
Tenía que hacer lo indecible. No se trataba para ella únicamente de rebajar su registro personal. Para acceder al podio debía creérselo, batallar brazada a brazada con la curtida venezolana Andreína Pinto y la colombiana Jessica Camposano. Pero en una alianza con Neptuno Elisbet Gámez sacó un bronce inédito en los 200 metros libre, con crono cimero de 2:02.08 minutos.
Gámez (17 de enero de 1997) es de esas discípulas de María Luisa Mojarrieta que cuando tiene el más mínimo chance se cuela. Por demás tiene en su modalidad a Hanser García de inspiración. Esos argumentos le bastaron para que justamente escoltara a las mencionadas Pinto (2:00.42) y Camposano (2:00.68).
El referente de su registro preliminar (2:05.32) no le daba muchas opciones para soñar. Entonces sacó el extra en la definición para regresar al podio en una prueba que no lo saboreaba desde el cetro de Daimara Muñoz (2:07.99) en Ponce 1993.
Gámez tendrá otras oportunidades de continuar su pacto con el dios de los mares en la mitología romana, quien pudiera bendecirla en el hectómetro y los 50 del propio estilo libre.
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