ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Banner
Poco a poco llegan a tierra firme quienes unos momentos antes fueron rescatados del peligro. Foto: Germán Veloz Placencia

Holguín. – Un suspiro largo, que aleja desesperanza, se le escapa al hombre una vez en el interior del helicóptero. Dos o tres minutos atrás, por medio de un cable de acero movido por un carrete especial, lo han subido a la aeronave en vuelo estacionario.

Afirma llamarse Raciel Rodríguez Pérez. Ha aparecido de la nada, en medio de una extensa área inundada, mientras la tripulación busca a otras diez personas refugiadas en la segunda planta del consultorio médico del poblado de Altagracia, en el municipio de Cacocum.

Aunque es un lugareño, por su estado emocional (estuvo casi tres días sin comer, refugiado en los puntos más altos que encontró) no es guía apto para localizar al grupo en aprietos. Además, con la zona inundada, desde el aire es difícil encontrar los puntos de referencia para localizar el consultorio rodeado de aguas fangosas y de casi dos metros de profundidad.

La búsqueda continúa. El comandante de la aeronave, coronel Alfredo Áreas Martínez, pone rumbo al poblado de Maceo. Es resultado de la decisión consultada con el primer coronel Luis de la Cruz, jefe de la Región Militar de Holguín, y Diosmanis Cruz Morales, designado por el Consejo de Defensa Provincial para coordinar el rescate.

Tras un vuelo rápido y seguro, el helicóptero toca tierra. Raciel Rodríguez desciende y el rostro es del hombre a quien el alma le volvió al cuerpo, lo que aprecian los familiares que le aguardan.

Nuevamente, rugen lo motores al anunciar el despegue. Ahora es parte del grupo de rescate Raciel Castillo Verdecia, delegado del Poder Popular en la zona de Altagracia, quien contribuye a localizar un rato después al consultorio y a los desesperados hombres refugiados allí.

Una vez sobre la instalación, el piloto coloca la aeronave en vuelo estacionario. Igual que en el primer salvamento, atado al cable de acero, desciende el rescatista Yordanis Ávila Calzada. Ya sobre la placa de concreto, no dilata la colocación del arnés y del cable a Julio Cesar Fonseca. Con él a bordo, el helicóptero emprende un vuelo en forma de círculo, que vuelve a terminar sobre el consultorio, para recoger a otro de los refugiados.

Esa operación, explicará un rato después el coronel, es para no prolongar el vuelo estacionario del helicóptero. De lo contario, los motores sufrirían más.

El procedimiento es repetido hasta subir a todos los angustiados compatriotas. La cara de Julio César refleja felicidad. Ahora lo acompaña su hijo Ever. Los dos manifiestan que estaban seguros de que no serían abandonados a su suerte.

Nuevamente, la nave pone curso al poblado de Maceo. El vuelo es corto. Aterriza y los rescatados corren al encuentro con los familiares. A Gerardo Ramón Ávila lo rodean la esposa, los hijos y los nietos. El cariño que recibe le ayudará a sanar el tajo espiritual causado por el temor a morir engullido por las aguas que lo rodearon.

El coronel Alfredo Áreas, quien anda cerca de las 3 000 horas de vuelo, también está sobre el mojado césped del campo de beisbol y observa las reacciones de los recién llegados y la gente que les da la bienvenida. Un periodista le pregunta sobre los sentimientos que le invaden «¡Alegría, igual que ellos!», responde.

De pie, frente al morro de la aeronave, asiente el copiloto, mayor Reinier Vega Pulido. Los rescatistas Yordanis Ávila y Miguel Potrillé rebosan satisfacción. Si alguien les pidiera a todos enumerar las misiones de salvamento en las que han participado, antes de responder, tendrán que sumar durante un rato.

La orden del coronel es lacónica: ¡A bordo! Con cada subordinado en sus puestos, arrancan los motores. El helicóptero toma altura y hace un giro. Fija rumbo hacia la provincia de Granma. Allá la situación es compleja y debe sumarse a las aeronaves de igual tipo que realizan rescate tras rescate a causa del río Cauto.

Foto: Germán Veloz Placencia
Foto: Germán Veloz Placencia
Foto: Germán Veloz Placencia
Foto: Germán Veloz Placencia
COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.