San Salvador.–Los últimos eran sus aparatos más fuertes, y claro, había una estrategia; sin embargo la rivalidad fue altísima y, por tanto, un verdadero drama la final del all around de la gimnasia artística que ganó el cubano Diorges Escobar, para titularse campeón de los XXIV Juegos Centroamericanos y del Caribe.
Todo fue expectativa hasta el segundo final en el Complejo Polideportivo Merliot, de la capital salvadoreña. Era la última ronda, el último aparato la barra fija, y Escobar el último de todos, con sus rivales a la orilla de su colchón, nerviosos.
Con el veterano dominicano Audriz Nin –bronce de Barranquilla-2018– a la cabeza de la puntuación (78.900), el cubanito, que marchaba cuarto, necesitaba una nota superior a 13.550. Tapó su cara con sus manos un momento, se dio ánimo, avanzó hacia el aparato, se colgó y comenzó a girar entorno a la barra.
Las exclamaciones de Ezequiel Varela, entrenador principal, decían la exquisita ejecución en cada evolución, hasta las vueltas de impulso, uno, dos, salida, giro en el aire y… caída perfecta. Nota: 13.750, y el abrazo del entrenador lo sorprendió por la espalda. Diorges, con 20 años, era el nuevo campeón centroamericano, continuador del entonces titulado Manrique Larduet.
Fue muy difícil, dijo, «de todas las competencias que he tenido esta ha sido la más exigente, para la cual me tuve que poner mucho más fuerte, pero no me rendí», declaró emocionado.
«Estuve muy atento al transcurso de las pruebas, y sabía que, en la medida en que avanzaban podía terminar primero», explicó.
Sin embargo, el espirituano no tuvo nada regalado. Después de las anillas la puntuación iba muy apretada, llegó a terminar una ronda en el octavo puesto, lo que le exigía puntuaciones por encima de los 14 puntos, y así lo hizo en las dos siguientes: 14.050 en el caballo de salto y 14.150 en las barras paralelas. «No me rendiría hasta el final».
Sobre la rotación, que terminaba con los aparatos en que mejor se desempeña, le generó más confianza. «En eso consistía la estrategia; me permitía llevar la cuenta de la ventaja que me sacaron en otros aparatos, y de las posibilidades de alcanzarlos en el remate. De la barra fija, por ejemplo, ya sabía la puntuación que tenía que hacer, y me daba para alcanzar el oro». Al cabo de la prueba, registró 79.100.
De las actuaciones individuales por venir, alegó que se pueden esperar resultados sorprendentes, incluso algún otro título, para los cuales, resaltó, «debo trabajar fuerte y con la misma seriedad, pero lo pueden esperar».
El resto de la jornada fue de medalla al pecho, de Himno Nacional, de un abrazo tras otro de los cubanos que asistieron para verlo, de sus propios rivales, y no fue hasta la hora de irse cuando se secó en los ojos de Ezequiel Varela, su entrenador, la felicidad hecha dos gotas suspendidas: «Era el resultado que veníamos buscando, y ahí está».





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Nidia Quintana dijo:
1
28 de junio de 2023
19:34:38
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