No ha transcurrido todavía una semana de competencias en Río de Janeiro, y en ese lapso no solo los deportistas se han robado titulares. Desde las extrañas marcas en la piel de varios atletas, hasta las aguas verdes de la piscina de clavados o la publicación de un estudio revelador sobre las expectativas de vida de los protagonistas olímpicos acaparan portadas en diversos lares.
Al comienzo de la natación todos los flashes se concentraron en el gran Michael Phelps, y resulta que el tritón estadounidense tenía unos moretones en la piel, provocados por una terapia para aliviar dolores.
Hablamos del cupping, usada en China desde el siglo IV, según reporte de Telesur, que explica su efectividad para tratar afectaciones en los vasos sanguíneos. El tratamiento consiste en aplicar ventosas sobre el cuerpo haciendo efecto vacío, con el fin de eliminar toxinas de la sangre, mejorar la circulación y relajar los músculos, añade la información.
Telesur también devela un estudio publicado en la revista British Medical Journal, que asegura que los atletas olímpicos tienen una “ventaja de supervivencia” debido a su actividad física, por lo que viven más que la población general.
Estudios independientes realizados en Sydney, Australia y Carolina del Sur, en Estados Unidos compararon la longevidad de atletas de diferentes países, distintas disciplinas y cantidad de contacto físico implicado en las mismas.
La nacionalidad no marcó diferencias en cuanto a la longevidad; los especialistas consideran que las expectativas de supervivencia se deben a las pautas de actividad física.
En sentido general se examinaron datos de casi 25 000 deportistas y los parámetros mostraron que los atletas vivieron 2,8 años más que la población general. Por último, ha llamado mucho la atención cómo en las piscinas de clavados, polo acuático y nado sincronizado de los Juegos, las aguas tomaban una tonalidad verde. El medio deportivo británico Bleacher Report y el alemán DW Sports reportaron que podía ser a causa de una acumulación de algas.
En cambio, entendidos de microbiología del agua, como Karim Raisuni, con 22 años de experiencia, opinan que probablemente el suceso se debía a una reacción del cloro con un metal de las características del hierro.
Sin embargo, Mario Andrada, portavoz del comité organizador de Río 2016, ha explicado en una conferencia de prensa que el cambio del color del agua se debió a un aumento de la alcalinidad.
La Federación Internacional de Natación (FINA) y el comité organizativo han apelado a la calma, emitiendo un comunicado con el que afirman que “no hay peligro, riesgo o efecto alguno para los deportistas que compiten”.





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ATF dijo:
1
11 de agosto de 2016
08:21:30
Miguel dijo:
2
12 de agosto de 2016
02:11:33
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