Ganada la tercera división de la Liga Mundial 2014 es presumible que para la próxima edición, a partir del 16 de mayo, la intención del seleccionado masculino de voleibol sea impactar en la diana del segundo nivel al que ascendió.
Y dar en el blanco significa llegar hasta la final de ese rango —en Bulgaria del 10 al 12 de julio— donde 12 elencos de los grupos C, D y E halarán la brasa hacia su candela. Avanzar al capítulo del cierre es bien difícil, atendiendo a las condiciones de la escuadra nacional.
Existen razones para pensar en Canadá, Argentina (dirigida por el laureado Julio Velasco), y Bulgaria como equipos que ofrecerán una férrea resistencia a Cuba, incrementada por jugar como visitante en las dos semanas iniciales de la llave C. Francia, Japón, Sudcorea y la República Checa integran el cuarteto D y en el E aparecen Bélgica, Portugal, Finlandia y Holanda, agrupaciones de las cuales sus tres líderes y los búlgaros disputarán la final.
Vistos los nombres —bajo el mando del mentor Rodolfo Sánchez— de los voleibolistas con mayores posibilidades entre los 22 matriculados para la Liga y, a tenor de las alineaciones presentadas en la pasada temporada durante este mismo evento y en el Campeonato Mundial de Polonia, el 50 % de los pretendidos regulares no lo eran en el 2014, amén de que algunos realizaron sustituciones momentáneas.
El capitán y opuesto Rolando Cepeda deberá cerrar un anillo con alto ataque unido a los auxiliares Javier Jiménez (exitoso en Grecia) y Osmany Uriarte, pues los tres mantendrán sus puestos de la campaña precedente. Todos poseen un potente servicio con salto capaz de causar estragos en la recepción rival, los dos últimos muy hábiles en sus movimientos.
En mi opinión, las inseguridades de la tentativa escuadra regular no radican en sus fusileros, sino en los bloqueadores y en el pase.
Liván Osoria en el Mundial jugó poco como opuesto en sustitución de Cepeda y retorna a su posición de central en dúo con Félix Chapman, novato que agradó por su arrojo en la cita del orbe 2014. Ellos componen la propuesta de Sánchez en lugar de Isbel Mesa y David Fiel, de baja en la nómina, quienes dejaron mucho que desear en su ofensiva-defensa del Mundial, donde Cuba terminó oncena. El tercer hombre para igual desempeño, Dariel Albo, suma algunos años en la preselección sin rendir lo esperado, y pienso que asumirá su ahora o nunca si sale a la cancha.
Aun cuando Osoria-Chapman-Albo se muestren cual agresivos emprendedores, surge otra interrogante sobre la responsabilidad confiada al bisoño pasador de buenas manos Ricardo Calvo, quien en la pasada temporada fue segundo de Leandro Macías, también fuera del equipo. Yosvany Nicolás González, el otro acomodador, exhibe escaso aval en el difícil arte de conducir al plantel para tan exigente evento, desde una posición relevante como el único jugador situado de frente a sus cinco compañeros para guiar las acciones.
Confirmado en la comisión nacional de este deporte que los muchachos no tendrán partidos de preparación antes de iniciar la Liga el 16 de mayo en Canadá, la aspiración de ir a la final del grupo dos es un altísimo propósito, al que pudieran contribuir el poder ofensivo de elenco, la entrega volcada sobre el terreno por ir de menos a más, y la preparación con énfasis en fortalecer la defensa del campo. Sin subvalorar la importancia del inexistente roce previo al evento, como fuente para pulir detalles, el desafío está planteado.









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