PUERTO COLOMBIA, Barranquilla.– José Ignacio Cruz camina por detrás de sus discípulas y solo habla si es muy necesario. A simple vista, parece un hombre callado y tranquilo, pero la realidad es que su carácter es mucho más desenvuelto y afable, siempre dispuesto a conversar, sobre todo si se trata de temas de tiro deportivo.
En el Centro de Caza y Tiro de Puerto Colombia, donde se celebran las competencias de dicha disciplina en los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe, «Crucito», como le conocen los más allegados, viste una camisa con el logo del Comité Olímpico Mexicano, aunque no puede ocultar que es cubano de pura cepa; se le sale por encima de la ropa.
De hecho, cuando ve a alguien con alegorías a la delegación de la Mayor de las Antillas lo mira, y tras un instante muy corto, lo aborda y establece el diálogo. Así me sucedió en Barranquilla, donde José Ignacio se encuentra como entrenador de la selección mexicana, tras acogerse a la jubilación en Cuba y dejar su puesto de preparador de escuadra nacional, hace poco más de un año.
A sus 63 años, guarda como tesoros más preciados sus ciclos olímpicos al frente del plantel caribeño, con el cual participó en Juegos Olímpicos, Panamericanos y Centroamericanos, obteniendo siempre resultados destacadísimos, incluida la presea de bronce de Eglys de la Cruz en la cita estival de Beijing 2008.
«Estoy muy contento por ver de nuevo a las muchachas, me alegra el hecho de que estén compitiendo con las mejores condiciones, luego del gran esfuerzo realizado por el Inder para darles nuevas armas, municiones de calidad y más posibilidades de desarrollo competitivo», expresó «Crucito» en exclusiva con Granma.
«Ellas han tirado durante muchos años con armas gastadas, sobre todo las de aire comprimido, que se echan a perder constantemente. Siempre han logrado resultados, y ahora están demostrando que con el apoyo del Inder pueden ser todavía mejores en un deporte clave para Cuba, porque aporta muchas medallas», aseguró luego de la corona por equipos que ganó Cuba en el rifle de aire.
«Para mí no es fácil pararme del lado de acá. Estuve con ellas durante muchos años, celebramos medallas y sufrimos las derrotas, por lo que ahora competir en contra se torna complicado. Pero tengo confianza en Eglys, en Dianelis (Pérez), porque son muy talentosas y ya han ganado mucha experiencia. Seguirán dando qué hablar».
Sobre su nueva faena, José Ignacio relató que trabaja con muchachas jóvenes en el conjunto azteca, casi todas entre 17 y 19 años. «Ellas son conscientes del reto, pero ya están aquí, y una (Gabriela Martínez) hasta se ganó oro. Poco a poco me he ganado su respeto, y en sentido general los mexicanos de identifican mucho con los cubanos por su esfuerzo, dedicación y valentía.
«Esa capacidad que tenemos para sacar de donde no hay y lograr medallas, al punto de mantenernos como una potencia, es admirada. Y yo me siento orgulloso de representar a nuestro país, sigo teniendo las mismas sensaciones cuando las muchachas ganan, o cuando fallan. Uno se lo siente, porque aunque el cuerpo esté en otro lugar, nuestro corazón siempre permanecerá en Cuba».




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Ramon dijo:
1
23 de julio de 2018
17:55:51
manuel l. ruiz dijo:
2
24 de julio de 2018
12:08:55
manuel l. ruiz dijo:
3
24 de julio de 2018
12:08:56
manuel l. ruiz dijo:
4
24 de julio de 2018
12:08:56
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