Para que se tenga una idea de lo ocurrido en Gaza basta con observar las imágenes de satélite de la zona norte donde han sido prácticamente barridas del mapa poblaciones como Beit Hanún, Beit Lahia y Jabaliya, y que ahora pueden confundirse con las ciudades de Hiroshima o Nagasaky, luego de ser lanzadas sobre ellas las bombas atómicas.
La Franja de Gaza tiene 41 kilómetros de largo y 10 kilómetros de ancho. Delimita por el mar Mediterráneo y fronteras, ahora cerradas con Israel y Egipto. La mayoría de sus habitantes residían en sus cuatro ciudades principales: Rafath y Jan Younis, en el sur, Deir al-Balah, en el centro y la Ciudad de Gaza, donde vivían 775,000 personas, pero ahora casi todos han sido desplazados de allí.
En los dos últimos años, la invasión israelí ha obligado, como promedio, al desplazamiento de familias palestinas hasta seis veces, algunas hasta 19 veces, de acuerdo con un informe del Consejo Danés para los refugiados de 2024. Ahora la cifra es mayor.
Pero detrás del dolor, el horror, la miseria y la hambruna que padece actualmente la población palestina en Gaza y Cisjordania, se esconde un sistema de empresas que se benefician y lucran conscientemente de ello, como lo denunció recientemente en Ginebra, Francesca Albanese, Relatora Especial de la ONU sobre los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados desde 1967, en su informe, «De la economía de ocupación a la economía de genocidio. «From economy of occupation to economy of genocide».
Señaló la relatora, «como 48 empresas e instituciones —entre ellas IBM, Caterpillar, Airbnb, la Universidad Técnica de Múnich y firmas vinculadas al sector armamentista— obtienen beneficios directos o indirectos de la ocupación militar, el apartheid y la actual ofensiva israelí en Gaza».
En ese entramado de entidades aparecen las que fabrican armas tecnológicas, financieras, de la construcción y de energía, que se enriquecen con sus relaciones financieras con Israel, facilitándole medios y armamentos que son utilizados en Gaza contra los palestinos.
Para ilustrar mejor, podemos señalar que la empresa proveedora de drones, de tecnología de punta y de los aviones F-35, fabricados por la firma estadounidense «Lockheed Martin», permitió a Israel lanzar sobre Gaza, unas 85,000 toneladas de bombas. Seis veces la cantidad de Hiroshima.
En el sector tecnológico aparecen las multinacionales IBM, que facilita la recolección y almacenamiento de datos biométricos de los palestinos; también Microsoft, con tecnologías que son utilizadas en prisiones y operaciones de los cuerpos de seguridad.
Se destaca en el informe la intervención de Amazón y de Google, gestionando grandes bases de datos para el «control de la población palestina» y la Palantir facilitando inteligencia artificial que es utilizada con fines militares.
Las multinacionales de la construcción
No escapan las grandes compañías de la construcción y la maquinaria pesada como «Carterpillar», «Hyundai» o «Volvo», pero en este sector sin lugar a dudas, el «palmarés», se lo lleva la Carterpillar Inc, con su modificado D9 bulldozer-excavadora blindado apodado «Doobi», (en hebreo, oso de peluche), utilizado por las Fuerza de Defensa Israelí (IDF) para destruir viviendas, carreteras y edificios en Gaza y Cisjordania.
De acuerdo con informes de la ONU, se estima que más del 90% de los edificios residenciales en la Franja de Gaza fueron afectados y unas 160,000 viviendas quedaron destruidas y 276,000 resultaron seriamente dañadas.
Denunció el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Medio (Unrwa), que «61 millones de toneladas de escombros cubren el enclave costero, donde viven más de dos millones de personas»
Además, -de acuerdo con la ONU-, investigaciones preliminares estiman la presencia de aproximadamente unos 20 mil explosivos sin detonar, incluidas bombas y misiles lanzados por las tropas israelíes.
Sin embargo, los cuantiosos estragos producidos por Israel en Gaza, generan un mercado para su reconstrucción estimados entre 53-0 y 53-2 mil millones de dólares, de acuerdo con estimaciones del Banco Mundial. Los daños directos a las estructuras físicas se valoran sobre los 29,9 a 30.0 mil millones de dólares y la vivienda representa el 53%, lo que sitúa a ese sector como fuente principal de contratos y suministros.
Como «aves de rapiña», esperan agazapados los fondos estadounidenses Black Rock Inc. y Goldman Sachs, quienes ya compraron bonos de guerra israelíes. La «recuperación» y limpieza inicial de Gaza requerirá mover entre 41 y 47 millones de toneladas de desechos lo que promoverá un sub-mercado con contratos altamente rentables.
El lucrativo negocio con cientos de toneladas de escombros.
Y aquí entran de nuevo los equipos pesados de las multinacionales Carterpillar In (CAT) y los de la JCB, entre otros, con jugosos contratos, para remover casi 23 millones de toneladas de «ensangrentados» escombros reciclables. Es un negocio redondo con una demanda garantizada de estos equipos durante varios años.
También en esta limpieza de residuos se llevan una buena tajada el complejo militar-industrial con las empresas RTX (ex Raytheon) y Elbyt Systems, que se benefician directamente con el genocidio y la destrucción que deja la venta de armamentos.
La «mina de oro inmobiliaria»
Y por si fuera poco, «están sobre el tapete» gigantescos megaproyectos, que revelan la magnitud por el enriquecimiento de las empresas multinacionales. Por ejemplo, el consorcio egipcio «Talaat Moustafa Group», tiene un plan de inversión de 27 mil millones de dólares para construir 200 mil viviendas.
Pero el ministro de finanzas israelí, Bezalel Smotrich, fue más lejos al referirse a negociaciones con empresas estadounidenses. En concreto: las gigantes de la construcción Betchel Corporation y la Flour Corporation, con el objetivo de dividir el enclave costero de la Franja después de la guerra. «Es una mina de oro inmobiliaria», sostuvo en una cumbre de regeneración urbana.
«Pagamos mucho dinero por esta guerra. Tenemos que ver cómo dividimos el terreno en porcentajes. La demolición, la primera etapa de la renovación de la ciudad, ya la hemos hecho. Ahora tenemos que construir», detalló, según reportó el diario The Times of Israel.
Por su parte, Donald Trump, cuando recibió el pasado mes de febrero a Benjamin Nentanhyaju en la Casa Blanca, al referirse a la reurbanización de Gaza, fue muy claro y precisó: «Estados Unidos «tomará control» y «se adueñará» de Gaza después de reasentar a los palestinos en otros lugares bajo un plan de reurbanización extraordinario» que, según él, podría convertir el enclave en «la Riviera del Medio Oriente», destaca Al-Jazzira.
Fuentes:
https://ipsnoticias.net/2025/07/empresas-se-benefician-con-la-destruccion-de-gaza/
https://www-aljazeera-com.translate.goog/news/2025/2/5/trump-says-us-will-take-over-and-own-gaza-in-redevelopment-plan?_x_tr_sl=en&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=es&_x_tr_pto=tc
COMENTAR
Responder comentario