
BARRANQUILLA. – A cualquier hora del día, costaba trabajo abrir los ojos en el Centro Acuático Eduardo Movilla, donde el sol y el resplandor eran una pesadilla. Caminar de un lugar a otro se tornaba incómodo para todos, aunque los nadadores y clavadistas al menos tenían el consuelo de saber que se lanzarían al agua.
No obstante, la sensación de tirarse de una plataforma a diez metros con semejantes circunstancias debió llevar al límite a quienes compitieron en los saltos ornamentales, lid en la cual, como suele suceder en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, México conquistó el mayor botín (seis oros, cuatro platas y tres bronces), dejando escapar solo dos cetros.
Uno de ellos fue el de la plataforma femenina, modalidad en la que una cubana de 16 años se robó los titulares y asombró a todos, incluidos los propios parciales de la Mayor de las Antillas, que no disfrutaban de las mieles del éxito en el clavados desde hace 12 años, cuando Erick Fornaris y José Antonio Guerra se agenciaron tres coronas en Cartagena 2006
Anisley García, quien ha dejado su nombre a un lado para aceptar eternamente el apodo de «La Tuti», ha sido la encargada de devolver a Cuba a planos dorados, y en una modalidad que acumulaba 25 años de sequía, desde el reinado de María Carmuza en Ponce 1993.
Curiosamente, la campeona de la lid boricua es una de esas personas que bautizaron a Anisley como «La Tuti», pues es íntima amiga de su madre, Hilda Iris Navarro. «Carmuza casi me vio nacer, fue mi primera entrenadora y ha estado cerca de mi mamá, que es el sustento de mi carrera.
«Ella me ha apoyado mucho, no me ha perdido ni pie ni pisada, trata de verme en cada competencia y siempre busca comunicarse, aunque a veces no tenemos las mejores condiciones para hacerlo. Pero el esfuerzo nunca falta», señala Anisley, quien habla como una atleta de experiencia, con mucha seguridad.
Quizás, el hecho de despertar expectativas por su talento o afrontar responsabilidades competitivas desde tan temprana edad, han moldeado su personalidad. «Desde bien chiquita me trataron de enseñar que no era tan niña como debía haber sido, que me tenían que apresurar un poco por las demandas del deporte.
«Yo siempre decía que me entendieran y me vieran como una niña, pero me respondían que sí, efectivamente lo era, pero que no podía actuar como tal en el clavados. Eso me chocó, porque siempre veía a los muchachos jugar y yo no lo hacía. Al final ha valido la pena, pero me costó asimilar las cosas», revela «La Tuti», quien ahora es más consciente de sus responsabilidades.
«Tengo que afrontar la realidad y sacar adelante el clavados de mi país. Hasta ahora no me habían salido las cosas bien, no había podido despuntar en otras competencias internacionales, tal vez por la presión o por las expectativas demasiado altas, pero finalmente he conseguido un resultado relevante», asegura.
– Tenías más posibilidades en el trampolín de un metro, sin embargo, el título llegó en la plataforma…
– En el trampolín había mucha paridad, se trataba de no fallar y desafortunadamente me tocó a mí equivocarme. Pero enseguida me dijeron que de los errores se aprende y con ese buen consejo mantuve el enfoque y gané en la plataforma, donde hay más rivalidad y hasta más nivel.
– ¿Qué tan importante ha sido el trabajo y el apoyo de todos los entrenadores que has tenido?
– Todos me han dado un sinfín de lecciones de tremendo valor, porque conocen perfectamente la adrenalina de saltar, lo han vivido, y en base a su experiencia me han ayudado, desde José Antonio Guerra, que es mi entrenador ahora, hasta Carmuza, Jorge Betancourt o Lino Socorro, el hombre que me ayudó a montar mi primer programa de plataforma con 13 años. Él ama lo que hace, le gusta enseñar y pudimos siempre compartir ideas.
– Subirse a la plataforma siendo una niña, ¿qué se siente?
– Para mí no fue raro, ni me daba miedo, porque desde chiquita siempre me tiraba, pero de pie y jugando. Ya después la cosa cambió, pues tuve que hacer clavados y en serio.
– Con 16 años hay muchas cosas que puedes mejorar. ¿Cuáles crees que son tus puntos más fuertes y los más débiles?
– Me falta mucho por mejorar para poder estar a la altura de todas las competidoras y aspirar a lograr resultados mundiales. A mi favor está el hecho de que soy muy joven y habilidosa, pero debo seguir trabajando. Ahora mismo se me está resistiendo el salto de tres vueltas y media de frente, aunque por grado de dificultad lo más complejo que tengo es el de tres y media vueltas de espalda, que Guerra decidió no ponérmelo en Barranquilla para ganar en confianza y salir del bache que había tenido en las competencias internacionales.
– Barranquilla marca un antes y un después en tu carrera…
– Ganar aquí en los Centroamericanos es más complicado de lo que se piensa, porque México es una potencia mundial, y Colombia ha crecido muchísimo también. Pero creo que sí se puede marcar un antes y un después, me toca a mí asumir la responsabilidad y seguir adelante.
– Los Centroamericanos han sido un punto de despegue para muchos atletas jóvenes como Manrique Larduet hace cuatro años en Veracruz. ¿Crees que sea tú caso también?
– Justamente, Manrique es uno de mis ídolos, siempre lo he admirado desde muy pequeña, al igual que a Marcia Videaux. Son niñitos que salieron casi de la nada, lo hicieron bien y después triunfaron a nivel mundial y olímpico. Hoy son figuras y de seguro quisiera poder hacer lo mismo.




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Ramon dijo:
1
26 de julio de 2018
16:28:51
maguero dijo:
2
30 de julio de 2018
10:37:29
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