BARRANQUILLA.– El Coliseo Elías Chegwing rugió al máximo y los estruendos de miles de fieles se sintieron por toda la calle 70 de Curramba la bella, extasiada por el espectacular (y deslucido) triunfo de la selección femenina de baloncesto colombiana, que sacó los colores a un flojo elenco cubano en un duelo extendido hasta el tiempo extra.
Las cafeteras, que en cuestión de palmarés no podían ni asomar la cabeza en una lucha contra Cuba (un bronce contra 14 medallas y diez títulos), aprovecharon la inestabilidad de las antillanas, su desorganización y falta de puntería, para imponerse 67-65 en un choque vibrante, de notable presión por el empuje de la grada, pero con demasiadas fallas.

«Vamos Colombia, porque esta noche tenemos que ganar», se coreaba en las tribunas desde mucho antes del pitido inicial, y el grito se convirtió en ley al cierre de la noche barranquillera, cuando las anfitrionas salieron cargadas en brazos por un público muy entusiasta, y las cubanas por la puerta de atrás, a años luz del tradicional desempeño de nuestras selecciones.
El partido, en sentido general, fue un despropósito, con ínfimos por cientos de efectividad en tiros de campo (33% por Cuba y 37% por las anfitrionas), constantes pérdidas, violaciones en cuestiones elementales de juego y muy poca fluidez en un deporte que se caracteriza, precisamente, por la velocidad y el ritmo vertiginoso.
Las chicas de Alberto Zabala se llevaron la peor parte en el intercambio de errores, pues cayeron en una telaraña que para nada tiene que ver con su filosofía. Y esa era justamente la única variante por la que podían apostar las colombianas para vencer: apostar por el juego descontrolado, de transiciones fugaces y permanente ida y vuelta, conduciendo a las cubanas a la desorganización y a su posterior precipitación en acciones de tiro.
«Tácticamente nos fue mal, no supimos anotar y nos faltó inteligencia para controlar el partido cuando tuvimos ventaja. El público jugó un papel muy importante, pues nos condujo a hacer un juego muy desesperado, algo que no pensábamos sucediera. Hay que felicitar a Colombia, han hecho un gran torneo, venciendo a Puerto Rico en semifinales y ahora a nosotros en tiempo extra», expresó a los medios el entrenador Alberto Zabala, quien reconoció que su equipo debe trabajar mucho en pos de resolver las deficiencias ofensivas.

«Ha sido un buen torneo, superamos un grupo difícil y no se puede menospreciar el esfuerzo de las muchachas. Lastimosamente nos faltó la excelencia, que se logra cuando eres campeón», lamentó el preparador cubano, consciente de los múltiples fallos que lastraron las opciones de su quinteto.
De entrada, parecía un choque sencillo, pues las cubanas dominaron la bola y se plantaron con mucha seguridad bajo las tablas, sin que tuviera efecto la altura de Narlyn Mosquera, jugadora de 1.95 metros de estatura. Con mucha maña, Suchitel Ávila y Marlene Cepeda, más bajitas pero con mayor envergadura física, ganaron la posición en la mayoría de los rebotes y dieron solidez al quinteto antillano, que por lo general encontró mejores variantes para frenar el embate ofensivo de las cafeteras.
Sin embargo, el déficit anotador fue enterrando poco a poco a Cuba, que sin encestar sucumbió entre la desesperación y la frustración, sensaciones de las que nunca se pudieron despegar. Colombia, al contrario, se refugió en Yaneth Arias (16 puntos) y en la propia gigantona Mosquera, quien, pese a su pésima efectividad bajo las tablas, haló marca, asistió y siempre fue un referente al que acudir.
Por las nuestras, Cepeda (24 rebotes y diez puntos), Suchitel (nueve rebotes y 22 unidades) y Yamara Amargo (19 cartones) cargaron con la responsabilidad ofensiva, pero también fallaron en momentos claves, muchos de ellos generados a partir de la propia desesperación cubana al ver como las anfitrionas remontaban increíblemente.
Para Colombia este es un título especial, pues nunca un equipo de baloncesto del país cafetero había subido a lo más alto del podio en la historia de los Juegos, y ahora lo consiguieron en su patio, y frente a una nación que llevaba diez coronas en fila.




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lenin dijo:
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25 de julio de 2018
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Deliz Baillan dijo:
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26 de julio de 2018
13:59:22
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