La guaira, Venezuela.–Tras el saque inicial, todos esperan que el balón ruede; que alguien lance el primer contrataque; que las tarjetas no aparezcan para su equipo; que como coreografía, una jugada perfecta los lleve al grito frenético que paraliza estadios enteros, hogares, países.
Porque «el más universal» provoca las emociones más hondas: pasión, odio, dolor, felicidad; porque en dos tiempos de 45 minutos, a la par que se mueve la pelota, laten corazones –los del terreno y los del graderío–, el fútbol no podía faltar en los v Juegos Deportivos del alba, que comienzan hoy acá.
Precisamente, en el marco de este evento multidisciplinario, quedó inaugurado ayer el estadio de fútbol de Camurí Chico, que forma parte de las nueve sedes guaireñas que acogerán la cita regional. Se trata, además, de la única que abrirá por primera vez sus puertas para el certamen.
No faltaron, bajo la bendición de la lluvia, ni la oración protectora del padre de la comunidad ni las palabras de los principales directivos del estado y del deporte a nivel nacional.
Superando las adversidades que los tiempos actuales han impuesto a esta tierra sudamericana, la Federación Venezolana de Fútbol construyó esta instalación para encuentros de ligas menores y servir de sede al Club Sport Marítimo La Guaira. Asimismo, este espacio permitirá la masificación y el desarrollo del balompié local, pues más de diez escuelas de la zona harán vida en este campo. Con ello, queda garantizada la generación de relevo de los actuales atletas.
Con un aforo para 1 200 personas, más de 7 000 metros cuadrados de grama artificial, dos gradas techadas y seis torres de iluminación de 18 metros de altura, el estadio de Camurí Chico sentirá correr a ras de pasto el balón de los v Juegos Deportivos del alba.









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