
RÍO DE JANEIRO.—Fíjense si el atletismo es un encanto que desde la sesión mañanera de la jornada inicial regaló una joya colectiva, más allá que un portentoso récord mundial de 29:17.45, más que una proeza individual a cargo de la etíope Almaz Ayana en los 10 000 metros planos.
La campeona mundial de los 5 000 metros impuso prácticamente el mismo ritmo de esa carrera. Resultó demoledor al tratarse del doble del trayecto. Fue asfixiante por correr 14:30 aproximadamente nada menos que en la segunda mitad.
Hizo añicos por más de 14 segundos la anterior primacía de 29:31.78, que parecía trofeo histórico intocable donado por la china Junxia Wang desde 1993. Dejó a su sobresaliente compatriota Tirunesh Dibaba en un bronce, impidiéndole el hito de coronarse por tercera vez consecutiva bajo los cinco aros, aunque el valor de tres podios consecutivos nadie se lo quita. Todo eso es verdad.
Pero es igualmente cierto que además de toda esa ensoñación, los presentes en el Estadio Olímpico disfrutaron más de cerca que los televidentes de todo el planeta el esfuerzo colectivo femenino más impactante de los últimos tiempos.
Las trece primeras cronometraron récords de área, récords nacionales o mejores rendimientos personales. Por primera vez cuatro mujeres baten al unísono el muro de los 30 minutos y se colocan de golpe entre las cinco mejores de siempre.
La kenyana Alice Aprot Nawowuna, animadora de la prueba durante los 5 primeros kilómetros en un paso de 14:46.81 presagiador de una hazaña finalmente se quedó fuera del podio, más su cuarta posición en 29:53.51 la convierte en la quinta histórica y si no es recordista de su país fue por la presencia en el segundo lugar de su compatriota campeona mundial Vivian Jepkemoi Cheruiyot, que lo impuso con 29:32.53 y en parte se lo debe por mantenerse en acecho mientras ella se desgastaba.
El deporte, como todo en la vida, tiene sus paradojas. Son múltiples los factores que inciden en una competencia. Claro que los rivales están en primer lugar, pero a veces, y para algunos, existen otros elementos peores que los mismísimos contrincantes. El clima.
Parecía un invierno lluvioso lo que encontraron los atletas al abrir la sesión matutina. La llovizna con aire molestaba hasta en las gradas techadas. El azul de la pista era mojado. Lenta la superficie sintética. Perjudicó resultados de las heptatletas en los 100 con vallas. Los discóbolos secaban constantemente el resbaladizo implemento.
Después se mantuvo el frío y la pista se fue secando cuando los 10 000 metros, beneficiándolos. Sin embargo, el sol salió al comenzar la tarde como si quisiera fastidiar a los de la marcha deportiva allá en su circuito especial alejado del estadio. Y cuando acabó la prueba con peor resultado que el de Londres, entonces por aquella zona comenzó a soplar la mona en mitad de la tarde.
Entonces se buscaron los abrigos porque si en la tarde era así, cómo sería en la sesión nocturna. Pero en la noche de nuevo sorpresa. Donde más frío había era en la sala de prensa y por el aire acondicionado.
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Leonardo dijo:
1
13 de agosto de 2016
16:00:24
E.Navarro Respondió:
14 de agosto de 2016
05:44:11
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