San Salvador.–Cuando Gabriel Rosillo fue sorprendido con un pase atrás del dominicano Carlos Adames, en el inicio de la final de los 92 kg, y se vio debajo 0-4, su rostro buscó enseguida la esquina y encontró el gesto confiado de Raúl Trujillo, quien, encogiéndose de hombros, restó importancia a la acción y lo conminó: «Solo sé tú».
Antes que él, sus compañeros Kevin de Armas, Luis Orta, Yosvanys Peña y Daniel Gregorich se habían titulado campeones, y detrás vendría Oscar Pino, un oro seguro. No podía ser el único en fallar.
No se abalanzó desesperado sobre su rival y, cuando tuvo la ocasión exacta, ripostó con una proyección soberbia. Ganó por 6-4.
La actuación perfecta de los grequistas en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, que en una noche impecable sumó seis títulos para la delegación, ha sido uno de los dos hitos de la participación de la Isla en San Salvador.
Oscar Pino, campeón de los 130 kg, lo asumió así: «Aunque era una meta personal lograr el oro centroamericano, lo más grande que he podido vivir como miembro de la selección nacional es que lo hayamos ganado todos a la vez».
Que era un reto fácil no es verdad, ni siquiera para el campeón olímpico Luis Orta, quien declaró que ninguna competencia la considera menor. El propio Yosvanys Peña cruzó con varios rankeados en el área, y Kevin de Armas sudó bastante para coronarse.
No obstante, el cubano rellollo que es Raúl Trujillo, jefe de entrenadores del seleccionado antillano, entrena y compite con la filosofía de que, «para ser campeón, hay que ganarle a todo el mundo».
Sobre un saldo similar en los Panamericanos, alegó que es muy difícil, pero no imposible.
No obstante, vuelve una y otra vez a su filosofía, obstinada, que ha sido la de su vida: «De niño no jugaba ni parchís, a veces dominó, y terminaba faja’o. Es que no sé perder, y lo otro es que tenemos un gran país, hay que darlo todo por él».





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