
San Salvador.–Criterios especializados dicen que es normal que así pase cuando un atleta está en busca de «su standard», cuando anda en pro de su verdadero potencial; pero que Leyanis Pérez, en tan breves plazos, vaya dando saltos de canguro una y otra vez sobre sus marcas personales, algunas sobre cotas respetables, ponen una lupa constante en ella y la expectativa por las nubes.
Pero los entendidos también alegan que, independientemente del nivel de competencia, si un saltador de alto rendimiento supera en tantos centímetros su registro propio, apunta a extraordinario.
La cubanita llegó a estos Juegos Centroamericanos y del Caribe con el crédito sorprendente de 14,87 metros en el triple salto. Lo casi escandaloso es que, 18 días antes de esa marca, su máximo estirón era de 14,80. O sea, entre el 28 de mayo y el 15 de junio subió esos siete centímetros. ¿A dónde puede llegar?
A sabiendas de la potencia de sus piernas, para San Salvador se inscribió también en el salto de longitud, con una discreta estirada de 6,52 metros. Se presentó el lunes en el cajón del estadio «El Mágico» González, y se llevó una plata con 6,65. Claro, no fue marca personal porque había demasiado viento a favor, pero le hubiesen alcanzado los 6,64 que hizo antes, nada más y nada menos que ¡12 centímetros! por delante de lo que había hecho hasta entonces.
Más sorprendente que el salto fue su respuesta: «Ha sido una competencia muy bonita, de la que no esperaba más, pues yo el salto largo no lo entreno, prácticamente».
Ciertamente, empezó a hacerlo en esta temporada ¿Y si lo entrenara? ¿Y si fuera su especialidad? «Si se me da la oportunidad de competir otra vez, iría por mejorar esa marca. La verdad, de gustarme gustarme, no tanto, pero como se asemeja al triple, pues lo hago».
Lo suyo, dice Leyanis Pérez, es el triple salto, en el cual compite hoy. «Me siento en magníficas condiciones, y espero que me salga bien». En esa especialidad, el nombre de la venezolana Yulimar Rojas es el sumun a nivel global, recordista del mundo y campeona de todo. ¿Sentirá presión Leyanis?
«Desde muy pequeña aprendí a controlar los impulsos, las emociones, y en las competencias el prearranque. Si me guío porque ella es la campeona, me cohíbo y no doy lo mejor de mí. Siempre salgo a hacer una competencia conmigo misma, para mejorar cada vez mi marca personal. Si lo logro, no se sabe qué pueda pasar en la pista; pero no saldré a ganarle a ella, sino a superarme yo».
Para eso que ella llama superarse, explica, «la clave está en el rigor del entrenamiento, y en tener en la mente que se sale a hacer bien lo que uno sabe». Su visión siempre es muy positiva, alegre, a veces como de niña inocente. De estos, sus primeros centroamericanos, manifiesta que «nunca había estado en algo igual», y por todo lo que ha visto, «lo que para mí era bueno se volvió muy bueno».
Está dicho. Para esta noche, cuando todas las cámaras y los reflectores enfoquen a la campeona a su lado, Leyanis Pérez estará haciendo una sola competencia: ella contra ella misma.
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