. Al mismo tiempo, aceptemos que dos partidos son insuficientes para que una formación regular logre el “team work”, preocupación capaz de aliviarla un tanto la vuelta de Javier Jiménez, un jugador-inspiración que mucha falta le hace al equipo.
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Fernando dijo:
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18 de mayo de 2015
15:17:13
eric dijo:
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18 de mayo de 2015
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18 de mayo de 2015
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18 de mayo de 2015
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Alonso dijo:
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frank dijo:
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18 de mayo de 2015
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jose cuervo dijo:
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18 de mayo de 2015
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alfonso nacianceno dijo:
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19 de mayo de 2015
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alfonso nacianceno dijo:
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19 de mayo de 2015
11:57:48
alfonso nacianceno dijo:
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19 de mayo de 2015
12:06:48
Dexter Cooper dijo:
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19 de mayo de 2015
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arturo dijo:
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19 de mayo de 2015
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