VERACRUZ.—Ni les importaba que el atletismo exhibiera ya su mejor actuación después de Ponce 1993, con 22 oros.
Mucho menos que en la historia del maratón de los Juegos Centroamericanos y del Caribe jamás apareciera un cubano o una cubana saboreando las mieles de la victoria.
Tampoco vencer era de vida o muerte para la delegación cubana, que de manera irreversible afianzó el primer lugar en la noche del sábado.
Sin embargo, tanto el campeón Richer Pérez como la subtitular femenina Dailín Belmonte aspiraban a la gloria y durante 42 kilómetros y 195 metros se entregaron en cuerpo y alma por la victoria como deleite personal y redención para la especialidad del maratón en Cuba.
Richer fue el primero en cruzar la meta con marca personal de dos horas y 19 minutos con 13 segundos.
“Estoy progresando, y preciso que se fijen en mí”. Fue lo primero que se le ocurrió decir todavía en fase de recuperación. Luego fue más locuaz. Media hora después todavía continuaban entrevistándolo porque nadie lo calculaba.
Era apenas su segunda incursión internacional en la distancia. Hace dos semanas ganó por cuarta vez el medio maratón en el Marabana. Viajó el día 20 para Jalapa, a lidiar con su altura, el frío y la lluvia, y “bajé ayer para Veracruz. Sentí familiar el circuito, muy parecido al nuestro de La Habana, al Malecón donde suelo correr bajo las orientaciones de mi entrenador Ángel Rodríguez”.
—¿Hubo un momento cumbre?
—Cuando decidí el ataque final; miré a los ojos del guatemalteco y el mexicano y supe que no podrían seguir mi ritmo. Fue una verdadera lástima que haya quedado a pocos segundos de la marca mínima para el próximo Mundial, pero va a salir pronto con apoyo.
Dailín trató igual con la mexicana Margarita Hernández, más el segundo oro del día se le hizo imposible. Sin embargo, el récord de la local le posibilitó cumplir también a su escolta cubana la exigencia mundialista.
“Entrené para hacer 2 horas 35 minutos, pero esta vez no pudo ser. No me quejo en lo personal, pero aspiro a más oportunidades de entrenar en buenas condiciones para llegar bien a las grandes competencias. Espero que ahora me vean con los dos ojos”.
El atletismo cubano cerró su faena en los XXII Juegos con 46 medallas (23-15-8), reiterando la hegemonía regional con el mejor botín dos décadas después de 1993, pues fueron 19 de oro en Maracaibo 1998 y 22 en Cartagena 2006 (21 en principio y después una añadida por dopaje rival).
Aunque bien arriesgado pues no está como en añejos tiempos, siempre pensé en 22 oros para el atletismo por el coraje de los deportistas, y su contrastante empeño para entrenar y rendir aunque fuese a final de temporada cuando otros descansan o inician.
Al comentar el viernes en Xalapa sobre la “adivinanza”, creído de haber acertado, técnicos y autoridades del atletismo me dijeron entusiasmados que no estuviera seguro hasta el domingo. Y no acerté, pero bienvenido ese tipo de yerro en los pronósticos.
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Luis Alberto Pino dijo:
1
1 de diciembre de 2014
03:42:52
APG dijo:
2
1 de diciembre de 2014
10:34:37
pepe dijo:
3
1 de diciembre de 2014
10:50:07
Vic dijo:
4
1 de diciembre de 2014
14:06:14
Roberto Apaceiro Fernández dijo:
5
2 de diciembre de 2014
07:43:22
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